miércoles, 2 de octubre de 2013

War is Over (if you want it)


"Las calles de nuestro país están agitadas. Las universidades se llenan de estudiantes desenfrenados que se rebelan. Los comunistas están intentando destruir nuestro país. Rusia nos está amenazando con la fuerza. Y la república está en peligro. ¡Sí! peligro de dentro y fuera. ¡Necesitamos la ley y el orden! Sin la ley y el orden nuestra nación no podrá sobrevivir…"
Esto fue dicho por Adolfo Hitler en 1932

“La lucha contra las drogas peligrosas es un área donde no podemos recortar nuestro presupuesto, las drogas ilegales son el enemigo número uno de América”
Richard Nixon, 1972, el presidente de “la ley y el orden”

“No… no creo que los ateos deban ser considerados ciudadanos americanos, o patriotas, esta es una nación bajo Dios”
“Si los delincuentes de la droga piensan que no hay suficiente espacio en las cárceles para ellos, vamos a construirlo”
George Bush (padre)

“Bolivia ha fallado en la lucha a las drogas, así que vamos a cancelar el ATPDEA”
George Bush (hijo)

“Bolivia ha fallado, demostrablemente, en la lucha a las drogas, a pesar de ello vamos a continuar ayudándoles a luchar contra este mal”
Barack Obama – presidente americano premio nobel de la paz

“War is over (if you want it)”
“La Guerra ha terminado (si tú quieres)”

Mensaje de John Lennon y Yoko Ono – 1969

Continuemos desmitificando el “problema de la droga”[1] ya que es el ejemplo perfecto de como las nuevas supersticiones gringas, son mucho peores que las viejas supersticiones de la colonia española, particularmente cuando involucran el uso compulsivo de jaulas para solucionar problemas imaginarios, señalemos que ningún otro país en el mundo se moviliza militarmente para tratar de erradicar ningún otro vicio; los países musulmanes, por ejemplo, no usan fuerzas armadas para evitar que el resto del mundo beba alcohol o café. ¿Será posible que luego de 100 años los americanos sigan insistiendo en la guerra total a ciertas drogas más por costumbre que por maldad? Es decir ¿por un acto de fe?, la destrucción de “la droga”, i.e. de ciertas plantas o productos de ellas, implica una lucha directa contra el crimen ¿verdad? Desde hace más de 100 años el mundo libra una guerra contra las plantas, que Richard Nixon rebautizó como “guerra a las drogas”, ésta “peligrosidad de las drogas”, el peligro de que posean a sus usuarios y destruyan sus vidas o que los lleven a atentar contra las demás personas es una leyenda gringa, como el abominable hombre de las nieves, o Elvis Presley todavía vivo y caminando de incógnito entre sus admiradores en Estados Unidos. Data de una época en que se creía que la cocaína daba tan enormes poderes a sus usuarios, negros estereotipados como peligrosos [es decir, gente negra recién liberada de la esclavitud, en la teoría, en la ley, en la constitución americana] que los departamentos de policía de los estados del sur [los que creían que la esclavitud debía continuar siendo legal como mandaba la Biblia y deseaban separarse de los estados del norte ya industrial] solicitaron armas de mayor calibre del 32 al 38 (Escohotado, pg. 563) para poder contenerlos.
La mayoría de las personas creen que debido a la “maldad intrínseca de la droga” o alguna otra de sus “propiedades mágicas”, como generar violencia[2] y crimen[3], es que el que el narcotráfico ha terminado (casi inevitablemente) en manos de (por ejemplo): paramilitares colombianos de izquierda, peligrosísimos carteles multinacionales de la droga, grupos armados fundamentalistas de extremo oriente, o –incluso- dictadores bolivianos; y creen que esa es una buena razón para la prohibición mundial, mucha gente piensa que, si se llega a legalizar la droga nuestra sociedad colapsaría[4], ese es un mito perjudicial que espero [ayudar a] destruir usando la luz que brinda la ciencia, en este caso la historia. Según dicho mito, la actual violencia en Colombia y México (o por toda Centroamérica y Bolivia) sería un producto inevitable del narcotráfico, de (la peligrosidad de) “la droga”; culpar al narcotráfico, es como culpar a las brujas por la destrucción de las cosechas, nos impide ver los problemas de fondo; es más fácil culpar a “la droga” que elevar el nivel de vida de los países (y sobretodo, de las personas) pobres[5], es más fácil vender armas y hacerle una “guerra a la droga” que solucionar problemas reales. En resumidas cuentas, personas bien educadas y con buenos ingresos [por lo general] no cometen crímenes, lograr que la salud y la educación se expandan y lleguen a cada habitante del país es difícil, destruir plantas y meter gente en jaulas es fácil, desperdiciar recursos en la guerra (en cualquier guerra) nos aleja, inevitablemente, de la salud y la educación.
La historia –asaz conocida- de que “la droga”, “el narcotráfico”, alguno de esos enemigos temibles, son la fuente de toda maldad es (fundamentalmente) falsa, de hecho, para que el narcotráfico haya terminado en manos de grupos armados en medio de las selvas sudamericanas, en manos de inmensos cárteles de droga mexicanos-colombianos (o de otros países) que expanden sus tentáculos en la tierra boliviana[6]; se necesitó básicamente la intervención del ejército americano (lo que se convertiría en la DEA –Drug Enforcement Agency- y que antes era conocido como FBN –Federal Bureau of Narcotics-), si no hubieran empezado a encerrar en jaulas a los primeros productores y distribuidores de cocaína legal en Perú -cerca al valle de Huallaga cuando acabó la Segunda Guerra Mundial-, si no hubieran empezado a usar los ejércitos de cada país donde imponían sus dictadores y su democracia para controlar: los vicios de la población, los brotes de comunismo (alimentados por la supuesta venta de drogas) y, más importante, la posibilidad de que se exporte algo, cualquier producto mínimamente industrializado a Estados Unidos; el negocio de la droga, simplemente, no habría llegado jamás a los lugares más empobrecidos de Bolivia, que era ya el país más pobre de la región; no hay –notemos- ningún otro aspecto de la química orgánica que Bolivia haya podido industrializar con éxito. Y si seguimos por el camino de la ignorancia y la superstición, saboteando –mediante una ¡¡¡guerra!!!-nuestra (pobre) industria interna, nuestra (pobre) agricultura, pronto no habrá ningún producto que Bolivia pueda industrializar con éxito.
Sin la intervención del ejército americano y sus cruzadas antidrogas, los mineros y campesinos que perdían su trabajo en los Andes no habrían tenido oportunidad –siquiera- de cultivar coca en el Chapare, pues el negocio se hubiera quedado en el Perú. Algunas personas arrojadas de sus pobres (y cada vez más pequeñas) tierras emigrando a las ciudades en busca de un salario miserable y condiciones de vida pésimas (e incluso así, más deseables que la vida en el campo), quizás no hubieran tenido la oportunidad siquiera, de entrar al “negocia fácil” de convertir la coca que habían mascado desde que nacieron en el preciado polvo blanco, de no haber sido por “la [americana] guerra a las drogas”; no existen (observemos) muchos empresarios en el tercer mundo procesando alcohol pretendiendo hacerle competencia al Johnny Walker, o tan siquiera a la cerveza (otrora) nacional, y lo mismo ocurre con los cigarrillos, las golosinas, las sodas, las hamburguesas, las medicinas o la ropa; lejos de mejorar o inventar algún producto lo que se busca es ofrecer una copia más barata del “producto original”, Bolivia es (en este aspecto) una isla llena de piratas, lo peor de esta situación es que la mayor parte de estas marcas piratas están fabricadas en China; las amplias fronteras carentes de vigilancia han permitido que el contrabando mantenga surtidos los mercados a cambio de materia prima y mano de obra barata, los productos que se mantienen baratos lo hacen además gracias a una (insostenible y anacrónica) subvención económica a los combustibles fósiles, misma que data del periodo de las dictaduras y la crisis mundial del petróleo.
La coca no es un peligro para nuestra economía, o nuestra soberanía (ninguna planta tiene semejante poder), en el fondo la prohibición americana a la droga es una prohibición (casi) medieval, implica la (ilusoria) lucha del bien contra el mal, todo esfuerzo, todo abuso, cualquier medida que atente contra los derechos humanos, la Constitución o el llamado Estado de Derecho, es justificable para luchar contra la cocaína, contra “la droga”, contra “el mal”, (cuando las consecuencias de creencias absurdas terminan en ingentes cantidades de seres humanos encerrados en jaulas, el nivel de indignación debería ser enorme, y sin embargo, la lógica esta tan adormecida ante la fe, que dejar usar jaulas y fuerzas especiales para solucionar problemas imaginarios suena a blasfemia terrible), estas supersticiones gringas han traído la ruina y el retraso al país. Ésta parte del libro bien podría titularse “guerras y rumores de guerras”, principalmente para señalar aquella antigua e inútil costumbre humana y lo poco que hemos avanzado al respecto, la guerra, la agrupación en bandos para luchar contra otros bandos. Si seguimos confiando en supersticiones para guiar nuestras leyes, nuestros primeros pasos (como especie) bien podrían ser los últimos, ejemplo patético de la profecía que se cumple sola: Las guerras han sido la constante en la historia humana, ¿por qué los malos parecen buenos? se pregunta más de uno, simple ellos escriben la historia…  

Guerra del Pacífico

            
                La cocaína es el ejemplo perfecto de la lucha entre la ciencia y la superstición: La “hoja sagrada” era de uso exclusivo del Inca, de la realeza, de los sacerdotes, de los soldados[7], el pueblo llano tenía que preguntarse si será cierto que esa planta ayudaba a trabajar, tenía propiedades mágicas, y finalmente debía aceptar que algún dios (el sol) le regaló cierta planta al Inca porque era su hijo predilecto[8]. Luego de la conquista la Iglesia que la prohibió, por considerarla una planta demoníaca, cobró impuestos por producirla (por ejemplo) en Yungas, con mano de obra negra[9] e india; esclavos y caporales para la siembra y la cosecha, la coca era indispensable para explotar mejor a los indios en las minas (función que ejerce hasta el día de hoy), así se ahorraba comida. Durante la colonia española, bajo el yugo de la Iglesia Católica no se investigaron las propiedades de las plantas sagradas en lo más mínimo, se usaron la oración, el peregrinaje, la donación de bienes a la Iglesia, y otras costumbres inútiles en lugar de las plantas, que realmente servían, para aliviar a los enfermos. Hasta el siglo XVII pijchar coca era una costumbre de indios, que ganaba aceptación entre los españoles y los criollos, principalmente si se usaba para trabajar. El sitio de La Paz en 1771 probó su efectividad contra el hambre, fue la coca y no el Ekeko, la que salvó a la ciudad del temible indio Tupac Catari quien buscaba liberar a su pueblo del yugo español matando de hambre a la ciudad, en el ejército realista que lo derrotaría y condenaría a muerte se encontraba el (joven) Pedro Domingo Murillo. Con la independencia del Imperio Español, cae (en parte) el oscurantismo que ese enorme imperio había impuesto en las colonias, la Iglesia Católica, mediante tratados logra quedarse como religión oficial en diversas colonias, o como costumbre inveterada y sagrada en países que se deshicieron de ella (al menos en sus Constituciones, en la ley, en la teoría) como México. Fueron los investigadores de otras naciones –principalmente europeos- los que empezaron a buscar la verdad acerca de diversas leyendas nativas y sus plantas medicinales, algunos llegaron a los Andes; Humboldt (1801-03), Poepping (1827-32) y von Tshudi (1838-40), por fin convencen a sus compatriotas de que existe verdad detrás de las legendarias propiedades de la “hoja sagrada”. La ciencia química estaba altamente adelantada en actuales países –entonces reinos, con sus respetivas colonias por todo el mundo- como Austria o Alemania, la carrera por encontrar el “ingrediente activo” fue una consecuencia lógica en una época en que se empezaban -por fin- a descubrir los ingredientes activos de las plantas medicinales usadas por siglos en los pueblos de las viejas colonias [la morfina se aíslo en 1806, la codeína en 1832, la atropina en 1833, la cafeína en 1841, la cocaína alrededor de 1860, la heroína en 1883, la mescalina en 1896 y los barbitúricos en 1903, escribe Antonio Escohotado por mencionar solo algunas de las drogas más conocidas]. Pero las plantas con capacidad industrial no se detenían en medicinas, los ingleses llamaban el árbol del oro al árbol del caucho, la goma recién se empezó a explotar a finales del siglo XIX, el Acre, pidió su independencia de Bolivia debido a estas enormes riquezas descubiertas, Nicolás Suárez un famoso industrial boliviano consiguió su fortuna gracias a aquél producto, uno de sus nietos [don] Roberto Suárez –de quien se hablará más adelante-, sería conocido como el “rey de la cocaína”.

             La coca fue usada durante varios siglos hasta que en las tierras del norte (Alemania, e Inglaterra principalmente) alrededor del siglo XIX un grupo de científicos libres de los mitos y las supersticiones que envolvían al resto de la población –casi al resto del mundo- habían determinado descubrir los secretos del universo[10], usando la “ciencia”, la creación de máquinas y por ende la revolución industrial, son fruto de la ciencia (matemática, física, entre otras) aplicada por los ingleses. En reinos como Alemania, Holanda, Austria la investigación industrial se encaminó mayormente a la química; durante toda la edad media la Iglesia había condenado tales emprendimientos como herejía[11]. En la Europa de mediados del siglo XIX, las propiedades de la coca eran leyendas –como el Dorado-, era difícil creer que una persona pudiera trabajar arduamente todo el día sin comer, peor todavía una persona mayor; el problema principal de la hoja de coca (además de empaquetaduras inadecuadas) que llegaba a Europa era el viaje (de varios meses) que la estropeaba, por no contar el asco que le dio a los europeos aquella costumbre de pijchar[12] coca, que no tenía parangón con ninguna costumbre de aquellos pueblos.
             En la búsqueda de una prueba definitiva acerca de estas “leyendas indígenas”, hacia 1855 en la ciudad de La Paz, un oscuro farmacéutico Italiano, un profesor de química llamado Enrique Pizzi, quien deseaba destruir el escepticismo respecto a las propiedades de la planta, comenzó la búsqueda de una prueba irrefutable, dos años le llevaría encontrar una substancia (cuyo descubrimiento se publicaría en la gaceta del gobierno, La Paz 30 de Junio 1858[13]), que Johann Jakob von Tschudi le llevaría al Dr. Friedrich Wöhler en la Universidad de Göttingen; al parecer luego del viaje, el doctor no encontró nada activo en la sustancia, presumiblemente ya bautizada “cocaína”, decide –sin embargo- que el problema es conseguir buena coca, Karl Scherzer (capitán y experto comerciante de la fragata “Novara”, en un viaje científico auspiciado por el emperador austriaco Maximiliano) le llevó un cesto de 30 libras de hoja boliviana bien curada, el mayor cargamento llevado a suelo Europeo hasta esa fecha. Siguiendo simples procedimientos de manual de laboratorio, Albert Niemann (que en ese momento era su asistente) aisló la cocaína (kokain) usando los conocimientos de su doctorado en química. Si uno siguiera las directrices que nos han enseñado desde pequeños ahora sería el momento de escribir: “el genio salió de la botella”, o nombrar al Dr. Frankenstein creando un monstruo que destruiría a la humanidad y a su creador, y sin embargo ninguna de esas leyendas sería cercana a la realidad; la ciencia no es una amenaza, es una herramienta. Los primeros acercamientos a la coca y sus derivados –en Sudamérica- vinieron de la mano de un eminente científico francés naturalizado peruano llamado Alfredo Bignon, un poco antes de aquellos famosos austriacos[14] Sigmund Freud y Albert Köller, bajo un hermetismo científico que parece mentira dada la leyenda de la maligna cocaína; de hecho el uso de la cocaína recién empezó a expandirse cuando Köller expandió sus usos como anestésico local (gracias a la recién inventada jeringa), que haría posibles varias cirugías que no se podían realizar con anestesia general, como la de ojos, nariz o laringe, recién se pudieron realizar tales operaciones desde 1890. El anestésico había pues revolucionado la odontología, oftalmología y la cirugía menor, sus efectos sobre el sistema nervioso fueron ensalzados por Freud en su Über coca.
Al alejarse de los mitos, del miedo reverencial a lo sagrado se terminó por descubrir los químicos mismos que los indios sudamericanos (y de todas las “otras” tierras) habían usado durante milenios para calmar el hambre, estimularse en el trabajo, entre otros miles de medicamentos que antes se creían regalos de los dioses (o del dios cristiano) o propiedad mágica de alguna planta sagrada[15]. Masticando coca se extrae cocaína (una mínima cantidad entre otros catorce alcaloides), de otro modo la sensación de hambre no se calmaría y no se sentiría efecto estimulante alguno, ni serviría para combatir el “mal de altura” estimulando la absorción de oxígeno; en el estómago hay ácido clorhídrico (HCl) usado para disolver los alimentos, nuestra saliva mezclada con cualquier fruta y fermentada produce alcohol, aumentando un álcali (lejía, llujta[16]) se extrae mayor cantidad de alcaloides que terminan en la sangre o la orina[17]. Todos los animales pueden sentir dicha alteración del sistema nervioso[18], pero no todos mascan coca, probablemente porque los alcaloides, de sabor amargo fueron “pensados”[19] por la planta para alejar a los depredadores[20]. El que éstas moléculas sean producidas por una planta, por un arbusto sudamericano, y logren estimular (o alterar de cualquier modo) nuestro sistema nervioso es simplemente “casualidad”, producto de una estrategia evolutiva,[21] exactamente igual a las plantas que producen azúcar en sus frutos para “extorsionar” a los animales que se alimentan de ellas, para que luego de su comida y el almacenamiento de energía -que es la razón última por la que nuestro cerebro hace que encontremos deliciosa el azúcar[22]- quizás una semilla o dos (de entre varios millones de intentos fallidos[23]) logren germinar (y continúe su especie –continúe la vida-). El que la coca haya segregado mediante su bioquímica un elemento capaz de alterar el sistema nervioso de los animales y que le sirva para defenderse del sol, los depredadores (o atraer cultivadores) tiene una explicación lógica, la presencia de la cocaína en la coca, es simplemente el resultado de un proceso evolutivo ¿Por qué usar armas para luchar contra las plantas y sus estrategias evolutivas? Detrás de esa lucha se encuentra la misma lógica que se usaría para luchar contra algún color [producido por las plantas, por las aves] que desagradó a algún cura (de mucho poder) hace cientos de años, luego de años de seguir la costumbre establecida [destruir plantas o matar aves] no se estaría menos equivocado que al principio ¿Por qué no estudiar los recursos vegetales (libres de supersticiones inútiles) y aprovechar todas sus posibilidades en nuestro beneficio? Si es que existe un “lenguaje común” que tenemos con las plantas, es ésta bioquímica, esencialmente ésa es la razón por la que los medicamentos “funcionan”. Las leyes actuales permiten mascar la coca, mezclarla con saliva y ponerla en el cuerpo de quienes sufren algún dolor, o beberla en mates, u ofrecerla como regalo a la divinidad a cambio de sus favores (entre ellos ver el futuro o resolver fallos judiciales[24]), cualquier investigación para ir más allá de esos usos tradicionales está prohibida, lo increíble es que esas investigaciones ya se han hecho, hace más de un siglo, antes de la Guerra del Pacífico, y nunca han dado como resultado una catástrofe que requiera la intervención de todos los ejércitos y policías del mundo.
                Señalemos primero que el arbusto de la coca, al igual que todas las plantas domesticadas actualmente, crece hace millones de años en las tierras de Sudamérica, absolutamente  todas las plantas que el hombre ha domesticado actualmente son primas de plantas salvajes, seleccionadas durante miles de años, (gracias a la intervención del hombre, por “obra y gracia” de compañías farmacéuticas alemanas, inglesas, americanas y holandesas este arbusto creció en algunas islas de Indonesia, Centroamérica e incluso en la India[25]). Este arbusto sudamericano no podría crecer[26] en las latitudes Europeas, o Norteamericanas sin el sol y la falta de oxígeno que nos han hecho de piel morena y de amplios pulmones, es decir, sin la cordillera de los Andes y la cercanía a la línea del Ecuador. Por lo menos las plantaciones del señor Angelo Mariani cuando lanzaba su vino “con hojas de Perú” (aunque venían de Yungas) hacia 1863, fracasaron en sus jardines de Paris[27]. La devoción al (famoso) vino Mariani traspasaba las minúsculas diferencias religiosas el (gran) Rabino de Francia, Zadoc Kahn, fue movido a exclamar: "Mi conversión está completa, alabado sea el vino Mariani!" El papa Pio X era un entusiasta, así como el papa León XIII. Quien le dio al vino de coca un sello oficial de aprobación y reconocimiento (una medalla de oro) al inventor -Angelo Mariani-. León XIII (recordemos) fue el mismo Papa que promulgó una bula que afirmaba que el Santo Padre no puede equivocarse pues sería como si Dios mismo se equivocara[28]. Aunque desde luego el Vaticano ha estado reticente a repetir dicho honor[29]. El invento de Mariani había logrado superar la aversión que sentían los europeos al acullico, al “mascado” para extraer jugos de la “hoja sagrada”, además el efecto de los alcaloides que se perdía con el largo viaje se recuperaba (en parte) gracias al alcohol; el sabor de la hoja boliviana era mejor por la baja cantidad de alcaloides, Mariani aprovechó este detalle en su favor en sus amplias campañas publicitarias. Desde aquél legendario vino a la Coca-Cola solo quedaban el boticario John Pemberton y las casualidades: en Atlanta en 1886 las leyes de prohibición contra el alcohol (de inspiración religiosa) obligaron al boticario John Pemberton a cambiar el alcohol de la bebida que trataba de imitar por: azúcar, nuez de cola y agua carbonatada (añadida a un sirope en las primeras fuentes de soda) y promocionar su bebida como sana alternativa al alcohol. La receta de la bebida luego fue vendida a un empresario de Atlanta, y desde entonces la única industria legal respecto a la hoja de la coca, es un sirope que debe ser producido a base de coca peruana –descocainizada- solo para esta bebida, es llamada Merchandise No. 5 y se produce en los laboratorios de la Maywood Chemical en New Jersey[30], (junto con otros codiciados subproductos de la coca que terminan siendo medicinas principalmente para la tercera edad, que es más fácil de alcanzar en el exterior que en Bolivia) cualquier otro emprendimiento industrial redituable está prohibido, justo como en la época de la Colonia. La historia de la coca es anterior a la historia del hombre, esperemos que no se convierta en otra planta en la lista de innumerables especies exterminadas por la ignorancia del Homo sapiens[31].
             Las preparaciones en pastas y pastillas anteceden al vino predilecto del Papa León XIII, en Francia había un mayor interés en la hoja de coca que en la cocaína (que despertó interés mayormente de los alemanes y austríacos), lo que significa que nuestra industria (actual, en el siglo XXI, basada en mate y pasta de dientes entre otras nimiedades) con respecto a la hoja de coca, “la hoja sagrada” (erythroxylum coca) está en el nivel de hace 150 años en Europa, en una Francia que todavía no podía competir con la pujante “revolución industrial” inglesa. En Bolivia en el siglo XXI, usamos fuerzas especiales del ejército y la policía, además de cuantiosos recursos para asegurarnos que nuestra industria se mantenga así, es decir gastamos dinero para ser un país pobre y retrasado. Por otro lado los médicos austriacos, y alemanes (además de ingleses y también algunos franceses) empezaron a investigar esta nueva sustancia porque su dosificación y efectos eran más exactos, más fáciles de medir, de cuantificar, que los de la hoja de coca, Sigmund Freud y Karl Köller son dos de los más conocidos voceros de la nueva medicina milagrosa, oscureciendo –como ya se dijo- a un personaje que merece una mención especial: Alfredo Bignon.
Antes de que USA prohibiera ciertas drogas a nivel mundial, la producción de cocaína para el mercado legal se centraba en los valles de Huallaga Perú, con su capital Huánuco, donde el producto más exportado no era cocaína refinada, sino “cocaína bruta”, lo que actualmente se conoce como pasta base de cocaína (PBC)[32], principalmente a los laboratorios alemanes donde se procedía a la refinación y distribución mundial[33]. El inventor de éste procedimiento de simples precipitaciones con ingredientes locales como kerosene y carbonato sódico (sosa)[34], además de hojas de coca fresca de la región (de la “montaña”, aún no conectada a Lima la naciente capital peruana, ni por carreteras o ferrocarril), fue Alfredo Bignon (1840-1906), una eminencia científica en la república del Perú. Con sus investigaciones había resuelto el problema del empaquetado pues se podía obtener “cocaína bruta” prácticamente en el mismo lugar donde se cosechaba la coca; aunque el resultado, una masa olorosa y amarillenta, mejoraba si se realizaba en los laboratorios de Lima; la cocaína bruta era mucho más fácil de empaquetar y transportar que las hojas de coca, se conservaba la potencia de los alcaloides y ocupaba menos espacio a bordo (en una proporción de aprox. 200 a 1), por lo que marineros alemanes rápidamente se adueñaron de las rutas comerciales, desde Lima a Hamburgo, ayudados por un enviado de Merck (una empresa que empezaba a surgir gracias a este nuevo producto milagroso: la cocaína), el señor Arnaldo Kitz[35], quien mejoraría el método Bignon, pero no lo cambiaría sustancialmente; éste método esencialmente [quizás añadiendo licuadoras u hornos de microondas que no existían entonces] es el que se sigue usando en la actualidad, en las selvas bolivianas, peruanas y colombianas. Bignon investigó los usos médicos de la cocaína casi al mismo tiempo que Sigmund Freud en Austria (entre 1884 y 1887); al menos 10 publicaciones médico-científicas atestiguan su enorme (y valioso) trabajo, mucho más apreciado en Europa  que en su patria adoptiva, que sin embargo los difundió en gacetas médicas y otros emprendimientos de divulgación científica de corta duración, desde aplicaciones en quemaduras graves con cocaína mezclada con penicilina, y sus usos como anestésico local, para dentistas y otros cirujanos, hasta los efectos anti-depresivos, contra la caquexia, dolores, o la neurastenia[36] para las que las recomendarían Freud y Köller, también advierte su toxicidad gracias a experimentos en mamíferos y en él mismo (como Freud), de hecho llega a sostener que la cocaína es complicada de preparar y no es necesariamente el mejor anestésico, parcializándose claramente a favor de su menos refinado producto. Las investigaciones de Alfredo Bignon y otros científicos peruanos fueron adoptadas rápidamente por las élites peruanas, poseedoras de enormes campos de coca y mano de obra barata, era un bien exportable y ampliamente aceptado por la sociedad blanca europea, el Perú estaba buscando nuevos bienes para exportar después de perder la guerra del Pacífico con Chile, y el comercio del guano. La redención de la hoja de coca que eventualmente sería acusada de corromper al indígena, fue la cocaína, hasta que ésta fue acusada de corromper a la (salud física y moral de la) humanidad.
Una vez aislada, “descubierta” la cocaína gracias a la química, pasaron al menos 30 años para que se convirtiera en uno de los productos más promocionados de Europa y luego de América, según Emil Erlenmeyer –respondiendo a Freud- el claro deterioro físico y moral producto de las inyecciones era un mal terrible, un azote para la humanidad junto con la morfina y el alcohol. Freud por el contrario dice que él probó la droga por varios meses y que no experimentó ningún deseo de usarla por mucho más tiempo cuando la dejó[37], tampoco el señor Bignon reportó algún desenfrenado deseo de continuar consumiendo la droga luego de abandonar sus investigaciones y retornar a Francia. W.A. Hammond un psiquiatra americano aún más liberal que Freud, empieza usando 6 veces la dosis recomendada por el psiquíatra vienés, o sea: 0,06 gramos. La que dobla, y dobla de manera diaria, hasta pasar la (calculada) dosis mortal de 1.06 gramos, experiencia que describe como: horrible, con insomnio, dolor de cabeza, pérdida de la memoria, descenso del ritmo cardíaco, o al menos alteraciones en su regularidad, temor de que sean síntomas graves, vómito y enfermedad. No quiere volver a saber de la sustancia; debemos presumir que nuestros líderes [políticos y religiosos] o el Papa de turno nunca han probado cocaína ni ninguna droga contra la que predican; salvo Barack Obama, o George Bush[38]; sin embargo la lección del señor Hammond ¿no debería ser ilustrativa? Es fácil darse cuenta que el exceso es malo, con cualquier actividad: apuestas, alcohol, comida chatarra, pero usar jaulas para cuidar a la gente (de sus malas decisiones) es tonto; cobrar impuestos es mucho más efectivo para regular al mercado. Probablemente había personas que llegaban a inyectarse varias veces la cantidad de “droga” que el señor Hammond (y sobrevivían para contarlo. Entre los famosos consumidores se tenían a personajes como: Sir Arthur Conan Doyle, el autor de las aventuras de Sherlock Holmes[39], o Robert L. Stevenson, que menciona un polvo amarillento que convierte al calmado y tímido Dr. Jekill en el terrible Mr. Hide, además del prolífico –y cuasi profético- novelista francés Julio Verne) sin embargo, considerando la publicidad de los productos y la falta de control, había millones de usuarios en el mundo (menos famosos) para los que no representaba un problema terrible la existencia de estos medicamentos en el mercado, desde el papa León XIII a Mark Twain[40], todos inmortalizados en los álbumes de Angelo Mariani. ¿Vale la pena usar fuerzas policiales y militares para protegernos de la posibilidad de algún día buscar estos placeres prohibidos? ¿Existe alguna persona que ahora mismo este esperando que las drogas sean legales para lanzarse a una farmacia e inyectarse heroína o cocaína hasta morir[41]? Lo dudo, para creer eso es que se requiere la fe, para hacernos creer que todos los demás necesitan a la policía luchando contra los vicios, porque no tienen la templanza suficiente para evitar la tentación de las drogas, para creer que el gobierno (la Iglesia o los gringos) nos están haciendo un favor al pagarle a los militares y los policías para que destruyan algunas plantas que podrían poseer a sus usuarios y destruir a sus vidas.
Los americanos importaban hojas de coca cruda, porque sus proteccionistas leyes favorecían la importación de materias primas para ser industrializadas dentro de sus fronteras, la (pasta base de) cocaína no era la excepción, las fábricas europeas se vieron obligadas a abrir sucursales en Estados Unidos y fabricar cocaína en los puertos de New Jersey, si querían ser parte del creciente mercado americano. En estos primeros emprendimientos transnacionales, la coca de Yungas aunque le ayudó a la temprana empresa de Emanuel Merck en Darmstadt, a ganar fama de tener la mejor cocaína refinada del mundo, y a amasar su fortuna (hacia 1880, antes de la guerra del Pacífico), y al señor Angelo Mariani a hacer el vino que recibió la medalla de oro del papa León XIII por colaborar a su retiro ascético, quedó como reemplazo de la coca peruana en el mercado local, para el acullico, consumo tradicional de Argentina, Perú, y Chile (en gran parte en las minas y las zafras). La falta de caminos, la falta de infraestructura, la falta de puertos, en resumen la falta de competitividad aislaron a Bolivia de esa primera etapa en el concierto mundial de producción y distribución de cocaína (bruta, pasta base) legal. Probablemente la cocaína que se vendía en las farmacias de todo el mundo incluida (obviamente) Bolivia, no venía de Yungas sino de algún laboratorio alemán o americano, producida con “cocaína bruta” peruana u hojas también del vecino Perú; la industrialización (de cualquier producto) estaba lejos, Bolivia –luego de la guerra del Pacífico, y del Acre- tendría que salir de las luchas intestinas entre liberales y conservadores, para decidir quiénes explotarían mejor a los indios, para no mencionar la guerra del Chaco, donde mandaron a los indios a luchar por petróleo inexistente (con auspicio de empresas holandesas e inglesas). Algunas personas culpan al enclaustramiento marino por nuestras desgracias, eso es ridículo; la república del Perú con el mar y la “hoja sagrada” heredada (casi) directamente de los Incas –con, lo que ellos creían, un monopolio natural- también quedó fuera del negocio por falta de competitividad, ante potencias europeas que usaban la ciencia (impuesta mediante el colonialismo y alentado luego por empresas privadas) en lugar de la superstición en sus cultivos, es la misma historia de la quinina y la goma, las grandes potencias coloniales –más competitivas- se quedaron con el negocio, llevándose semillas a sus colonias y plantando mucho más y mejor de lo que haría nadie aquí para comer, empezaron a plantar con miras a la industrialización y distribución mundial, la mano de obra barata la obtenían de sus colonias, en Bolivia el modelo no había cambiado esencialmente, aunque nos habíamos independizado de España “el indio” seguía tan esclavizado como en la colonia, la industrialización era nula y la exportación de materias primas [si el precio era menor que en otros lugares empobrecidos como la India] solo beneficiaba a una élite, las desigualdades -obviamente- eran enormes.

 

Guerras mundiales


             La defensa de la industria legal de la cocaína, en contra de los abusos de la naciente Sociedad de Naciones, quedó, completamente en manos de los vecinos peruanos; los demás países que la industrializaron: Alemania, Holanda, Japón, los que perderían la guerra, con sus –irónicamente- industrias bien desarrolladas y organizadas fueron fáciles de cerrar y desmantelar una vez terminada la guerra, contrariamente la industria peruana sin un centro neurálgico sobreviviría gracias a la falta de organización e infraestructura, el método de Bignon-Kitz había conseguido que la industria se expanda sin organización alguna a la periferia en lugar de concentrarse Lima, la capital, y había atraído miles de inmigrantes (de países pobres europeos, azotados por las guerras, v.gr. croatas, judíos, alemanes) deseosos de trabajar en el campo. Las comisiones bolivianas (ante la Sociedad de Naciones, en sus reuniones para discutir la supresión del comercio y producción de opio[42]), defendían “la hoja sagrada”, sin embargo no existía industria alguna respecto a la cocaína, por ejemplo, en representación de la Sociedad de Propietarios de Yungas (SPY), el señor Arturo Pinto Escalier, usando información del Dr. W. Golden Mortimer (un estudioso americano que publicó una enorme: “History of Coca, The divine plant of the Incas”) esencialmente proclama que la coca de Yungas es demasiado valiosa como para desperdiciarla en cocaína, y que las acusaciones de la sociedad de Naciones acerca de una planta demoníaca que sería la causa de la degeneración (física y moral) y pobreza de los indios, eran una mentira, todo lo contrario, la coca era esencial para el trabajo en las minas, y fuente de buena salud y longevidad. El Perú en su más atrevido intento -mediante el señor Carlos Enrique Paz Soldán, en el periodo entre las guerras mundiales- sugirió formar un monopolio nacional para la producción y distribución mundial de tan valioso recurso médico, lo que no fue aceptado. Perú había quedado fuera de los caminos de la cocaína (bruta), y su industria interna (respecto a este producto, que nunca pasó del 4% del total de sus exportaciones, antes de la prohibición) agonizaba. Las potencias coloniales, principalmente Holanda, habían empezado a experimentar (a usar la ciencia: selección artificial, manejo adecuado de suelos, rotación de cultivos con la goma o el té) con campos de coca en sus colonias en las Islas de Java (hoy Indonesia, antes conocidas como las Islas de las especias[43]), obtuvieron desde el principio una hoja (extrañamente) similar a la hoja del Chapare[44] id est con mayor cantidad de alcaloides (hasta 1.5%) y poco efectiva para mascar o preparar tónicos (no muy buen sabor), y además, también piratearon las patentes alemanas para la refinación de ecgonina y cocaína, el éxito de la empresa: refinar coca barata –gracias a la mano de obra esclava y abundante por la sobrepoblación, obligada a dejar los cultivos que sostenían su alimentación para dedicarse a cultivos para exportar[45]- en cocaína y otras medicinas caras; era seguro.
             Hacia 1920 la cosecha de estas islas ya mantenía por completo la producción de la Nederlandsch Cocainefabriek; que formó la “Convención de Productores de Cocaína” junto con las 3 más grandes empresas alemanas (si usted quiere el primer “cartel de la cocaína”, propiciado por la sociedad de Naciones, para establecer un mejor control de la droga, luego de la segunda Guerra Mundial la participación de fábricas alemanas –nazis- fue todavía mayor), haciendo que la provisión de hojas o “cocaína bruta” peruana sea innecesaria. Incluso los laboratorios americanos, empezaron a apreciar más la producción de las colonias holandesas y adquirieron terrenos en las islas, (con caminos, trenes, telégrafo, teléfono y otros avances traídos por los holandeses al colonizar las islas) en lugar de la producción Andina, que dependía de la suerte, carecía de medios de comunicación, y se desarrollaba con procesos prácticamente coloniales; la ciencia no se había aplicado a los cultivos, ni a ninguna parte del proceso de producción. Los intentos de hacendados como Don Augusto Durán el caudillo de la cocaína[46] de establecer laboratorios en cada hacienda para determinar (científicamente) el mejor momento de recolección (el punto de mayor concentración de alcaloides) y empezar a mejorar los métodos de secado, cultivo o producción fueron detenidos no solo por la falta de mercados, o el desinterés de general de los demás hacendados y campesinos, estancados tercamente en las costumbres antiguas (como el trabajo por enganche, es decir hacer trabajar a un campesino para que pague “su deuda”) sino (principalmente) por la intervención americana.
             La Guerra Mundial había significado en el Perú una lucha contra de las empresas alemanas (redadas policiales en laboratorios en Miraflores[47]) y japonesas (la expropiación de terrenos que habían pertenecido a Arnaldo Kitz cerca a Huallaga), el eje del mal había establecido empresas en Perú durante las guerras mundiales y los americanos se encargaron de cerrarlas; la fábrica nacional –bajo monopolio estatal, en Lima- de cocaína peruana “Cóndor”, también sufrió las restricciones del recién definido “tráfico ilícito”, cuando empezó (finalmente) la producción para suplir la escasez mundial de clorhidrato de cocaína –es decir ya no de sulfatos, ya no de materia prima, sino un producto terminado-. La venta a países neutrales como: España, Suecia, Argentina o Chile, fue controlada cada vez más hasta ser catalogada como “tráfico ilícito”. Inglaterra luchando contra el nazismo y su industria, insistió en las limitaciones a la importación de carbonato de sodio realizada por Perú para detener la producción. La “guerra a las drogas”, su (falta de) lógica, e incluso esos vestigios del lenguaje (guerra, narcotráfico[48]) tienen su origen en la Guerra Mundial, la situación solo empeoraría con la “Guerra Fría”. La victoria de los americanos, cerró los primeros canales legales por los que la cocaína era comercializada en el mundo, y sus leyes los protegían de recibir cualquier producto industrializado, por mucho que los productores peruanos desearan vender cocaína a los americanos sus leyes privilegiaban (todavía lo hacen) la industrialización de materias primas dentro de sus fronteras. Desde los valles de Huallaga, la cocaína bruta era refinada en laboratorios en Hamburgo, o Rotterdam, para convertirla en hidroclorato (HCl) de cocaína, y exportarla al resto del mundo; los aliados habían reclasificado tal actividad como contrabando ilegal, en su lucha contra las drogas. Los holandeses luego de adueñarse de la distribución mundial, cerraron voluntariamente las fábricas y sus campos de producción luego de firmar los tratados respectivos prohibiendo la cocaína y otras sales. Quizás en esto también influyó la ocupación japonesa[49] en las Islas de Java, y luego la ocupación americana una vez terminada la guerra mundial. Industrias bien organizadas, con financiamiento y dirección estatal, y colaboración de los bancos deseosos de ayudar al empresario-científico-comerciante, japonés u holandés resultaron fáciles de cerrar por completo.
             Por otro lado la desorganización sudamericana, el retraso de su industria e infraestructura hicieron que el negocio subsistiera en el Perú e incluso fuera traspasado a Bolivia, que al nunca haber industrializado la cocaína, carecía de leyes al respecto, justo como carecía de caminos, telégrafos, vías de tren u otros medios de comunicación. Las dictaduras militares empezaron a tomar países para negociar con los Estados Unidos en un clima de estabilidad y seguridad jurídica, luego de las guerras mundiales; según Emile Pilli –empleado de Merck en Rahway, New Jersey, experto en química, enviado a investigar la situación peruana cuando los canales de comercio asiáticos fueron cerrados por la guerra, 60 años después de Bignon- la obtención de altos contenidos de alcaloides en Sudamérica era cuestión de suerte, jamás de coordinación o planificación: “En todo el Perú no existía nadie que estuviera supiera medianamente de la materia (química). Es cierto que el cultivador sabe cómo se planta, cosecha y seca, pero no sabe nada acerca de los contenidos de alcaloides. El fabricador de cocaína sabe algo acerca del método que sigue. Sabe que ciertos resultados son automáticamente obtenidos si esta o aquella operación se realizan, pero no sabe nada acerca del contenido de alcaloides”[50]. En los reportes para su empresa advierte que las palabras “planta” o “fábrica”, no deben tomarse literalmente dado lo rústico de las instalaciones en las haciendas, sería un accidente compararlas con las plantas o fábricas (propiamente dichas) americanas, o europeas. Advierte el problema antiguo del  mal uso de los suelos, la legendaria fertilidad de Chinchao será pronto una leyenda, escribió. ¿No sucede algo similar con la fertilidad actual de los Yungas o el Chapare? La leyenda dice que la coca es mala y empobrece los suelos, ¿no sería más productivo empezar a manejar bien los suelos en lugar de continuar con la guerra?
             Otro químico peruano Dante Binda en su ensayo de Octubre de 1943 (“La cocaína, problema industrial en el Perú”) sostiene que la industria esta inaceptablemente estancada en el método de Bignon, que desperdiciaba tiempo y recursos, lujo que ya no se podían permitir dado el avance de la ciencia y la tecnología en el resto de los países, la cocaína en hidroclorato (HCl) se vendía por 10 veces el precio[51] de la cocaína cruda, Perú estaba perdiendo una oportunidad enorme. Su ensayo termina con un grito nacionalista: “Debemos abandonar nuestra costumbre tan enraizada de vender materia prima a cambio de productos creados del mismo material, sería difícil encontrar un caso más obvio [que la cocaína]”[52] El método de Bignon-Kitz, todavía se usa en las junglas bolivianas para producir pasta base de cocaína, antes conocida como cocaína bruta.

La guerra Fría.


             Y finalmente es en este punto donde entra Bolivia, en el concierto mundial de la coca y cocaína, debido a las cruzadas americanas en que intervino su ejército, el enorme ejército que ganó la segunda guerra mundial, que empezó a luchar contra Rusia (antigua aliada) y el peligro comunista que ya se había adueñado de la república popular de China, amenazaba a Vietnam[53], y (por alguna razón) también Sudamérica. Para proteger al continente de tan terrible mal, se fundó la: “Escuela de las Américas” en Panamá en 1946[54] para adiestrar a las fuerzas armadas latinoamericanas, que empezaron a luchar contra enemigos temibles como: el comunismo y la droga (que generalmente financiaba, al comunismo, hasta que empezó a ser una amenaza per se –o al menos eso decían los americanos-)[55]. La gente que se quedó velando por la democracia latinoamericana como (por ejemplo) John Foster Dulles[56], (que llegó a ser secretario de Estado[57]), eran como sus padres cristianos fundamentalistas[58] (o de alguna otra innumerable secta cristiana, la religión se expande como un virus y un niño[59] no puede defenderse ante la infección), éste señor creía –como muchos líderes - que el comunismo era obra de satán.
             “El enemigo” –según lo que se enseñaba en la infame “Escuela de las Américas”- eran los ciudadanos de los países tomados (por las fuerzas armadas) que reclamaban por condiciones de vida más justas, cualquier pueblo que deseara salir de la pobreza y recuperar su país, era potencialmente peligroso. La guerra fría ha tenido diversas implicaciones (en cuanto a los canales de comercio, se prohibió comerciar con el nuevo eje del mal –Rusia y los comunistas-); sin embargo “el negocio”: exportar materia prima barata, para ser refinada y vendida desde el primer mundo, prácticamente no cambiaría para Bolivia. Luego de destruir los últimos reductos de cocaína legal en el Perú, los medios de comunicación daban la noticia de una temible pandilla de narcotraficantes sudamericanos llevando drogas desde Perú hasta Estados Unidos encabezada por un tal Augusto Balarezo, conocido como el zambo[60], desarticulada por la oficina de lucha contra Narcóticos, hacia 1948, bajo la batuta del infame por Harry Anslinger [otro cristiano fundamentalista, jefe de la oficina anti-narcóticos desde que perdió su empleo al abolirse la prohibición al alcohol]. El último patriarca de la coca legal Andrés Avelino Soberón fue acusado de almacenar ladrillos de cocaína y de enviar expertos y químicos a Bolivia para que enseñen como industrializar la “cocaína bruta” es decir la pasta básica de cocaína (PBC), lo que llamarían los empresarios: “know how”; la refinación, sin embargo, se hacía en los puertos de Chile, desde que Perú cayó en los dominios de un militar: Ochenia de Manuel Odría, respaldado por Estados Unidos que le declaró la guerra a la “droga” convencido de que luchaba contra “los comunistas”, específicamente contra militantes del APRA como Soberón o Balarezo; justo como años después dirían: Joseph McCarthy[61], Richard Nixon o Henry Kissinger, fanáticos anticomunistas, a todos los militares involucrados en la toma de países para hacer más propicio el clima de negocios con los Estados Unidos, y la desaparición, muerte y tortura de disidentes mediante (lo que terminaría siendo) el famoso plan Cóndor, el mensaje no puede ser más funesto: la exportación de materias primas está permitido, pero tratar de industrializar una planta local para tratar de exportar un producto terminado era peligroso, años de investigaciones no valían de nada, el hecho de que sea miles de veces menos dañino que el tabaco tampoco importaba ¿Qué sucedería si otro país supongamos China utilizara ingentes recursos y ejércitos para tratar de evitar que la gente tome café o té? ¿Cuánto nos indignaría tal comportamiento? ¿Por qué no nos indigna la prohibición a las drogas?
             Desde Bolivia la (temible) Pasta Básica de Cocaína (PBC), antes conocida como “cocaína bruta”, uno de tantos productos que Bolivia nunca había logrado industrializar con éxito era finalmente exportada (y refinada) por Chile, por el norte, por el viejo territorio que había perdido (Perú) en la guerra del Pacífico, los buenos negocios habían hermanado lo que la guerra había separado. Uno de los ejemplos de esta “hermandad” es un excombatiente de la guerra del Chaco, un ciudadano chileno que se naturalizó boliviano y se convirtió en Jefe de Inteligencia (identificaciones) luego de la revolución del 52, bajo Paz Estensoro, el señor Luis Gayán Contador, quien negaba que existiera el narcotráfico al mismo tiempo que protegía al clan Huasaff-Harb, unos turcos; el señor Ramis Harb, un íntimo amigo suyo era hermano de Amanda Huasaff, la dueña del burdel más enorme y exclusivo en Valparaíso, donde se consumía, vendía y exportaba esta delicadeza sudamericana [cocaína][62]. El arresto de líder del clan lleva a conexiones con Ramis Harb, de las que sus amigos bolivianos no pueden salvarlo. Un Capitán de Policía (Manuel Suárez) pide ayuda a la CIA para arrestar a una banda que ha vuelto a sus andanzas apenas liberada, por fianza. Las investigaciones finalmente lograron que el congreso decida la renuncia de Gayán quien termina con una declaración de 4 horas ante el congreso un 21 de Septiembre de 1961, implica a militares y prominentes personajes de empresas nacionalizadas. La prensa, escandalizada, pidió leyes más duras en contra de “la droga” que se había infiltrado en altas esferas de gobierno, de inmediato.
             Ésta era la época de Cuba de antes de la Revolución, antes de Fidel (así de antigua es la lucha gringa contra las plantas), la isla era un centro importante de almacenamiento y distribución, (un burdel y casino gigantesco para los americanos, un centro de encuentro para los grandes gánsteres del mundo) pero luego de las guerrillas de Fidel Castro, el Che Guevara (y otros), se forzó a los dueños de burdeles, narcotraficantes, y otros empresarios, es decir: gánsteres y mafiosos, a abandonar la isla. Principalmente por las acusaciones de Harry Anslinger concernientes al tráfico de drogas desde la isla, a lo que Fidel Castro respondió con energía (ante una supuesta lista de grandes implicados): No solo iban a encerrar a los narcotraficantes, sino que si le proporcionaban la lista, iban a ser fusilados. La misma solución en contra del tráfico y consumo de drogas se ha estado implementando en la China comunista[63] desde ésa época. La doctrina americana, los supersticiosos temores medievales contra las plantas (y algunos de sus derivados, capaces de poseer a sus usuarios y destruir sus vidas –como ya habían experimentado en carne propia [los chinos] con el opio-) parece que puede destruir, también, todo tipo de (insalvables) barreras ideológicas [Evo Morales y Hugo Chávez, aunque se pronuncian contra el gobierno Americano, continúan con su guerra sin realizar la mínima observación de lo absurda que resulta]. Luego de la expulsión de Cuba, después de la revolución, varios elementos opuestos al nuevo régimen, se establecieron por toda Centro América y el sur de Estados Unidos, principalmente: Miami. La violencia y el crimen que circundan el tráfico de droga, no son casualidad, ni causa directa de las drogas, son claramente efecto de la “guerra a la droga”, en la época de Naciones Unidas (la antigua Liga de Naciones) el primer tratado al respecto data de 1961, ratifica sin embargo, todos los supuestos avances logrados en los tratados de 1912, 1925, 1932 en contra del opio.
             Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973, tomó el poder en Chile y comenzó a impartir la doctrina americana según la cual las drogas son aliadas y financiadoras del comunismo, ergo hay que militarizar la lucha en contra de ellas, contra ese monstruo sinónimo de crimen y violencia[64]; su cómplice Hugo Banzer Suárez [destacado alumno de la “Escuela de las Américas”] iba a ser enjuiciado, junto con gran parte de los militares por tráfico de drogas (entre otros crímenes de la dictadura como muertes, desapariciones, torturas, y fraude electoral) por el señor Marcelo Quiroga Santa Cruz, quien fue asesinado mientras llevaba a cabo el proceso, acusaciones contra el clan Pinochet por narcotráfico (entre otros delitos) han salido también a la luz pública. La nueva rama del ejército americano, creada por Richard Nixon (la todopoderosa DEA) para combatir al “enemigo número 1 de la juventud: las drogas ilícitas” empezaba a adiestrar a los militares en las colonias (americanas) como Bolivia y Chile donde los militares no se habían dado cuenta (todavía) del potencial peligro al que se enfrentaban, o de lo lucrativo que resultaba (para ellos) gastar dinero en armas, en fuerzas especiales para luchar contra peligros imaginarios como la droga. Justo como en la época de la construcción de enormes Iglesias, para propiciar el progreso hubiera sido más útil usar esos recursos para: electricidad, agua potable o educación, es decir para hacer algo útil.
             A partir del golpe militar en Chile, financiado y organizado por Estados Unidos con colaboración  Henry Kissinger (secretario de Estado bajo la administración Nixon); muchos comerciantes bolivianos empezaron a depender de pequeñas avionetas, o de los contrabandistas para enviar Pasta Base de Cocaína (PBC) hasta Argentina, Colombia, Brasil, Venezuela, o prácticamente toda Centroamérica (principalmente Panamá, sede del canal interoceánico), con tal que llegue a México y finalmente hasta Estados Unidos el gran consumidor, y quien paga los precios más altos, las rutas chilenas habían sido cerradas. La alianza con los Carteles Colombianos –que antes de la cocaína ya tenían años de contrabandear productos a Estados Unidos como cigarrillos o marihuana- era prácticamente inevitable. El negocio se había expandido de forma anárquica, básicamente eran laboratorios de refinación por La Paz, Cochabamba y Santa Cruz (y nuevamente Perú), que aparecían como hongos, ante la caída (o encierro) de otros narcotraficantes. Luego de caídos “los turcos”, personas que exportaban cocaína o PBC como la legendaria Blanca Ibañez de Sánchez[65], tomaron el negocio hasta que la guerra fría llegó a Bolivia; pequeñas agrupaciones multinacionales se armaban por toda Latinoamérica para introducir el preciado polvo blanco hasta Norte América, el ejército y la policía locales se encargaban de encerrar más y más comerciantes y pequeños productores en jaulas, o de cobrar extorsiones a los narcotraficantes, o finalmente producir y traficar “droga” ellos mismos. Dado el nivel de guerra total que se había declarado en contra de las plantas, en contra de la coca, del opio y de la marihuana, las únicas personas que podrían hacerse cargo del negocio (sin caer presos, asesinados o perder la mayor parte del dinero que reunían) eran grupos armados. En Bolivia, a los militares y policías, cuyo epítome fue el general Luis García Meza, las leyes de la oferta y la demanda son mucho más fuertes que las leyes que tratan de imponer los Estadounidenses, a los [narco]dictadores militares prácticamente les llegó el negocio a las manos, consecuencias naturales del mercado; grupos paramilitares armados [antiguos nazis, fascistas y otros personajes] como los infames “novios de la muerte” controlando el tráfico y distribución de pasta base de cocaína, por ejemplo, se encargaban de que los comerciantes colombianos (en avionetas en la lejanía del oriente boliviano) no se fueran sin pagar, pues las armas son la forma inevitable en que el mercado negro arregla sus diferencias, ¿Si no se hubieran empezado a usar armas para luchar contra las plantas, se habría llegado a ese extremo de violencia?

Dictadores sudamericanos católicos (y sus asesores nazis) contra las drogas y el comunismo; día del mar y otras fantasías militares.


Gracias a la “guerra” que le había declarado Estados Unidos al comunismo, el ejército de Bolivia llegó a emplear incluso nazis que antes habían trabajado para los americanos (como Klaus Barbie) para asesorar a las dictaduras militares (de Barrientos a García Meza), cabe mencionar también la colaboración de la Iglesia Católica tratando de ayudar a los americanos (protestantes) para salvar a Latinoamérica del comunismo y (luego) de las drogas; sin la ayuda del Vaticano, personajes como este señor jamás habrían llegado a Latinoamérica. El papel de la Iglesia durante las dictaduras militares no consistió solo en organizar misas por la salud y larga vida de los dictadores, santificar sus matanzas, ni tampoco se limitó a condenar como herejes a los pocos curas amigos de su pueblo y enemigos de las dictaduras. La sola idea de que Dios esta con el pueblo pobre y explotado y no con los militares, fue expresamente condenada por el Vaticano[66], y (tácitamente) por sus agentes diplomáticos como la (dulce y santa) madre Teresa[67] que aconsejaba la resignación de los pobres mientras le lamía los pies a los ricos[68]. La Iglesia también ayudó a escapar a todo tipo de criminales de guerra (nazis, fascistas, gente que se calificaría de extrema derecha) mediante la llamada ratline (línea de ratas), con pasaportes de la cruz roja, y nueva identidad, incluidas; fue así que Klaus Barbie, experto torturador, exjefe de la Gestapo, muy efectivo en conseguir información, luego de trabajar para la inteligencia americana en la Europa de la post-guerra- llegó finalmente a Bolivia para asesorar a nuestro ejército. Gracias a estos pasaportes, es que las dictaduras militares sudamericanas tuvieron tan buenos maestros en contra de los subversivos, los anarquistas, y cualquiera que se quejara de las condiciones de vida. Sin asesores como Adolf Eichman (quien diseñó la Solución Final) o Josef Mengele (célebre doctor de Auschwitz[69]), cambiando conocimientos y asesorando militares como: Pinochet, Banzer o Stroessner –sin desmerecer desde luego la labor de los otros miles de soldados amaestrados en la “escuela de las Américas”- buscando “expandir la democracia y la libertad” ¿Las crueles torturas, campos de concentración y desapariciones por toda Latinoamérica hubieran sido posibles? El comunismo, fue el enemigo común que unió a la Iglesia Católica y a los protestantes Americanos, hoy en día “la droga” cumple esa función[70]. Luego de 12 años de la revolución del 52 el MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario) se dividía entre izquierda y derecha, Juan Lechín –por ejemplo- el famoso dirigente de la COB –izquierdista i.e. comunista, marxista, leninista-, por entonces vicepresidente del MNR descendiente él mismo de turcos (Oquendo), fue acusado de narcotráfico, aunque los cargos nunca fueron probados, por los acusadores: Enrique Herzog y Walter Guevara Arze, en ese momento en el exilio, sin embargo, aquellos cargos determinaron su alejamiento del gobierno[71]. Dirigentes de la nacionalizada YPFB –antes Gulf Oil Company-, también fueron alejados del gobierno ante acusaciones del exjefe de policía Gayán, en ésa época[72].   
                 “El comunismo” (subrayemos) era un demonio condenado y combatido también por el Vaticano, denunciado por la mismísima Virgen de Fátima, ya desde 1917, cuando se le apareció a 3 niños e hizo mover el sol ante 70.000 personas que lo vieron “con sus propios ojos”; aunque dudo que alguien pueda ver mucho tiempo el sol, lo más increíble es que no se destruyó el sistema solar, ni la vida en la tierra, tampoco fue un fenómeno que haya reportado otro espectador fuera de ese sitio en Portugal –un milagro reconocido como verdadero por el Vaticano-. Ésta fue la misma Virgen que según Juan Pablo II le salvó la vida “desviando por centímetros unas balas que iban dirigidas a su corazón” en 1980, desde luego uno se pregunta si la Virgen de Fátima (a quien el señor Wojtyla le tenía especial devoción, a quien específicamente le atribuyó el “milagro”) no podría haber hecho que las balas fallaran por completo o si el equipo de cirujanos que trabajaron por horas para extraer esas balas no merecía un poco del crédito, o –desde luego- ¿Qué estaban haciendo la virgen de Copacabana, la de Urkupiña[73], la virgen de Guadalupe, o la virgen del Socavón en ese momento? La virgen del Carmen –la patrona y comandante de las fuerzas armadas de España, y por ende de todas las colonias que se quedaron con sus costumbres- parece que ha estado capitaneando al “glorioso ejército boliviano” para que tomen el país y nos salven de peligros imaginarios como el comunismo y el narcotráfico.
Cuando Klaus Altmann, fue reconocido por sus captores, en Bolivia (en 1971) empezaron unas pequeñas protestas para que “el carnicero de Lyon” sea enjuiciado en Francia por crímenes de guerra, la gente que pidió su extradición fue expulsada del país[74]. En el periodo del General Hugo Banzer, (el presidente-dictador que más tiempo duró en la historia boliviana[75]) se lo encarceló, por unos días, la Corte Suprema decide que ya no tiene razón para esconder su identidad, abandona el nombre del rabino asesinado de su ciudad, y recobra su viejo nombre: Klaus Barbie. Se lo acusa de haber planeado (al menos) las muertes de: Ernesto Guevara, Marcelo Quiroga Santa Cruz[76] y Luis Espinal[77]; personas que trabajaron con él lo describen como “el mejor asesor que tuvo el ejército Boliviano”[78]. Aplicar técnicas de tortura para silenciar a sindicalistas y maestros (comunistas, enemigos de la sociedad), en oficinas del Ministerio del Interior o de Defensa, usar tanques y aviones contra mineros atrincherados, desde luego, no es novedad para nadie[79]. Para el 17 de Julio de 1980[80], es éste señor, ya con grado de Teniente-Coronel honorario en el “glorioso ejército Boliviano”, el que se encarga de importar armas (y mercenarios) -por ejemplo- modernos tanques para establecer la narco-dictadura de García Meza y Arce Gómez. Al parecer en ese momento el ejército de Bolivia era superior al ejército de Chile y lejos de “recuperar el mar” la fuerza bélica se usó para “recuperar la democracia”, del pueblo que la pedía, que había hecho huelgas de hambre[81] y otros sacrificios con la esperanza de recuperar su país. La ley y el orden reinarían en el país, los anarco-sindicalistas, traficantes de la política, activistas, y subversivos tenían que dejar el país o preparar su testamento. Cuando los militares García Meza y Arce Gómez tomaron el poder y establecieron la “narco-dictadura”, se estima –según Mike Wallace, periodista americano que apoda a Arce Gómez: el “ministro de la cocaína”- que monopolizaron el 80% de la cocaína repartida en el mundo, con un valor de: a billion dollars, lo que se traduce en castellano a mil millones de dólares[82], lo que significaría que si se hubiera repartido ese dinero entre todos los Bolivianos (de hoy), cada uno tendría 100 dólares a su nombre[83]; ¿vale la pena equipar fuerzas militares especiales para luchar contra este “flagelo de la humanidad”? Sobre todo considerando las implicaciones entre esas fuerzas militares y el narcotráfico no me parece que haya sido la decisión más sabia que se haya tomado. Ya se empezaba a sentir la influencia americana en su cruzada contra la droga y el comunismo en el sistema jurídico [boliviano] heredado desde la mismísima Roma, diseñado para entorpecer los procesos, alargar las ceremonias y ser inefectivo, desde que Bolivia trató de desmantelar las fuerzas militares y el latifundio en la revolución de 1952[84].
La condena que el señor Barbie-Altmann sufrió en Francia hacia 1987 –por 44 niños judíos deportados, la muerte (producida por tortura) de un héroe nacional francés (Jean Moulin) y otros crímenes contra la resistencia francesa-, no menciona en lo más mínimo su participación e influencia en la política boliviana, y es una pena; las historias de los “novios de la muerte”, grupo de paramilitares alemanes, italianos, franceses, argentinos, y de otras naciones, que bebían en el bar cochabambino Bavaria, entre prostitutas importadas y miles de kilos de dólares y (pasta base) de cocaína, además de la compañía de militares bolivianos impresionados por uniformes, banderas y otras sandeces en colecciones de parafernalia nazi; cuidando a Don Roberto Suárez Gómez[85], llamado el “rey de la cocaína”, quien había ofrecido pagar la deuda externa a cambio de que liberen a su hijo secuestrado por la policía americana luego de ser arrestado en Suiza[86], son historias conocidas por todos. Cada 23 de marzo, día del mar, justo como le sugirió este señor (Barbie) a Rene Barrientos[87], se realizan: el desfile (y todas las celebraciones –fanfarronadas- militares) para recordarnos que Bolivia no tiene mar y que “recuperarlo es un deber (sagrado), aún a costa de la vida” [la misma estratagema nazi de exaltar sentimientos patrióticos para recuperar el otrora enorme imperio alemán]; se aprovecharon de los sentimientos patrióticos [han ofendido a nuestro grupo] y justificaron así la fundación de una fuerza naval Boliviana[88]. Lejos de servir para algo útil el señor Altmann-Barbie fue nombrado presidente de la empresa: “Transmarítima Boliviana” (Sociedad Naviera del Estado), que le vendía los derechos de la bandera Boliviana -por ejemplo- a buques que cazaban ballenas, transportaban armas, drogas o prostitutas, o cometían otros crímenes que les costarían mucho más si tuvieran que pagar las tarifas de los países con puertos reales en el mar, la bandera boliviana todavía flamea en los mares cometiendo todo tipo de crímenes, ¿Quiénes se quedarán ahora con el dinero?.
Richard Nixon –durante la guerra de Vietnam- pudo ver el problema más claro que los demás, las personas que protestaban por enviar soldados a Vietnam a luchar contra el peligro del comunismo, consumían drogas, como marihuana, mezcalina o lsd –eran hippies[89]-, la solución para deshacerse de tales molestias era criminalizar su comportamiento[90]. Sin lugar a dudas, las drogas eran repartidas por los comunistas, por la amenaza roja, para volver pasivos y flojos a los jóvenes americanos, y de este modo evitar que desearan pelear por su país. O al menos eso es lo que afirmó Harry Anslinger[91] cuando ayudó a prohibir (algunas de) las drogas (principalmente opio y marihuana, aliadas indiscutibles de los rojos) a nivel mundial en la convención de Nueva York en las Naciones Unidas[92] en 1961, culminando su carrera como primer Zar anti-drogas de Estados Unidos. Richard Nixon[93] se inventó en 1971 un 17 de Junio la actual “guerra a las drogas”[94], junto con una lista de drogas prohibidas en una nueva y todopoderosa “Convención Única”, en la lista de las más peligrosas y adictivas, sin uso médico alguno, estaban la marihuana, la mezcalina, la heroína, el lsd, y otras sustancias amigas de los hippies y enemigas de la sociedad; organizando las sustancias en listas se ahorraban la molestia de discutir con médicos, congresistas u otros países si una droga debía o no ser prohibida a futuro, las drogas que están en la lista I no tienen uso médico alguno, sin importar lo que la ciencia pueda decir al respecto. 
En la década de los 70’s a pesar de la guerra de Nixon a las drogas, o precisamente por que suprimió gran parte de la marihuana y la heroína, surgió una gran demanda por cocaína, las consecuencias para Bolivia fueron que los laboratorios clandestinos para procesar (pasta base de) cocaína, se internaron en lo profundo e inalcanzable de las selvas bolivianas, porque las fuerzas militares y policiales especiales empezaron a cerrar los que ya existían en las ciudades, o los explotaron por su cuenta (algunos pequeños y olvidados pueblos pasaron por una breve etapa de opulencia). Obsérvese un patrón claro, lejos de luchar contra el narcotráfico, lo que han hecho los grupos en guerra contra ciertas plantas, ha sido propiciar el monopolio en su favor, o en favor de alguien más, necesariamente será un grupo armado pero no por la peligrosidad de “la droga”, sino por las leyes que la mantienen ilegal, justo como cuando se prohibía el alcohol. Las conexiones con el narcotráfico sirvieron como excusa para que el gobierno americano termine sus relaciones con las dictaduras militares que había auspiciado por décadas, una vez que los viejos criminales (los dictadores militares y sus asesores) perdieron el financiamiento y el poder; los Estados Unidos, la CIA y la DEA (sus viejos cómplices) se quedaron con el negocio, y los encerraron en jaulas.
Entre otros fines loables, estos organismos americanos dotaron de armas a la contrainsurgencia nicaragüense y a otros grupos (defensores de la democracia) en el lejano oriente, donde cambiaban armas por heroína, en el famoso escándalo: Irán-contra. Para comprar estas armas y repartirlas, vendieron en Estados Unidos (también) toneladas de cocaína procesada en Bolivia (en mega fábricas como la Huanchaca[95]), Oliver North –uno de los coroneles del ejército americano implicados, quien destruyó miles de documentos, pero consiguió la impunidad a cambio de su declaración-, dijo ante el congreso americano que no tenía conocimiento alguno de que los líderes de la contrainsurgencia[96], los “defensores de la libertad”[97] (como Edén Pastora) tuvieran contacto alguno con el tráfico de drogas. El presidente Ronald Reagan –un viejo actor- en declaraciones televisivas para aclarar el escándalo: no creía en su corazón[98] que empleados de su gobierno tengan alguna relación con el tráfico de drogas o armas, pero las evidencias como: aviones derribados en Centroamérica con pilotos capturados además de armas, drogas y confesión incluidas; sin contar cientos de documentos, fotos, filmaciones y libros escritos por antiguos agentes de la CIA confesando todos estos detalles e implicando altos funcionarios de su gobierno, ya no podían ocultarse más. Para creer realmente que estas personas (estos criminales, incluido el entonces vice-presidente George Bush padre, antes jefe de la CIA) tratan de ayudar al mundo en la “lucha contra la droga”, o que la droga es un “flagelo” contra el que se deben usar armas y jaulas, se requiere mucha fe; y la antigua primera dama Nancy Reagan, con su enorme campaña “Just say no”, se encargó de expandir la fe necesaria contra el “enemigo terrible de la droga”, usando un importantísimo instrumento: la televisión, el opio del pueblo. En Bolivia se tradujo a “seamos capaces de decir no” y sirvió para distraernos del hecho de que el clan Bush había estado vendiendo armas por todo el mundo y luego invadiendo a esos países pequeños que armaba. En medio de estos comerciales de como la droga destruía América los noticieros transmitían también la invasión al país del norte por parte del narco-dictador centroamericano Manuel Noriega[99], que distribuía droga por todo el país (por toda América), quien finalmente era ajusticiado, en la operación –nombrada por Bush (padre)- causa justa. Su cocaína, sus libros comunistas y nazistas, sus juguetes para hacer vudú también fueron encontrados por la prensa, que encontró parafernalia similar años antes en el escritorio de Salvador Allende[100]. Luego de la enorme invasión en contra de un país mucho más pequeño, mucho más pobre y con una capacidad bélica muchísimo menor, con los correspondientes cientos de muertos (300) y miles de heridos (3000 a 6000) –niños, niñas, mujeres, hombres inocentes que seguramente sufrieron, justo como los miles de niños y niñas, que ahora son encerrados en jaulas, junto con sus padres en las cárceles bolivianas, en la lucha americana contra “la droga”, que continúa hasta nuestros días- fueron simples daños colaterales, daños que no se buscan pero que son inevitables para alcanzar un objetivo militar (salvar al mundo de la droga y defender la libertad y la democracia), que implicó el uso de 26.000 marines, para luchar contra tan temible narco-dictadura. El mundo (sin embargo) seguía siendo un lugar peligroso, la guerra del Golfo (donde atacarían a otro viejo aliado Saddam Hussein) era inevitable. En la invasión a Panamá, para la restauración de la libertad y la democracia, simplemente se probaron las armas que se usarían en la guerra del Golfo ¿será culpa de la droga o de los criminales que dicen luchar contra ella, la alegada peligrosidad del narcotráfico? ¿Es tan grave el problema de la droga como para afectar así la vida de miles de personas inocentes? ¿Vale la pena encerrarnos en jaulas los unos a los otros por el peligro de que alguien consuma en algún momento drogas prohibidas?
El comunismo (y ahora las drogas) era un asunto tan grave que los Estados Unidos, tenían el derecho de defenderse y defender al mundo casi como consecuencia lógica, poniendo bases militares en otros países, asesorando, sobornando, entrenando a las fuerzas armadas nacionales, y básicamente promoviendo la democracia (la cura del comunismo) que significaba: un dictador militar auspiciado y educado por los Estados Unidos. Henry Kissinger, premio nobel de la paz (1973, recibido 5 años antes de terminada la guerra de Vietnam, que él propicio[101] y pieza clave en el plan Cóndor) justificaba la matanza de Salvador Allende y el pueblo chileno, diciendo que era necesario que el resto del mundo observe que podían controlar Sudamérica [lo  mismo decía de Vietnam]. Chile necesitaba ser salvada de la irresponsabilidad de la población que imperdonablemente elegía el comunismo[102]. Milton Friedman[103] fue invitado por los Chicago boys -estudiantes de la Universidad Católica de Chile que años antes habían ganado becas en esa universidad americana y habían sido encargados de velar por la economía chilena- a dar conferencias en Santiago. Friedman se disculpó pues sus ideas de libre comercio[104] también incluían una libre elección de presidentes. La libertad de comercio, se impuso en ese país, bajo la protección del dictador Pinochet, en Bolivia su colega Banzer, junto con otros dictadorzuelos se encargarían de lo mismo: de exportar (libremente) materias primas baratas al primer mundo e importar (con la libertad que da el dinero) productos industrializados para quienes puedan pagarlos; el modelo coca-Pasta Base-cocaína sigue exactamente el mismo patrón, se exporta pasta base de cocaína (cocaína bruta) para que otros países la refinen y se queden con las ganancias, y se importan todo tipo de bienes para quien pueda pagarlos, dañando de este modo la incipiente y pobre industria nacional. Por décadas se apuntó a Chile como ejemplo de como la “libertad de comercio” era el camino para salir de la pobreza, sin embargo dado que el esquema de un dictador promotor de la democracia made in USA se instaló en todos los países donde Estados Unidos trataban de “ayudar”, lo realmente sorprendente sería que “la fórmula americana” no hubiera servido en ningún país, lo normal luego de la intervención americana es la pobreza, Chile –bien visto- parece ser más la excepción que confirma la regla[105]. En este ambiente de lucha ferviente contra el peligro comunista rojo, ateo[106], es que se desarrollaron todas las dictaduras latinoamericanas y fue cuando Bolivia se proyectó como Narco-Estado, bajo la batuta de sus dictadores militares, que (a decir de Galeano) apenas hacían esfuerzo por simular sus amistades con nazis y narcotraficantes. Claramente hay una sola forma de ganar la guerra contra las plantas y es completamente gratis, simplemente hay que dejar de gastar en armas, policías, militares y jaulas e invertir todo lo que se ahorre en educación, caminos, agua potable y hospitales, es decir, alejarse lo antes posible de los mitos gringos, las plantas, específicamente la coca, no puede ser la causa de la ruina de nuestro país, las plantas no hablan.

La Santa Inquisición, tiempos actuales


No me parece que sea exagerado escribir que la “guerra (americana) a la droga” ha tomado el control de la Santa Inquisición [española] en Bolivia, lo complicado de explicar es ¿por qué a nadie le sorprende o incomoda este detalle? Antes de la prohibición mundial a las drogas, no existían cosas como: carteles multinacionales de la droga, ni millones de usuarios muriendo por seguir el consejo del Papa León XIII respecto a las bebidas energizantes, Bolivia no era considerada un “narco-Estado”[107] y nunca jamás la Iglesia mostró preocupación alguna por el consumo de ninguna droga[108]. De hecho hasta que los militares empezaron a tomar el poder en los 60’s la única ley que teníamos en Bolivia respecto al uso de drogas, derivaba del código promulgado el 6 de noviembre de 1834 –copiado del español 13 años más antiguo-, y válido hasta 1973[109]:
“Artículo 272°.- Aquellas composiciones que puedan servir para husos (sic) domésticos o artísticos, aun sin ser venenosas que puedan causar la muerte, no se venderán ni se despacharán sino a los cabezas de familia que las pidan por escrito, o con su nombre si no supieran escribir…”[110]
La pregunta obvia es ¿cuáles eran esas composiciones de usos artísticos? En los registros de cualquier farmacia suficientemente vieja pueden leerse: cáñamo índico, y láudano (opio), y desde por lo menos 1880 hasta 1945, clorhidrato de cocaína, quinina, morfina, acetilmorfina [heroína], aspirinas, entre otras drogas que se despachaban previa advertencia al usuario de tener cuidado, pues se podría sufrir destierro o azotes si se llega a causar algún daño, la cárcel [de San Pedro, 1894] fue construida a modo de “progreso” sobre estas condenas propias de la Inquisición. Las cantidades vendidas y los precios también se han conservado en varios registros de farmacias, y nuevamente nos encontramos con que el “problema de la droga” en Bolivia nunca ha sido tal [la gente no moría ni cometía crímenes terribles por consumir drogas hoy en día prohibidas]. Y desde luego ni siquiera hubiéramos empezado a producir cocaína de no haber sido por la prohibición y persecución norteamericana. Las medicinas (hace 100 años y un poco hoy también) para ser buenas tenían que ser alemanas; mascar coca era una costumbre de indios, en Bolivia la gente era tan racista, machista y creyente como en cualquier parte del mundo, hacia 1903 el general Pando declaró que los indios son seres inferiores y que su eliminación no era un delito[111]. La obra del escritor boliviano Alcides Arguedas, “Pueblo Enfermo” de 1909, describe a los indios como una “raza” acostumbrada a la inferioridad (en ese momento 9 de cada 10 bolivianos eran considerados indios, hoy 9 de cada 10 bolivianos es católico según las estadísticas), supersticiosos, y culpables de la ruina del país; que no se había beneficiado de las corrientes migratorias europeas que tanto provecho le habían generado a Argentina, Chile u otros países[112]. Presumiblemente consumir cocaína al igual que cualquier otra medicina occidental, “científica”, era contar con la venia de la moderna medicina, “blanca”, aún para usos artísticos; mascar coca era (supongo) denigrarse a costumbres de seres inferiores; ésta suposición en Bolivia era un hecho en Perú, la élite blanca veía en la cocaína la redención de aquél vicio de la raza indígena[113], una medicina “moderna y científica” apreciada en Europa. La guerra del pacífico, el enclaustramiento marino, tuvo un interesante efecto que ningún historiador (boliviano) que yo sepa ha mencionado[114]: terminó con cualquier oportunidad para Bolivia de entrar al circuito de la cocaína legal en el mundo, el tiempo y la prohibición se encargarían de meterla en el circuito de la cocaína ilegal.
Prohibir las drogas ha mantenido los monopolios en USA[115] pues quien quiera exportar e importar “la droga” deberá gastar ingentes cantidades de dinero no solo en mantener su organización, sino también en armas y sobornos, la expresión “cartel de la droga” ha sido secuestrada de la economía donde hace mención a una agrupación de empresarios en busca de un monopolio, pero dado que ellos no operan en la ilegalidad no arreglan sus diferencias mediante armas de fuego. Los cultivadores de coca, en uno de los países más pobres del mundo, que –generalmente- no pueden darse ese lujo, se quedan casi sin ganancias obligados a vender materia prima barata y mientras más coca plantan, o más cocaína bruta –PBC- sea producida, más baja el precio, por las más simples y elementales leyes de la economía, ¿No están por este motivo obligados a organizarse en sindicatos para poder sobrevivir? Es decir agrupaciones de (muchos) trabajadores explotados de quienes el empresario no puede prescindir con facilidad y pueden por ende exigir derechos colectivos. Los “clanes familiares”[116] [cuando no son invento de algún periodista “buscando la verdad”] surgen para para aprovechar las mínimas brechas del mercado ¿no son exactamente iguales a todos los negocios en Bolivia? Los negocios se desarrollan en familia para ahorrar gastos, o por un mayor grado de confianza, justo como en todos los sectores de la empobrecida economía boliviana, desde las vendedoras en las calles, hasta la cosa nostra en que se convirtió la política boliviana[117], un hijo un pariente cercano o lejano es más barato que un empleado.
Sin lugar a dudas la coca le permite sobrevivir a mucha gente, y le genera enormes ganancias a los que se quedan con el trabajo; con los (pocos) excedentes de los (muchos) más pobres; si no es un “capo de la droga” en los demás casos resulta ser la policía. La máxima ironía de la guerra de Estados Unidos a las plantas (sin duda), resulta en su inversión de millones de millones de dólares en todo tipo de armas, helicópteros, aviones, tanques, soldados, pesticidas, etc., etc., para hacerle una enorme guerra a ciertas plantas, como la coca, pero haber terminado con Evo Morales, líder de los cultivadores de coca del Chapare (donde la gente había sufrido abusos por décadas a nombre de la cruzada americana por la erradicación del arbusto milenario[118]) como presidente de los bolivianos. Luego de deshacerse de la DEA y del embajador americano acusados de conspirar para derrocarlo (como ya habían hecho los Leopardos –otro grupo anti-droga entrenado por USA- con Siles Zuazo[119]) la guerra a (algunas de) las plantas continúa ¿No es irónico que alguien que dice ser ecologista, defensor de la madre tierra y enemigo de Estados Unidos y su imperialismo, le siga pagando a fuerzas policiales/militares especiales para que luchen contra las “plantas peligrosas”, exactamente como los Estados Unidos han venido ordenando por casi un siglo?, cuando se sabe que el caballo irá en línea recta ya no importa tenerlo vendado, diría Bertrand Russell, mientras no se hagan cambios “reales” incluso es útil y pintoresco tener como opositores a personajes como Evo Morales o Hugo Chávez. Mark Twain dice con ironía, que la historia rima, esa es uno de los problemas de la historia, el problema de no conocer la historia, es el peligro de volver a repetirla. Ninguna persona ecologista –pienso yo- buscaría conscientemente la extinción y la muerte de ninguna planta y mucho menos usaría armas para luchar contra ellas[120], ninguna persona que condena las guerras libradas por los norteamericanos continuaría haciendo la guerra contra peligros imaginarios –en este caso el peligro de que ciertas plantas tomen control del mundo-. ¿Cómo es que vemos esta guerra centenaria como justa y necesaria? El tiempo tiene un efecto interesante en las tradiciones más ridículas, hace que parezcan respetables simplemente porque son antiguas.
 La ceremonia ritual, que inventó Bush (padre) para presionar al (entonces) presidente Salinas en México a principios de la década de los 90’s, a ampliar las libertades de comercio a cambio de “luchar contra las drogas”, es lo que los Estados Unidos llama: repartir su certificación oficial (venia) cada año, para ayudar a luchar contra ese “flagelo de la humanidad” en los países latinoamericanos, que hacemos esfuerzos por recibir la limosna[121]. En realidad la ayuda va a sus empresas de armas y a su ejército para continuar militarizando la guerra a las plantas, no haría ningún daño a nadie que esas empresas quiebren, o que los ejércitos dejen de hacer guerras, en cambio las plantas como la coca, el opio y el cáñamo son únicas, si las extinguimos –usando el enorme arsenal a nuestra disposición- no podremos volver a crearlas y millones de personas pobres que dependen de su cultivo se verán obligadas a emigrar a las ciudades para sobrevivir. En el tercer mundo hemos terminado encerrando en jaulas a gran parte de nuestra población, generalmente a los más pobres, gracias al peligro que representan algunas plantas (o extractos de ellas) en la imaginación de algunos norteamericanos. Cualquiera que llegue a tener contacto con ciertas sustancias adictivas y sin ningún uso médico (salvo el tabaco o el alcohol) podría llegar a ser encerrado en una jaula, despojado de sus bienes y torturado. Cualquier contacto con “la droga” generalmente significa el fin de cualquier prominente carrera política, este mal llamado “proceso penal” no difiere en lo más mínimo de la Santa Inquisición Española, que como ya se escribió tenía fama de ser particularmente cruel, en unos cuantos años –los historiadores del futuro- dirán esto exactamente del proceso penal boliviano ¿no es vergonzoso no haber avanzado en lo más mínimo desde la Inquisición?
Mediante la ley 1008 (del régimen de la coca y sustancias controladas) se volvió a instaurar un proceso diseñado para espantar brujas y otros demonios [hemos vuelto en el tiempo a una etapa vergonzosa en la historia de la humanidad ¿cómo pudimos creer tales cosas?], proceso entorpecido por lo lento de las leyes bolivianas y lo corrupto de los jueces, fiscales y policías; el inconstitucional proceso especial al que eran sometidos los narcotraficantes –a  insistencia de los Estados Unidos- no duró más que 8 años (¡!) hasta que se derogó[122].  En el momento de instaurarlo Juan Carlos Durán –quien fungía como ministro del interior-, declaró ante el congreso "que se necesitaba encontrar un mecanismo eficiente que diera una dura batalla al narcotráfico"; el resultado fue esta ley eminentemente militarista, que manda la intervención del ejército en las zonas campesinas de producción de hojas de coca. El ejército es entrenado por militares norteamericanos provenientes de la Escuela de las Américas. Durán comparaba a los Diputados del Congreso que la aprobaron, con generales bajo ataque, forzados a elegir una estrategia para la guerra[123]. El hacinamiento en las cárceles es el resultado de estos “generales” y su visión errónea de la realidad; las fuerzas especiales todavía luchan contra el mal en el pueblo “lo hacen mejor de lo que lo hacía la DEA”, es un slogan del presidente Morales, incautan más droga, meten más gente en jaulas, compran más armas y ahora piden ayuda al mundo para comprar aviones y misiles para derribar aviones que transporten “droga”, ¿no es difícil entender por qué le negaron el premio nobel de la paz a tan encomiable luchador por la vida y la paz?
·      El proceso inquisitorial (de España, que obtuvo especial fama[124]) aceptaba las denuncias anónimas; hoy en día se espera que los buenos ciudadanos llamen a un número gratis para denunciar a los narcotraficantes, de hecho no denunciar a alguien implica complicidad o encubrimiento[125].
·      Las acusaciones de la Inquisición incluían (pero no limitaban) haber invocado tormentas, terremotos, falta de lluvias, pérdida de las cosechas, enfermedades causadas por el mal de ojo, o alguna otra brujería, es decir, por peligros imaginarios; ninguna droga sobre este mundo es más peligrosa que el cigarrillo, salvo quizás el alcohol; exactamente ¿Cuál es el daño que causan adultos mayores de edad consumiendo marihuana, lsd, o cocaína en la privacidad de su hogar? Si realmente hubiera un peligro de que quien consuma alguna sustancia en la privacidad de su hogar perdiera la razón y cometa actos de violencia contra los que pasan a su alrededor todos deberíamos preocuparnos, pero tal sustancia no existe[126].
·      Si eliminamos el primer peldaño de la falsa cadena de acusaciones ilógicas [las brujas son la causa primera de todas las desgracias del pueblo], i.e. las drogas son la causa primera de la desgracia de la humanidad. Toda la larga cadena que era considerada como prueba contra la acusada cae irremediablemente, una mujer acusada de brujería si confiesa es porque es bruja, si no confiesa es porque es bruja, si la tortura no la hace confesar es terca, si se desmaya se había hechizado para dormir, al final sea como fuera que ella proceda todo era indicio de brujería, y desde luego debía haber implicados, la tortura era buena para obtener sus nombres, escribe Frederick von Spee, un jesuita que había participado en tales “juicios” y terminó convencido de que era la tortura la que hace que las mujeres confiesen ser brujas. ¿Cómo pudimos haber creído en brujas?
La ley 1008 sirvió para quitarle sus bienes a algunos narcotraficantes de la manera más rápida posible –la leyenda popular dice que el actual cuartel de la FELCN en La Paz era la casa de un narcotraficante, y que la sección “Posta” [supuestamente una sección lujosa] en la cárcel de San Pedro fue adquirida por Roberto Suárez cuando estaba arrestado ahí-, además de juzgar a toda clase de “narcos” (campesinos y gente pobre principalmente) para escarmiento de todo el pueblo Boliviano, y destronar políticos que tengan (o puedan llegar a tener) “narco-vínculos”; si añade a esto que la tortura ya sea en manos de la policía[127] o como consecuencia del hacinamiento en la cárcel es inevitable supongo que se dará cuenta fácilmente que pagándole a militares y policías para que persigan y destruyan plantas, y enjaulen a cualquier persona (de la que se sospeche), haya tenido la más mínima relación con plantas prohibidas; hemos regresado en el tiempo a la Santa Inquisición Española, comandada por los Estados Unidos y perpetuada por el presidente de turno. Como los gringos no podían confiar en la justicia boliviana, que tarda tanto o más que la hora boliviana, y los Estados Unidos estaban a la búsqueda de trofeos en su “guerra a las drogas” se tuvieron que crear tribunales y procedimientos especiales, para que el sucesor de Ronald Reagan, George Bush (padre) empiece a repartir todavía más la ayuda estadounidense a Bolivia, ya era desde la Guerra Fría –desde Nixon- que las grandes fábricas de armas y los militares americanos reciben dinero para decirnos (por la televisión, como quien vende hamburguesas, sodas o democracia) que la única salvación posible es destruir algunas plantas en el tercer mundo y hacerle una guerra total al narcotráfico. ¿Destruir plantas es la mejor manera de luchar contra el flagelo del narcotráfico? ¿No sería mejor, más útil, educar a la gente y construir hospitales? En el colmo de la ironía diversos países en Europa (Suiza, Alemania, Holanda o España) distribuyen heroína gratis a los que sufren de una adicción extrema, simplemente porque es más barato construir un hospital especial –de lujo, sobre todo si los comparamos con instalaciones bolivianas- para tal efecto, que usar militares para luchar contra “la droga”, en el extremo de la ironía la hoja de coca, incluso, podría ayudar a abandonar la adicción a la cocaína ¿por qué no construir un hospital y traer gente que desee dejar su adicción y conocer nuestro país?. La diplomacia de esos países, ha logrado cumplir con todos los tratados internacionales, con los que tiene que cumplir Bolivia. Portugal ha sido el primer país del mundo en dejar de usar policías para controlar “la droga” que podrían portar o usar sus ciudadanos, el consumo de drogas ha bajado y el mundo no se ha destruido[128], lo mismo sucede con Uruguay y Argentina.
 La “guerra a las drogas” es inútil como todas las demás guerras en el mundo, luego de que se prohibieron: la cocaína, la heroína, la morfina, la marihuana[129], y el opio a nivel mundial mediante tratados centenarios. Sucedieron 2 cosas muy interesantes: La primera es que la inventiva farmacéutica occidental (europea) descubrió muchas más drogas para reemplazar las prohibidas (anfetaminas, MDMA, psilocibina, entre otras); y la segunda es que se creó un mercado ilegal para la venta de las sustancias prohibidas, el mismo esquema se ha repetido cada vez que se han prohibido más y más sustancias (en las convenciones respectivas de 1961, 1971 y 1988), las consecuencias de esta longeva guerra mundial han sido desastrosas para Bolivia, y el consumo en el primer mundo no ha variado en la más mínimo, de hecho los estudios parecen indicar que la pureza de las sustancias prohibidas, es decir la calidad ha subido y el precio ha bajado ¿De qué otro producto del tercer mundo podríamos escribir tal cosa?
Dejar de usar fuerzas militares y policiales especiales para luchar contra las plantas no favorecería al narcotráfico, nos favorecería a todos los bolivianos. En unos años Brasil crecerá tanto o más que Estados Unidos –por no mencionar China, India, y otros países-, su demanda por drogas (aún en forma de materia prima y mano de obra barata) subirá a medida que suban sus ingresos, el modelo México-USA donde reinan las armas y el terror por una frontera militarizada para evitar que crucen drogas o inmigrantes, parece ser un modelo no muy lejano, un modelo anunciado por la prensa; el otro modelo consiste en dejar de usar armas para luchar contra plantas, en la frontera entre Canadá y USA, no se registran los problemas de la frontera del sur; Canadá[130] es uno de los países más ricos del mundo[131], y ciertamente no usan jaulas para resolver el problema de “la droga” o los “homosexuales”, ¿por qué no habrá violencia en esa frontera mucho más extensa y menos controlada?;  Argentina es otro ejemplo de legislación liberal –y de intentos de grupos cristianos por revertir los cambios-, lo mismo sucede con Uruguay, que luego de despenalizar el aborto, el matrimonio gay y la marihuana, debería perfilarse como una de las más grandes potencias sudamericanas, simplemente por no desperdiciar recursos luchando contra peligros imaginarios. Los tratados que se firmaron con Brasil y Estados Unidos para militarizar ad-nauseam el control de las fronteras no parece que nos quieran llevar por el camino del progreso y la razón, sino por el camino del dogma religioso, porque solo las costumbres religiosas se repiten una y otra vez sin señalar nunca su falta de lógica o el inútil desperdicio de recursos que suponen; la guerra a las drogas, la centenaria guerra a las drogas, opera en esta lógica religiosa, por eso suena a blasfemia terrible cualquier intento de señalar lo obvio: el emperador está desnudo, pagarle a militares para luchar contra plantas, para destruir la agricultura (al mismo tiempo que tratan de luchar contra la coca[132] “excedentaria”), y la industria interna (entorpeciendo innecesariamente a las industrias de toda índole para asegurarse que no vayan a desviar insumos industriales para “el mal”, para producir “droga”) es sinónimo de estupidez[133]. Deberíamos alentar todas las formas de cultivar nuestras pobres tierras, usando la luz que da la ciencia y no la oscuridad de la superstición, deberíamos brindar la posibilidad de industrializar todos nuestros recursos en lugar de limitar –todavía más- las posibilidades de quienes actualmente lo hacen. La religión, la superstición y la ignorancia, nos han enceguecido para aceptar este dogma sagrado, esta idea absurda de que luchando contra (algunas de) “las drogas” se “lucha contra el mal por el bien de todos”[134] ¿Por qué seguir guardando silencio, si nuestra nave se hunde? El rol del catolicismo-cristianismo [justo como ha ayudado a expandir por siglos, el sadomasoquismo, la búsqueda del sufrimiento y la pobreza con el fin de acercarnos a Dios] es justificar la condena que sufre el país, no existe un Dios que nos haya condenado a ser pobres para poder salvarnos cuando él lo vea conveniente [o cuando hayamos erradicado toda la “droga” o cumplido alguna otra prueba]; estamos condenados a la pobreza para ayudar a “salvar al mundo de la amenaza temible de la droga”, por la gente que nos vende armas y nos insta a encerrarnos en jaulas los unos a los otros si dejamos de desperdiciar recursos siguiendo sus sugerencias quizás sí podamos luchar de verdad contra el crimen o mejorar las condiciones de salud y educación. Solo la religión puede hacernos creer que aceptar tal falta de sentido común, tal violación a nuestros derechos humanos es sinónimo de virtuosismo.  
                Es muy ingenuo, pensar que USA (las Naciones Unidas) se preocupan por la “salud física y moral[135]” de la humanidad; el que se mencione (en los tratados respectivos) que se trata de proteger específicamente “la salud física y moral[136] del mundo ya debería revelarnos los motivos religiosos que existen detrás de la prohibición (a ciertas) drogas; pero creer realmente que los Estados Unidos, el país de la comida rápida, del derecho sagrado de sus habitantes a adquirir cuantas armas deseen, de las sodas, las pastillas, el alcohol y los cigarrillos, el país con mayor índice de obesidad en el mundo; quieren proteger la salud del resto del planeta (usando armas para luchar contra ciertas plantas) es una muestra de inocencia que ya raya en la estupidez. Para creer tales sandeces es que es útil la fe. ¿Cómo es que todos los bolivianos (les) creemos (a los gringos, a los americanos y a los curas) que un polvo blanco (cocaína) refinado de una planta (que estaba ya en éste rincón del mundo antes del hombre) es la mayor amenaza a la paz mundial, a nuestra soberanía, a nuestra juventud, a nuestra economía, etc., etc., etc.? Mientras que otro polvo blanco (azúcar) que viene de la caña de azúcar (planta originaria de la India) se produce (se refina) como un bien esencial de la economía de cualquier país, y aunque nos endulza la vida también nos mataría si la llegamos a consumir en exceso, ¿por qué Red-bull [cafeína y taurina] sí, pero cocaína no?
Cualquier personaje (desde el presidente de un club de barrio hasta el presidente del mundo) puede sacar buen rédito hablando mal del narcotráfico, de la droga, y señalar el gran peligro que representan las drogas sin tener que dar la más mínima explicación de:
·         ¿Cómo es, por ejemplo, que un ciudadano –mayor de edad, verbigracia: 25 años- que ahora mismo consume cocaína en su habitación supongamos antes de ir a trabajar[137] (en Londres, Ámsterdam, La Paz o Nueva York) representa una amenaza que requiere la intervención militar y policial a todos los niveles? Mientras que…
·         Otra persona que fuma un cigarrillo (tabaco, nicotina) –supongamos menor de edad 10-16 años- antes de trabajar en las minas de Bolivia[138], (es decir que consume la droga más peligrosa y adictiva del mundo, además de alcohol y [hoja de] coca para engañar el hambre o para ofrecerla al diablo que lo cuida) no se considera un problema, ni requiere la intervención de policías, militares, etc. Ni (lastimosamente) recibe ayuda de ningún tipo, ayuda que claramente le beneficiaría.
·         ¿Qué pasaría si en vez de comprar armas [y encerrar personas en jaulas] para ayudar a la primera persona, invertimos ese dinero en salud y educación para la segunda persona? ¿Se destruiría el mundo en que vivimos? Quizás sí, pero solo para mejorar.
Es suficiente mencionar “la droga” para desviar la atención de cualquier problema importante. Si se quiere hablar contra el actual gobierno (sin decir nada útil) usar “el narcotráfico”, “la droga”, como distracción a los problemas de fondo como la pobreza extrema en que vive gran parte de la población, parece ser lo más común, como sacrificar una gallina [supongamos] en la época de Roma, y pedirle a Marte que nos libere del mal; como sacrificar una mujer acusada de bruja con la esperanza de que Dios nos libere del mal, entonces no importa que gran parte de la población no tenga acceso a servicios o salud elementales, lo importante es evitar que en Bolivia puedan crecer ciertas plantas, sacrificamos miles de personas encerrándolas en jaulas para asegurarnos de que así podamos librarnos del mal, el supuesto mal que producen las drogas ilegales, por ejemplo, un diputado se refiere al tema en los siguientes términos:
“No es exagerar decir que Bolivia es un narco Estado. El entorno del Presidente se ha visto envuelto en sonados casos de narcotráfico, desde su asambleísta constituyente Margarita Terán, hasta su amauta personal, pasando por funcionarios del Legislativo que en 2007 traficaban droga en bustos del Che Guevara”[139]
“Este es un mal que afecta a todo el país, la Iglesia ya lo advirtió en una ocasión y lamentablemente vemos que el Gobierno no tiene una política de lucha contra el narcotráfico que perforó incluso las propias estructuras del Gobierno como en el caso del general de la Policía y René Sanabria”
“La Conferencia Episcopal Boliviana, advirtió sobre las insuficientes acciones del gobierno en la lucha contra la producción, fabricación de droga y el narcotráfico (…) El hallazgo de laboratorios para producir cocaína en toda Bolivia muestra con claridad y honda preocupación la insuficiente acción del gobierno en una efectiva lucha contra el narcotráfico, además del relajamiento del control social y de la referencia ética de la sociedad (…) El narcotráfico tiene un elevado impacto en la economía y falsea las condiciones del mercado productivo, al tiempo que son cada día más las víctimas de la cocaína y otras drogas en Bolivia. Los grupos locales que manejaban el narcotráfico, paso a paso se han puesto al servicio de clanes internacionales que han asentado su presencia en varias regiones, ejerciendo una actividad delictiva marcada por una creciente violencia”[140]
Desde Teddy Roosevelt hasta Barack Obama (ambos laureados con el nobel de la Paz), todos los presidentes americanos –que para Galeano es lo mismo que decir presidentes del mundo- se han declarado partidarios de hacerle una guerra a ciertas plantas (cuando faltaron nazis o comunistas, especialmente); han invertido millones de millones de dólares en equipar gigantescos ejércitos y pagar bonos especiales a quienes se unan a su guerra, para luchar contra 3 plantas: la coca, el cáñamo y el opio ¿Qué pasaría si hubiéramos usado ese dinero en plantar comida, o cuidar a la población [de forma real: hospitales, carreteras, servicios básicos] en lugar de destruir plantas que no son del agrado de cierto grupo de personas? Lo que han hecho en el fondo es destruir la agricultura e infraestructura de países pequeños y pobres, se decía (y todavía se dice en ciertas áreas) que la luz eléctrica, el agua potable o las carreteras solo favorecerían al narcotráfico[141]; esta política americana ha forzado a los campesinos (a la gente pobre) a emigrar a las ciudades o a otros países donde se ven obligados a ofrecerse como mano de obra barata (desde prostitutas hasta obreros esclavizados). Todos los presidentes de todo el mundo se han unido a esta guerra inservible, a esta cruzada centenaria y aunque claramente estamos ante un desperdicio inútil y enorme de recursos, solo los ex presidentes[142] pueden darse el lujo de decir que la “guerra a las drogas” es un fracaso, pues no tienen popularidad o futuras elecciones que perder, aunque en el fondo denunciar la Inquisición pero no tratar de hacer nada para terminar con ella me parece una actitud hipócrita, solo el presidente uruguayo Mujica ha tomado medidas para legalizar la marihuana en su país pues es el mejor modo de evitar mayores problemas, sorprendentemente la mayor parte de la población se puso en contra de tal medida, quizás por la –falsa- fama de peligrosa que tiene la marihuana.
Uno de los ejemplos más claros de lo ridículo y perjudicial [para personas reales] de esta “guerra a las drogas”, es el caso del llamado “narco general” Rene Sanabria [lo primero que se prueba es que usando el prefijo “narco”, cualquier cosa suena terriblemente mala y peligrosa, “narco bañera”, “narco disco”, “narco silla”, “narco vivero” etc.]. La jueza Úrsula Ungaro ya ha procesado a otros colaboradores de Estados Unidos, en la lucha contra el narcotráfico, precisamente por narcotráfico. Una vez que los [narco]dictadores Manuel Antonio Noriega y Anastasio Somoza les dejaron de ser útiles, fueron a parar a una jaula [aunque en ese caso eran jefes de Estado], en el caso del señor Sanabria “el mejor alumno de la DEA”[143] la condena impuesta actualmente es por el delito de “conspiración”, no por haber [narco]traficado durante años [usando los beneficios que da su cargo], como señalaba la prensa una y otra vez[144]. Las noticias (como es usual) apuntaban a las implicaciones que este alto personaje de la policía tendría en las altas esferas del gobierno del “cocalero Evo Morales” aunque para indignación de los periodistas no hubo ninguna, lo que no impidió que el sistema penal boliviano [nuestra actual Inquisición], persiguiera a su esposa y encerrara a su hijo [por si acaso, o para que su madre se entregue, debido a unos supuestos documentos robados donde estarían (d)escritos de algún modo los detalles del crimen, la lógica no se considera siquiera en este asunto, ¿Quién pondría pruebas incriminatorias –de tráfico de drogas- en su propio trabajo? ¿Qué dirían más o menos éstos documentos?]. Ésta forma de actuar no es nueva, todos los casos relativos a la ley 1008 implican que se debe sospechar automáticamente del entorno familiar e íntimo –esto le ocurrió también a mi familia y terminé encerrado en una jaula junto con mi padre, quien era mi supuesto cómplice en un crimen inexistente-, toda la investigación depende de la imaginación del fiscal y los investigadores, quienes tienen la más de la mitad de la batalla ganada pues en todo momento se presume la culpabilidad de los acusados [dado que “la droga” es lo más peligroso de este mundo], de este modo justifican los bonos que les pagan los americanos ¿Qué más da si se destruye la vida de gente inofensiva? Lo importante son las estadísticas. Exactamente como ocurría con las personas que cazaban brujas durante la Inquisición, si uno recibía dinero por entregar mujeres [brujas] a la Inquisición, importaban muy poco las pruebas que habían llevado a la conclusión de que tal mujer era una bruja [un gato se había roto una pata mientras escapaba de un campesino ignorante, una mujer con heridas similares era entregada a la hoguera por esas heridas sospechosamente parecidas], que desastre que no hayamos avanzado en lo más mínimo desde entonces ¿Dónde está la lógica? Otras personas acusadas de trabajar con Rene Sanabria en mayor o menor grado [choferes, operadores de balanza, otros jefes policiales, etc.], están encerradas en la cárcel de forma preventiva [para que no escapen o entorpezcan la investigación], sin tener sentencia; la que tampoco es una situación fuera de lo normal, para vergüenza de la justicia boliviana, solo el 16% de los presos, 16 de cada 100 personas encerradas en prisión tienen sentencia, es decir: se ha probado su culpabilidad luego de un juicio justo, el resto de las personas se encuentra en un limbo jurídico, no hay forma de saber cuándo va acabar el encierro, la retardación de justicia, el que haya tantos casos para atender, que no se pueda atender bien ninguno de ellos, es causa también de la guerra norteamericana contra las drogas.
Todas estas noticias acerca de que estamos “invadidos de carteles de narcotraficantes”, y del peligro y la violencia que se desata debido a “la droga”, son una mentira[145], y aún si fueran verdad, hay una forma de solucionar todos los “problemas” y es prácticamente gratis: Alejarse de la doctrina de los gringos e industrializar coca y todos sus derivados (al igual que el resto de las plantas prohibidas) sin seguir la sugerencia de Naciones Unidas, es decir, sin usar jaulas para desincentivar la investigación, producción y consumo de plantas (o derivados de ellas) que ellos consideran “peligrosas”. Si empezamos a usar funcionarios de impuestos [que me parecen mucho más desagradables que la policía, pero que tienen la ventaja de que el soborno, “la coima”, que se cobra actualmente a los narcos sería un impuesto y nos beneficiaría a todos en lugar de a unos cuantos], para controlar a los narcotraficantes, éstos se convertirían (automáticamente) en empresarios –o quizás el mismo Estado, podría industrializar la(s) “planta(s) sagrada(s)” en alguna de sus tantas empresas-. Si los empresarios que decidan producir, refinar cocaína, y por ejemplo, industrializar de nuevo el Vino Mariani o la Coca-Cola con su fórmula original, entre otros cientos de medicamentos derivados de la coca (y las otras plantas “peligrosas”), dejan de ser un problema policial, quizás los policías tendrían que empezar a luchar contra criminales reales (gente que roba, viola o mata), en lugar de luchar contra plantas o personas inofensivas. Ni las plantas ni (ninguno de) sus derivados son capaces de poseer a los usuarios para que cometan crímenes, ni ningún tipo de fechoría, los poderes de las plantas y del cerebro humano son insuficientes para tal efecto, para colmo, considerando que el alcaloide más peligroso del reino vegetal es la nicotina –del cigarrillo-, estamos realmente en medio de una guerra irracional y tonta. Cobrar impuestos para construir caminos, escuelas y hospitales, entre otras necesidades que no están cubiertas para una buena parte de la población sería posible si se deja de desperdiciar dinero en armas para luchar contra las plantas. Si en lugar de pagar sobornos, coimas a unos pocos funcionarios que luchan contra “la droga”, las personas pudiéramos pagar impuestos como los que pagan drogas [legales y mucho más perjudiciales] como el cigarrillo o el alcohol, todos nos beneficiaríamos, y no solo unos pocos ladrones manejando la actual Inquisición: Si se dejan de usar jaulas para luchar contra el narcotráfico y se llegan a vender algunos productos derivados de la coca (la temible cocaína) solo a mayores de edad como debería suceder con el alcohol, los cigarrillos y las bebidas energizantes (que en muchos casos son más peligrosas que la cocaína y son tan droga como ésta), si empezamos a producir “medicinas” de la “hoja sagrada”, por ejemplo, calmantes que usan todos los dentistas en el mundo- ¿No se protegería más efectivamente a los niños por los que la Iglesia[146] muestra tan honda preocupación? ¿No se protegería así de mejor manera la salud física y moral de los ciudadanos? ¿Cómo es exactamente que se protege la salud física y moral de alguien usando jaulas para cuidarlo de “la droga”?
             Las ideas de los misioneros americanos, de la avanzada del colonialismo americano, habían encontrado un demonio en este y otros medicamentos hace más de cien años, seguimos llamando adicto a quien haga uso de ellos y seguimos pensando que es gente que necesita ayuda[147], como si estuviera poseída por el mal, por algún demonio, y necesitara un exorcismo, cosa que generalmente no pensamos de los fumadores de tabaco. El término “adicción” fue secuestrado del lenguaje de  los romanos (donde adictus hacía referencia al esclavo, luego a quien sigue ciegamente a un maestro a un líder) por un médico vienes (Emil Erlenmeyer, quien por primera vez uso el término “azote de la humanidad” para referirse a ciertas drogas) tratando de responder a Sigmund Freud: la cocaína, que se creía otro de los remedios para el alcoholismo[148], llevaba “en realidad” a los consumidores a una terrible enfermedad llamada “adicción”, o como se le conoce popularmente en nuestros días: “drogadicción”; algunas personas –estadísticamente, muchas menos de lo que uno podría suponer- perdían todo control sobre sí mismas y se volvían “esclavos de la droga”. Lo que significaba que una pequeña proporción de consumidores, encontraban tanto placer en la medicina que la consumía repetidamente, justo como ocurre con el tabaco (pero en menor proporción). “Solo cambian el alcohol por la morfina, y la morfina por la cocaína” decía Erlenmeyer, sin embargo, para ver en esos maniáticos consumidores de alguna sustancia la posibilidad de la destrucción de la sociedad, de las familias, de los trabajos[149], se necesita fe, guiada (como se verá) por los misioneros americanos. Los sectores prohibicionistas ya habían emprendido campañas cortando árboles de manzana[150] en su país hacía años para prevenir que se prepare alcohol (sidra, aguardiente, manzana fermentada), pero encontraron, quizás casualmente, que era mejor, sobretodo más rentable atentar contra la agricultura de países lejanos y subvencionar la propia. Mientras la agricultura en Estados Unidos o Europa, esta subvencionada y por ende cuenta con las mejores semillas (producto de la selección artificial), científicos al servicio de la tierra y las plantas para ayudarlas a crecer más y mejor, además de cientos de máquinas trabajando en miles de hectáreas para que la producción de alimentos sea suficiente para la enorme población de los países desarrollados; en Bolivia usamos militares y policías (sugerencia de la comunidad internacional) para destruir nuestra pobre agricultura y mantenerla en los niveles más bajos de producción posible, para asegurarnos que quienes se ven obligados a plantar coca carezcan de caminos, agua, electricidad, maquinarias, y se vean obligados (de paso) a vender materia prima barata a narcotraficantes si quieren ganar unos pesos más que en el mercado legal. ¿Si un campesino pobre que ahora planta coca, tuviera acceso a caminos y mercados, seguiría plantando coca que plantan todos los demás campesinos pobres (haciendo que el precio baje) o buscaría otro producto más rentable? Mucha gente piensa que el problema es que este producto más rentable es “la droga”, y por ese temor, por perseguir brujas es que destruimos o permitimos que destruyan nuestra agricultura y nuestra industria.
             ¿Por qué alguien querría castigar a alguien que realiza actividades que no dañan a nadie? –Para el autor Sam Harris, el Dios cristiano brilla detrás de estas leyes-  Lo más sorprendente de los crímenes sin víctimas, es que incluso cuando el comportamiento prohibido no daña a terceros, su criminalidad se sigue afirmando por aquellos deseosos de castigarla. La verdadera razón detrás de la prohibición sale a relucir: La idea de castigar y perseguir pecados. No es un accidente que las personas de fe busquen que otros seres humanos sean encerrados en jaulas. Éste impulso está íntimamente ligado a la lógica de la religión, porque la sola idea de privacidad es incompatible con Dios. Si Dios ve y conoce cada pensamiento, y no aprueba el consumo de drogas[151], entonces lo que las personas hagan en la privacidad de sus hogares, será un asunto de interés público para la gente de fe incluso si no afecta a terceros[152].
Una variedad de nociones religiosas acerca de hacer el mal pueden verse converger aquí –preocupaciones sobre idolatría principalmente- y esto parece que les ha dado a muchos de nosotros la sensación de que es ético castigar a las personas, a veces severamente, por comportamientos privados que no lastiman a nadie. Como los más costosos ejemplos de irracionalidad, en el cual la felicidad humana ha sido ciegamente subvertida por generaciones, el rol de la religión en este asunto es explícito y fundacional. Para observar que las leyes contra el “vicio”, no tienen en realidad nada que ver con cuidar a las personas física o psicológicamente, y simplemente tratan de no hacer enojar a Dios[153]. Es suficiente observar el caso de las drogas. Sucede que hay muchas sustancias, que ocurren de manera natural, cuyo consumo lleva a trascender estados de placer. Ocasionalmente, es cierto, trasciende a estados de miseria también, pero no hay duda que el placer es la norma. De otro modo los seres humanos no habrían sentido la necesidad de consumir tales sustancias por milenios. Desde luego el placer es precisamente el problema con estas substancias, pues el placer (pleasure) y la piedad (piety) siempre han tenido una difícil relación.
Cuando uno observa las leyes contra las drogas –de hecho todas nuestras leyes contra el vicio- el único principio organizacional que parece tener sentido es que cualquier sustancia que pueda eclipsar radicalmente los poderes de [la hostia o] la oración[154] será una fuente de placer prohibida[155]. Particularmente, cualquier droga (LSD, mezcalina, psilocibina, DMT, MDMA[156], marihuana, etc.) sustancias a las cuales los usuarios atribuyen significados religiosos o espirituales, han sido prohibidas (justo como el arbusto de la coca). Preocupaciones acerca de la salud de los ciudadanos o su productividad, son meras distracciones en este debate, como la legalidad del tabaco y el alcohol demuestran claramente.
Los usuarios de drogas –prohibidas- en Bolivia no pasan del 10% de la población, los homosexuales –para comparar- también son 1 de cada 10. Las únicas drogas que consume más de la mitad de la población son el tabaco y el alcohol –las más peligrosas-, y las drogas que consumen los menores de edad son por lo general: tabaco, alcohol e inhalantes como clefa o thinner. Según los investigadores del CELIN (Centro Latinoamericano de Investigación Científica) sin la intervención de la policía todo estaría “peor todavía”. Esto es dudoso, es similar a las personas que comprueban la efectividad de los repelentes de elefantes aduciendo que no hay elefantes cerca. La policía al destruir laboratorios de “droga” por toda Bolivia, o al decomisar toneladas (o gramos) de “droga” (con toda la publicidad que les dan los que no tienen información real que comunicar), no evita que las sustancias (principalmente marihuana, cocaína y pasta base) sean adulteradas, vendidas y consumidas, incluso se han llegado a vender y producir en las mismas cárceles, como testimonio del enorme fracaso de la guerra a las drogas; el que cientos de turistas deseen entrar a la cárcel de San Pedro para ver de cerca la “prisión más extraña del mundo” debería ser suficiente para notar este extremo. Las leyes contra las drogas, son la demostración más clara del colonialismo americano en el sistema jurídico boliviano, y de lo inútil que es encerrar personas en jaulas para ayudar a los “drogadictos” (del primer mundo), la idea de que “la droga es mala” es una idea religiosa (gringa) y como tal carente de toda lógica y a prueba de críticas contra ella. La guerra contra las plantas es una de esas cosas que creemos necesarias solo porque los americanos han invertido millones de millones de dólares en publicidad para hacernos creer aquello… el repelente contra elefantes funciona ¿no sería más barato dejar de comprarlo?




[1] ¿Por qué será que si “las drogas” van desde el chocolate, café, té, pastillas, hasta la marihuana, heroína, cocaína, siempre se dice “la droga”? me parece que es uno de esos términos diseñados para alejarnos lo más posible de la realidad.
[2] Juan Pablo II XXVI encuentro por  LA PAZ en: http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/messages/peace/documents/hf_jp-ii_mes_08121992_xxvi-world-day-for-peace_sp.html
[3] 80% de la población relaciona “las drogas” (cocaína, marihuana) con violencia, menos del 10% (datos CELIN) cree que el alcohol o el tabaco sean dañinos. El mismo punto de vista puede apreciarse en las respetivas convenciones anti-droga, para combatir el creciente problema del narcotráfico: se tuvieron que diseñar leyes contra las organizaciones criminales, el lavado de dinero, el uso de niños, y otros problemas que no existían antes de la prohibición a la droga.
[4] Revista Datos (Nov, 2010) ésta revista hace enormes escándalos respecto al narcotráfico, casi cada número hablaba de como el narcotráfico estaba a punto de destruir el país. Al parecer –según esta revista- en el primer mundo si se pueden despenalizar las drogas, pero por alguna razón los bolivianos “no estamos preparados”. Esta actitud se llama racismo, cualquier estudio demuestra que los bolivianos consumimos muchas menos drogas que los americanos, dudo que sea por virtuosismo, acepto más fácilmente la hipótesis de que es nuestra pobreza la que nos ha privado de todo tipo de medicinas que sobran en el primer mundo. 
[5] Por ejemplo en el Alto donde se cuelgan muñecos para advertir a los ladrones que podrían ser linchados, la falta de policías y de iluminación nocturna no impide que de vez en cuando la FELCN organice un desfile de armas y vehículos para destruir algún laboratorio clandestino, o luchar de algún modo contra el narcotráfico, ¿no sería más útil que todos esos recursos se usen en luchar contra crímenes de verdad, de modo que la gente ya no tenga que recurrir al linchamiento como arma de defensa?
[6] Espero que estas frases representen la visión de la mayor parte de los hombres de fe, falta mencionar a los niños que no solo consumen drogas, si no que se ven obligados a participar en el tráfico a sabiendas de que las sanciones contra menores de edad no son carcelarias (no solo los curas piensan eso, también está escrito en la convención anti-droga de 1988). Todos los males (nuevamente) que se pueda uno imaginar no son culpa de las drogas, son culpa de la histeria fanática americana en contra de ciertas sustancias.
[7] Y (me parece que también de) los mensajeros.
[8] Aunque este punto es discutible, dada la extensión del imperio controlar el consumo por el pueblo llano parece tarea imposible.
[9] La importación de negros por motivos humanitarios, fue sugerencia de Bartolomé de las Casas en su angustiosa lucha por los derechos de los indios.
[10] Por ejemplo las legendarias fuentes del Nilo, acabaron llamándose Albert y Victoria como los soberanos ingleses, las leyendas africanas, y los peligros propios de la selva, prohibían a los nativos acercarse demasiado a dichas fuentes.
[11] Carl Sagan en el último capítulo de Cosmos –fantástica serie de televisión y hermoso libro- (pg. 278) cuenta que Hypatia (370-415), una notable mujer (matemática, astrónoma, física, y cabeza de la escuela Neoplatónica de filosofía) que trabajaba en la biblioteca de Alejandría, fue asesinada de la manera más cruel por los cristianos, seguidores del arzobispo Cirilo de Alejandría (Cirilo o Cyril –quien fue hecho santo-) que veían una herejía en el conocimiento y una suprema herejía en una mujer dedicada a la ciencia y el conocimiento, mucho peor una mujer hermosa.
[12] Mascar, to chew, dice un escritor americano (Gootenberg, quien desenterró toda la actual historia de la cocaína usada en este capítulo), es una traducción pobre.
[13] Ramiro Castro de la Mata, Inventario de la Coca.
[14] Antes de la guerra mundial, el reino de Alemania, era mucho más grande que en la actualidad, y también contaba con colonias.
[15] Colón también perdió el miedo a caerse del borde del mundo, y descubrió que era redondo.
[16] Cenizas de planta, potasio, pot ash, mezcladas con bicarbonato.
[17] Escohotado, menciona estudios realizados por D. Paly en la universidad de Yale en su monumental “Historia general de las drogas”, el carbonato cálcico aumenta hasta en un 10% la concentración de cocaína en el plasma sanguíneo [pg. 119].
[18] Aunque en los animales de sangre fría, según Freud conduce a parálisis en lugar de estimulación, Über Coca Julio 1884. Quizás ya sea haya dado cuenta, pero todos los animales sentimos una alteración del sistema nervioso, nuevamente porque todos los animales descendemos del mismo ancestro y estamos hechos de los mismos componentes.
[19] Michael Pollan, “The Botany of Desire”, anota que no tenemos buenos verbos para describir las acciones de las plantas. El arbusto de la coca claro que no “planeó” como lo haríamos los humanos, alguna de las mutaciones resultó en una combinación efectiva para sobrevivir, el que también sirva a los humanos para  estimular de algún modo el sistema nervioso, es un subproducto, gracias al cual la planta pudo expandirse por una amplia región bien cuidada por los granjeros humanos, es decir recibe: comida, hogar, y un lugar para reproducirse ¿Qué buen plan verdad?
[20] Esto es cierto del THC de la marihuana, es segregado para defenderse tanto de los rayos ultravioleta del sol, así como para defenderse de los depredadores (BBC  Horizon 2009). La “idea” en el caso del ají, lejos de evitar ser comido, lo llevó a ser seleccionado para elevar su sabor picante, lo importante (en la lucha por sobrevivir) no es evitar la muerte, sino propagar los genes (semillas). Plantas como la coca han logrado que un cultivador las cuide y las expanda por propiedades diferentes a las del sabor.
[21] Quizás algún “recuerdo” de algún momento en que todos los animales fuimos una sola célula con las plantas y segregar químicos para estimular la producción de energía resultaba útil (quizás) para escapar de algún depredador. Me pregunto si algunos de los efectos de la cocaína: placer, supresión del apetito, no serán producto de este “recuerdo”, luego de segregar la sustancia x que le brindó la posibilidad de escapar de ser devorado (obviamente olvidando por completo algo tan superfluo como alimentarse mientras dura el escape) a nuestro hipotético ancestro celular, no habrá sentido ¿placer? ¿El placer de estar vivo, y poder reproducirse para que la vida pueda continuar? Nunca sabré la respuesta porque las leyes están diseñadas para prohibir cualquier investigación respecto a las drogas, salvo para respaldar la opinión gringa de que son malas.
[22] Si fuéramos buitres, también encontraríamos deliciosa la carne podrida de los animales muertos. (Dennett, Breaking the Spell)
[23] Justo como los espermatozoides (Dennett, Breaking the Spell)
[24] El magistrado del tribunal constitucional Gualberto Cusi, se expresaba en tal sentido.
[25] http://www.tni.org/es/primer/hoja-de-coca-mitos-y-realidad
[26] Salvo nuevamente usando la “tecnología”, sin embargo producir luz eléctrica para hacer crecer una planta tropical, resulta mucho más caro que usar el abundante sol sudamericano, y su abundante mano de obra barata (producto de la sobrepoblación).
[27] La prescripción médica más amplia de la época era éste Bourdeax con cocaína. Los escritores lo amban: Anatole France, Henrik Ibsen, Émile Zola, Julio Verne, Alejandro Dumas, Robert Louis Stevenson, Sir Arthur Conan Doyle, entre otras luminarias literarias que le rendían devoción. Justo como la Reina Victoria; el Rey George I de Grecia; Rey Alfonso XIII de España; el Shah de Persia; y William McKinley, presidente de los Estados Unidos.
[28] También, mediante la encíclica Rerum Novarum, defendía los derechos fundamentales de los trabajadores; la Carta Encíclica Satis Cognitum afirmaba la infalibilidad del Papa.
[29] http://cocaine.org/cocawine.htm
[30] Producción que ab-initio, y hasta la guerra fría sería fruto de Louis Schafer y sus descendientes, (uno de tantos) enviado(s) de una empresa alemana, en este caso: Boehringer para explorar los usos de la coca.
[31] Uno de los ejemplos más horribles es el pájaro dodo, tan inofensivo que lo mataron por placer a garrotazos, y de otras formas, los marineros que lo hicieron reportan que ni siquiera tenían buen sabor.
[32] El método inventado por Bignon, había sido mejorado por un inmigrante emisario de Merck llamado: Arnaldo Kitz, enviado para investigar las plantas de la Amazonía (muerto en 1896, por sus aventuras en la Amazonía, quien llegó a casarse con la hija del alcalde de Lima, era un industrial influyente) y quien finalmente sacó al francés del negocio de exportar cocaína bruta, dejándolo completamente en manos alemanas. Bignon volvió a su país donde murió luego de 1900. Su método había resuelto el problema del empaque y el transporte, pues en una parte de cocaína bruta, una sustancia amarillenta y olorosa, podían entrar hasta 200 partes de hoja de coca, sin peligro de que se descompongan los alcaloides, los marineros alemanes tomaron el negocio. 
[33] El mismo esquema ha quedado con el crudo de petróleo, que vuelve en forma de plásticos y gasolina.
[34] Procedimiento que el señor Bignon presentó a la Academia libre de Medicina de Lima un 13 de marzo de 1885. Procedimiento que –pensaba Bignon- le daría la fama y el reconocimiento científico del mundo o quizás (incluso) la fortuna.
[35] Antes de su muerte repara puentes e iglesias destartaladas. Antes de él, el método Bignon alcanzaba hasta un 60% de pureza, con sus meticulosas observaciones (cronómetro en mano) y su obsesión por el desperdicio innecesario, Kitz llegó a obtener resultados que sobrepasaba el 90% de pureza.
[36] Un término antiguo que me parece significa: stress o cansancio producido por el trabajo.
[37] Ejemplo más actuales (y quizás menos ilustres dependiendo de los gustos) incluyen a Joaquín Sabina, quien, al igual que Ray Charles (viejo adicto a la heroína) llegó a la conclusión de que el cigarrillo fue más difícil de abandonar que la cocaína.
[38] Y Bill Clinton (entre otros) a quien “no le gustó” (la marihuana), que jamás fumó (por que la comió en un pastel). Bajo las leyes bolivianas, ninguna de estas personas hubiera llegado a ser presidente o a ocupar un cargo público, aunque tampoco presidentes más loables como George Washington o Thomas Jefferson.
[39] Quien consume cocaína inyectada, en sus primeras aventuras como alternativa al embotamiento.
[40] Quien de joven soñaba con hacerse rico con plantaciones de coca. Pensaba que un dios que malgasta tantas maravillas de ingeniería y biología en la creación de algo tan inútil y molesto como una mosca no merece nuestra devoción, o más probablemente no existe. 
[41] Nunca ha habido reportes en Holanda de nadie que haya fumado marihuana hasta morir, de hecho nadie en la historia de la humanidad ha muerto por fumar marihuana, o mascar coca.
[42] Que seguían persiguiendo a la cocaína, gracias a la obra de la viuda de Hamilton Wright y sus ideas cristianas acerca de una planta, que segregaba una sustancia tan mortal, tan capaz de poseer a sus usuarios, que todos los ejércitos del mundo no serían capaces de…
[43] Por las que lucharon holandeses e ingleses, que se tuvieron que conformar con colonizar la India.
[44] Considerando que sea cierto que “la hoja del Chapare solo sirva para el narcotráfico” (como sostienen entre otros el ex vice-presidente Víctor Hugo Cárdenas, observación que parece no ser compartida por investigaciones del CELIN, que incluso sostienen que la hoja del Chapare tiene menos alcaloides que la de Yungas. Celin “los mercados de drogas ilegales en Bolivia” (2009); Según Gootenberg, en la actualidad la hoja con mayor concentración de alcaloide (de cocaína) es la cultivada en Colombia.
[45] Quizás por este detalle el consumo de coca (mascada) nunca se popularizó en Indonesia, era una plantación para exportar en manos de empresas privadas.
[46] Gootenberg, pg. 116. En un obituario de 1923 (Augusto Durand, su personalidad, su vida: el hombre de negocios. La República Lima aprox. 1923) se reconoce a Durand por “desarrollar la industria de la cocaína en sus Granjas de Huánuco, habiéndose convertido en uno de los mayores sino el mayor productor mundial de este alcaloide… quien trajo a sus granjas los más modernos avances de la ciencia, industria y mecánica, el primer teléfono, telégrafo, riel, y el primer automóvil que llegó a la región de la ‘montaña’”
[47] Por ejemplo contra los señores: Otto Lietzenmayer y Berthold Feuchtuger, dramáticamente requisados por la policía limeña, que confiscó 400 gramos de cocaína terminada.
[48] Aunque “narco”, hace alusión al sueño (que provoca la morfina) y la cocaína sea un estimulante.
[49] Incluso Japón llegó a producir cocaína (en la isla de Formosa) y otras drogas, pero fue detenido (tempranamente) por los americanos.
[50] Gootenberg, pg. 187.
[51] 3.000 dólares el kilo.
[52] Gootenberg 178.
[53] Que quedó “libre” luego de la ocupación y derrotas japonesas, y antes estaba bajo dominio de la monarquía francesa. Estados Unidos empezó a apoyar a otra monarquía –al menos anti-comunista- en la recién dividida (1954) Vietnam del Sur.
[54] Escuela que funcionó hasta 1984 en Panamá, y que sigue funcionando ahora en Estados Unidos, donde simplemente se cambió el nombre a: “Instituto del Hemisferio Occidental para la cooperación en seguridad”. El padre Roy Bourgeois, un activista (que vivió en Bolivia y fue torturado y expulsado durante la dictadura de Banzer) es uno de tantos activista que realizan grandes esfuerzos para que se cierre ésta: “Escuela de asesinos” los militares de toda Latinoamérica (todos los que cometieron delitos contra la humanidad) reciben cursos de “derechos humanos” en ese lugar, incluidos los que luchan contra las drogas en la actual FELCN (Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico), más información en: School of the americas watch: www.soaw.org
[55] Manual de la Escuela de las américas, introducción: “…K. Narco Terroristas. Por años el traficar con drogas ha sido ligado exclusivamente a elementos criminales profesionales. En años más recientes una nueva influencia se ha movido hacia el mundo de las drogas, motivados no por la avaricia sino por una determinación para desestabilizar la sociedad occidental. Su método: intercambiar armas por drogas…”  en http://www.derechos.org/nizkor/la/libros/soaGU/cap1.html
[56] Antiguo abogado de la United Fruit Company, cuando Guatemala era llamada Banana Republic (por los gringos) y era propiedad de la compañía frutera.
[57] Cuyo Hermano Allan Dulles fue jefe de la CIA.
[58] Richard Dawkins: “Religion as a Virus”. Generalmente las personas adoptan la religión de sus padres, la que claman desde luego que es la correcta, si hubiéramos nacido en la Grecia de Platón, probablemente, este libro hablaría sobre Zeus y lo tonto que es desperdiciar dinero siguiendo sus inútiles ritos esperando alguna alteración del mundo físico.
[59] Según Dennett, el valor de mezclar nuestros genes con otra persona mediante el sexo, para que solo la mitad de nuestras información sobrevida en el tiempo, es un trato justo (opuesto a clonarse) solo si tomamos en cuenta que el nuevo ser que nacerá, será resistente a las antiguas enfermedades. Quizás la enfermedad del cristianismo,  sea solo un mal recuerdo para futuras generaciones.
[60] Nacido en 1900, Lambayeque,  camarero de la línea de barcos Grace, se dice que trabajó para “Lucky” Luciano –afamado gánster- poesía una enorme mansión en New York, donde llevaba “la droga”, desde Lima a los barrios bajos. Según el fiscal que lo acusó empezó en 1946, y para 1949 traficaba 50 kilogramos de cocaína pura al mes, con un valor de 5 millones de dólares en las calles de Harlem, que se adulteraba y vendía hasta por 154,000 dólares el kilo. También tenía contactos con las altas esferas limeñas, del partido equivocado, el presidente Odría envió al capitán Mier y Terán especialmente para preparar los lazos de cooperación que terminarían en su arresto.
[61] Quien incluso hizo popular el término macartismo para referirse a acusaciones infundadas u oportunistas que se lanzan sin tener ninguna prueba para ser sustentadas, como hizo en sus famosas “cacerías de comunistas”.
[62] Los antiguos clubs (cuevas) de tango en Argentina desde 1920, también servían para el comercio cocaína (y otras drogas), no debería sorprendernos esto de aquellos antros de truhanes y prostitutas en la periferia de Buenos Aires.
[63] En toda la región asiática, donde la pena por posesión de cierta cantidad de drogas, es la muerte.
[64] Salvador Allende, también luchaba contra la droga, principalmente para ganarse los favores de los americanos.
[65] También conocida como Delicia Herrera, nacida en Riberalta, que vivía frente a las oficinas del Diario en la calle Loayza (hacía 1930) quien empezó como mula, llevando cocaína –o más probablemente pasta base, cocaína bruta- en su bolsa de mano de doble fondo para los contrabandistas cubanos. Debido a su despiadada avaricia (como dirían los informes de sus captores americanos, el agente especial Frank Martínez) deja a sus patrones para dedicarse al negocio por cuenta propia, era protegida del ex presidente cubano Francisco Prío –lo que la salvo de varios arrestos, y traiciones, de su amante Luis Schenel por ejemplo-, a quien le llevaba varias maletas de (sulfato de) cocaína a cambio de maletas similares cargadas de dinero en la Habana. También proveía a los contrabandistas (refinadores) argentinos y peruanos. En La Paz tenía un hotel llamado Star, donde vivía con su esposo, luego de cerrar uno de sus laboratorios en Obrajes (con disparos incluidos) su imperio de hoteles y lavanderías al igual que ella, desaparecieron. El término “lavar dinero” fue originado por Alfonso Capone y negocios de lavandería, hoy en día todos podemos entender que es el “dinero sucio”, contra el que claro también se nos pide luchar.
[66] La llamada “teología de la liberación” es una error (puesto de manera amable) según el Vaticano: es.catholic.net/temacontrovertido/331/1229/articulo.php?id=49621
[67] En una de sus tantas visitas para conseguir fondos en contra del aborto, ante la dictadura de Papa Doc Duvalier en Haití, declaró -luego de recibir el dinero- que nunca había visto “una familia de gobernadores tan cerca de su pueblo”.
[68] Una observación tan mordaz solo puede pertenecer a Chris Hitchens.
[69] Entre los “descubrimientos” del ángel de la muerte, un devoto católico, fino amante del arte. Están la cantidad de minutos que una persona puede sobrevivir sin oxígeno (4-5 minutos), sin agua (9-10 días), sin comida, la altura máxima que puede soportar un cuerpo al caer sin paracaídas, el tiempo que tardan en morir los recién nacidos sin leche materna, tiempo y temperatura de muerte por congelamiento, diversos experimentos con gemelos, y cientos de experimentos cuyos resultados usamos hoy en día.
[70] Chomsky, La guerra (a algunas de) las drogas.
[71] Gootenberg, 283.
[72] Ibíd.
[73] Difícilmente mi broma, pero creo que entiendo porque son escasos los libros de Richard Dawkins.
[74] My enemy’s enemy, documental de Kevin McDonald.
[75][75] 1971-1978, hasta que Gerald Ford, en USA exige que al menos se finja que hay democracia en las colonias organizando elecciones lo que se hizo muchas veces con un solo partido o tremendamente fraudulentas como es el caso del General Banzer.
[76] Líder Socialista quien llevaba a cabo el juicio contra el dictador Banzer.
[77] Periodista y sacerdote que cometió el error de denunciar los atropellos de la dictadura.
[78] My enemy’s enemy.
[79] Una de las frases más oídas es: “no te metas algo habrá hecho ese maleante”.
[80] En Bolivia ya se había militarizado la lucha contra las plantas mediante leyes-decretos de los años: 1956, 1962, 1973, estableciendo penas especiales, y prohibición de cualquier tipo de beneficio (como la presunción de inocencia) en la lucha contra el comunismo, instigada por USA, ninguna medida era suficiente.
[81] Como las 5 mineras, Aurora de Lora, Nelly de Paniagua, Angélica de Flores, y Luzmila de Pimentel además de la dirigente Domitila Barrios de Chungará que vinieron de Catavi, con su veintena de hijos dispuestas a acabar con la dictadura muriéndose de hambre de ser necesario, y los jesuitas que se unen a su lucha entre ellos: Luis Espinal.
[82] www.lanacion.cl/noticias/site/artic/20070808/pags/20070808162307.html
[83] Considerando que fuéramos 10 millones de bolivianos y hace 30 años, la población mundial era tan solo la mitad de la población actual, cada boliviano hubiera tenido entonces 200 dólares al año. La deuda Externa se calculaba entonces en 3 mil millones de dólares, así que se hubiera podido pagar en 3 años.
[84] Costa Rica actualmente es el país más rico de Centroamérica, debido principalmente a que en las mismas fechas desmanteló su ejército y empezó a usar ese dinero para cosas útiles como cuidar realmente a las personas y los bosques. La Paz luego de la revolución del 52 se convirtió en la Shanghái de Sudamérica, debido al inmenso número de refugiados, judíos, nazis, turcos de las guerras que se libraban por el mundo.
[85] Primo de Hugo Banzer Suárez y Luis Arce Gómez, ¿los negocios tan enormes en Bolivia, al igual que los pequeños, también se explotarán en familia?, el señor Roberto Suarez (anotemos) era un devoto católico.
[86] Narcotráfico y Política Militarismo y mafia en Bolivia, Por Latin América Bureau en: www.derechos.org/nizkor/bolivia/libros/cocacoup/index.html
[87] Militar, graduado de aviador por USA, y de la “escuela de las Américas”.
[88] Los bolivianos somos los únicos que no podemos notar la ironía de tener una fuerza naval, sin tener mar. La Fuerza Fluvial y Lacustre de Bolivia dará origen a la Fuerza Naval Boliviana, como el tercer componente de las Fuerzas Armadas de la Nación, el 8 de enero de 1966, mediante Decreto Supremo N° 7469 http://www.histarmar.com.ar/ArmadasExtranjeras/Bolivia/ArmadaBolivia-1.htm
[89] Siguiendo las ideas de gente como Timothy Leary, ex profesor de psicología de Harvard, que propugnaba el uso del LSD y se lo daba a sus alumnos, para alcanzar, la paz del mundo, una revolución espiritual, y otras ideas hippies. Creo que es irónico que ésta generación haya sido la mejor educada en toda la historia americana, la razón de que se haya prestado especial atención a su educación fue claro la lucha contra el comunismo.
[90] En la película-documental “The U.S. vs John Lennon” se puede apreciar una enorme investigación llevada a cabo para deportarlo, por un cargo falso por posesión de marihuana en Inglaterra, la peligrosidad de Lennon consistía en hacer un enorme pedido por la paz, lo que hubiera podido influenciar las elecciones que Nixon (pro-guerra, ley y orden) terminó ganando. Norman Pilcher el policía que lo arrestó en Inglaterra fue condenado por perjurio, basó su carrera en arrestar celebridades como Mick Jagger, y otros, para salir en la prensa y hacerle pensar a la gente que su trabajo servía para algo.
[91] Harry Anslinger, empezó a usar la prensa para aterrorizar a la población por el peligro que representaban ciertas plantas. Grass: The History of marijuana (Excelente documental dirigido por –el canadiense- Ron Mann, muestra su cambiante postura respecto a la marihuana década tras década)
[92] En un edificio donado por el millonario Rockefeller.
[93] Quien enviaría a más de la mitad de los de soldados que murieron en esa guerra (Vietnam), una guerra “tan terrible” que igualó la cantidad de explosivos usados en la Segunda Guerra Mundial.
[94] http://www.presidency.ucsb.edu/ws/?pid=3048#axzz1YoXujllp
[95] Manuel Salazar Salvo, “Novios de la muerte; crimen organizado en Bolivia”.
[96] Grupos armados con bases en Honduras, que eran entrenados por USA que estaban claro muy bien financiados, y armados. Trataban de evitar que un pueblo recupere su país, en la llamada “revolución sandinista”.
[97] Como también los llamaba el entonces presidente Reagan. Que también ideo la “Guerra de las estrellas”, (Star wars) una serie de cohetes para destruir los cohetes que el imperio del mal (Rusia) estaría pensando en lanzar al territorio americano. Justo como la “guerra a las drogas” todo parece ser cuestión de encontrar un nombre pegajoso, y empezar a asustar a la gente.
[98] En el documental “My enemy’s enemy” también se puede ver al señor Arce Gómez en una famosa entrevista, tratando de limpiar su nombre, que su gobierno no tiene relación alguna con el narcotráfico.
[99] Entrenado en la Escuela de las Américas, cercano aliado de Estados Unidos, hasta que pidió el retiro de dicha escuela de suelo panameño, también pretendía nacionalizar el canal de Panamá (de propiedad todavía americana). Encarcelado en América, extraditado a Francia y actualmente purgando condena en Panamá, por narcotráfico y lavado de dinero.
[100] Acusado también de encubrir el narcotráfico, a pesar de que colaboraba con el gobierno americano y sus exigencias, quizás más para conseguir su apoyo.
[101] Chris Hitchens “The Henry Kissinger’s Trials”
[102] Hay una demanda penal en contra de Kissinger por el asesinato del general Scheneider, Rene. Quien se oponía al golpe de Estado en Chile, y fue acribillado a balazos en un crimen jamás esclarecido. Un juez argentino también requiere su presencia para testificar en su participación en el “plan cóndor” aunque reconoce que llegar a interrogar a Kissinger es casi un sueño.
[103] También premio Nobel, durante la ceremonia de premiación protestaron por su –supuesta- participación en la política chilena.
[104] Incluida claro la libertad de comercio de todas las drogas, Milton Friedman “Why drugs should be legalized?”.
[105] Indiscutiblemente su situación es mejor que la de Bolivia, pero Bolivia es el país más pobre de Sudamérica, ¿quién podría no estar mejor? Y si uno considera las protestas masivas de grupos de inconformes, indignados, o las tomas masivas de espacios públicos, en las grandes capitales, en protesta, el primer mundo se aleja más y más del paradigma de la tierra prometida. O algún destino deseable.
[106] Algunos quieren ver en la revolución bolchevique, donde se expropiaron los bienes de una iglesia para favorecer otro irracional culto, el partido de la mayoría –los bolcheviques- como muestra de lo dañino que es el ateísmo, sin embargo la persecución fanática que se hizo de otros cultos religiosos más bien me parece que denota rasgos religiosos por encima de rasgos racionales. Stalin además estaba estudiando para ser cura, quizás lo que ayudó más a sus actos brutales fue la enseñanza de que “el fin justifica los medios” en su expansión del marxismo dogmático y doctrinario (R.D).
[107] A pesar de que el prefijo narco, implique “adormecimiento” y la cocaína sea un estimulante.
[108] Ni siquiera el alcohol que es parte de la eucaristía, la sangre de Jesús, y más importante parte de todas las fiestas religiosas, luego de aguantar la misa.
[109] Cuando Hugo Banzer Suarez promulgó los códigos de familia, penal, procedimiento penal y comercio.
[110] http://www.lexivox.org/norms/BO-COD-18341106.xhtml
[111] Galeano (memoria del fuego) III, pg., 10. Gracias a esta jugarreta mataría a su viejo aliado el temible Zarate Willca.
[112] Pueblo Enfermo pg. 113: “Todavía más. Si se eliminase el elemento indígena de algunas ciudades como La Paz, Quito o Arequipa, por ejemplo, todo su elemento sociable y distinguido, podría caber fácilmente en un solo edificio de Nueva York, en el Woolworth pongo por caso, donde viven 30.000 personas”.
[113] ¿A nadie se le ocurría que “los indios” mascaban coca y eran desnutridos, por la pobreza que no les permitía comprar alimentos? ¿Flojos por no producir comida o por estar obligados a producir para su patrón?
[114] Disculpen mi ignorancia.
[115] Al menos eso dice Friedman.
[116] http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/local/20110504/caceres-dice-que-solo-hay-%E2%80%9Cclanes%E2%80%9D-de-droga_124130_249086.html
[117] Según palabras de Carlos D. Mesa, “Presidencia Sitiada”.
[118] Que según la convención de 1961 debía desaparecer de la faz de la tierra en unas pocas décadas, junto con el opio y el cáñamo.
[119] “Las bicentenarias agresiones militares contra Estados Unidos y el Caribe” Autor: Luis Salazar
[120] A veces me pregunto si realmente la gente en el Tíbet, detenía la construcción de edificios si encontraba gusanos que podían ser ancestros suyos ¿es necesario preservar la vida a ese nivel? ¿No sería más fácil –en todo caso- mover los gusanos a otro lugar?
[121] Alrededor de 90 millones de dólares según: http://www.cidob.org/es/documentacio/biografias_lideres_politicos/america_del_sur/bolivia/evo_morales_ayma
[122] LEY 1685 contra la retardación de justicia y la fianza juratoria.
[123] Seamos, problemas jurídicos legales asociados a la aplicación de la Ley 1008 : Procesos, Encausamientos y Penalidades al narcotráfico La Paz 1991, cita de: Existencia Proscrita: Mujeres castigadas por la Ley 1008 . Jimena Silva Segovia.
[124] Por conclusiones doctas como que el pecado se entierra tan dentro de las personas, que es necesario quemarlas lentamente para expurgarlo totalmente, ergo, arrojar grasa a un cuerpo para que tarde lo más posible en quemarse era una forma de ayudar al pecador a obtener el perdón de Dios.
[125] Aunque debo anotar aquí el sorprendente cinismo de las autoridades bolivianas, literalmente de “actividades sospechosas por la noche, han deducido que existía un invernadero de marihuana” en mi terraza, ¿qué actividades te llevan a deducir tal cosa? ¿podrían deducirlo de nuevo? más cínicas aún fueron al inventar que desbarataban un centro neurálgico del tráfico de marihuana o que claro destruyendo un huerto casero luchaban de algún modo contra el crimen en las calles. Los resultados son obvios, antes de la intervención penal en mi caso reciclaba mucho y tenía una vida muy sana, después de meternos en una jaula para robarnos… pues tuve que recurrir al mercado negro para comprar marihuana [u otras sustancias] de ínfima calidad, ¿por qué es un mejor escenario el que una persona se vea obligada a recurrir al mercado negro que al jardín de su casa?
[126] Y la que más se aproxima a tal descripción, es (nuevamente) el alcohol, sin embargo no es maduro culpar a una sustancia por acciones que uno realiza, incluso embriagarse para darse valor, involucra la decisión del individuo, y por ende la culpa, ningún chivo expiatorio salva de la responsabilidad, por ejemplo de asesinar a alguien.
[127] Por supuesto muchos personajes de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico han recibido entrenamiento en la “escuela de las Américas”, entre ellos el llamado “narco-general”; también personajes del ejército como el “delfín” de Hugo Banzer, don Juan Pereda Asbún, quien no me parece que tenga gran fama por haber sido alguna vez presidente de Bolivia, sino por un escándalo que involucraba exhibicionismo, menores de edad y cocaína.
[128] Holanda en manos de demócrata-cristianos, empieza a retroceder en sus famosas políticas liberales respecto a la marihuana, para el 2013 ya no debería venderse a turistas en los famosos coffeeshops.
[129] Se prohibía la Cannabis sativa L. habría que esperar hasta 1970 en que un científico Raphael Mechoulam en Tel Aviv (lejos de la influencia americana), descubra el ingrediente activo de la marihuana, además del sistema cannabinoide endógeno que tenemos todos los mamíferos, sistema que solo permite el paso de moléculas de THC, o un químico que segrega el cuerpo llamado anandamide (inglés), cuya estructura molecular es idéntica,  en sánscrito la palabra significa “bendición interna”, la molécula al igual que la planta y nosotros se basa en carbono y agua, una combinación única, muy superior en elegancia y funcionalidad a un arma.
[130]Escape to Canada” dirigido por Albert Neremberg, es un documental que muestra dos posturas canadienses: marihuana y matrimonio gay que diferencian diametralmente a ese país de su represivo vecino en el sur, salvo de otro estado, capital del progreso en el mundo cibernético: California, y de otros estados liberales llamados azules, donde claro el crimen y la violencia son menores que en los estados llamados rojos, donde reina el cristianismo.
[131] Al momento de escribir estas líneas su economía ocupaba el lugar número 7 en el mundo.
[132] Al extremo que para defenderse la planta “logró” que se la nombrara planta sagrada en la constitución, bueno no lo hizo la planta, porque las plantas no hablan, pero los incontables defensores de la planta hablan de sus propiedades.
[133] “…hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez…” Proclama de la Junta Tuitiva.
[134] Lema de la FELCN, 2011.
[135] Introducción del tratado del opio de 1912, tratado de naciones unidas de 1961, 1971 y 1988.
[136] Convención de NNUU 1961,1971, etc..
[137] Mientras escribía estas líneas murió el famoso Steve Jobs, amigo de la marihuana y el LSD, inventor de varios aparatos de Apple que fueron fuente de consumo masivo y reavivamiento de esa compañía. Alguien aún más  adicto al trabajo y (también) amigo de la marihuana era el doctor Carl Sagan, uno de los más grandes (divulgadores) científicos del mundo ¿qué daño le podrían haber hecho a la humanidad personas como éstas y sus vicios? ¿vale la pena usar nuestras fuerzas policiales para “ayudar” a ésta gente?
[138] http://www.eldiariointernacional.com/spip.php?article1465
[139] Luis Felipe Dorado, diputado http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/politica/20110818/diputado-sanabria-implico-a-64-personas_138206_282769.html
[140] http://www.eldiario.net/noticias/2011/2011_04/nt110414/2_03plt.php
[141] “Tramo carretero TIPNIS solo favorecería al narcotráfico”, el diario 12 de agosto 2011, en http://www.ftierra.org/ft/index.php?option=com_content&view=article&id=7083:rair&catid=98:noticias&Itemid=175
[142] www.maspormas.com.mx/2011/01/ex-presidentes-apoyan-legalizacion-de-drogas/
[143] http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/02/110228_bolivia_narcotrafico_rene_sanabria_perfil_az.shtml
[144] Salvo honradas [y poco conocidas] excepciones como: Jaime Salvatierra, quien atribuye todo este terrible crimen [en contra de la familia Sanabria] a una conspiración de Estados Unidos [con reuniones entre la CIA y la DEA decidiendo el arresto] cuyo único fin es empañar la imagen el presidente Evo Morales [dinero, inmunidad, todo se ofrece a cambio de declarar en contra de altos funcionarios bolivianos y así justificar una injerencia, “la guerra a la droga”, “al terrorismo”, ¿qué diferencia hace?]. Por ende el crimen del General Sanabria, no fue otro sino haberse mantenido fiel al presidente de turno mientras se expulsaba a la DEA, esto es, tratar de conservar un buen trabajo como haría cualquier persona cuerda. La “guerra a la droga” justifica absolutamente cualquier atrocidad, justo como antes cualquier atrocidad era justificada si servía para luchar contra el comunismo, para darse cuenta de lo absurdo de estas guerras basta recordar a las brujas, y los demonios contra los que solía combatir la inquisición o imaginar que un presidente o una jueza digan “cualquier atrocidad puede ser justificada en esta guerra contra el abominable hombre de las nieves [o su ser imaginario favorito, junto con los peligros imaginarios que traería dejarlo suelto por las calles]. http://www.diariolaprimeraperu.com/online/especial/historia-de-una-conspiracion_93936.html
[145] No niego que exista violencia, pero comparada con México o Colombia, la violencia en Bolivia todavía es muy baja, y la forma más sencilla para reducirla más todavía es dejar de perseguir plantas.
[146] Una institución cuyo líder está acusado de encubrir –cambiar de residencia algunos párrocos para evitar que se enfrenten a la justicia en los países que los perseguían- cientos de casos de curas pederastas.
[147] El programa de los 12 pasos, que se ofrece en todos los centros de “alcohólicos anónimos” habla por sí mismo, se basa en aceptar que el alcohol ha destruido la vida del alcohólico en cuestión, que es un pobre enfermo que no vale nada y que se ve obligado a buscar la ayuda de un poder supremo, puede ser una roca, si no se cree en la primera opción y base de todo el ridículo tratamiento: DIOS. ¿Por qué es ridículo? Porque las adicciones no son una enfermedad, a diferencia del cáncer uno puede simplemente dejar de beber o usar las otras drogas sin necesidad de invocar seres mitológicos, es cuestión de voluntad.
[148] Llamado mal del hombre blanco. Otros remedios fueron: la heroína, y la morfina, actualmente se siguen experimentando con diversas sustancias –drogas- que logran que el alcohol cause nauseas una vez ingerido.
[149] www.psicoactiva.com/drogas.htm
[150] Michael Pollan, “The botany of desire”.
[151] Ni la sodomía, señala Harris.
[152] Hay cierta diferencia entre las libertades pública y privada, que el autor, Sam Harris, desglosa así: claramente hay innumerables comportamientos privados que debemos prohibir en público, simplemente por que resultan completamente molestos para terceros. Cocinar en una acerca pública, cortarse el pelo en un vuelo comercial, o llevar la serpiente mascota al cine, están entre los innumerables ejemplos de libertades privadas que no se traducen en virtudes públicas.
[153] Hay que considerar que el sexo oral o anal entre adultos (mayores de edad, hábiles por derecho) sigue siendo una ofensa criminal en (USA) Cuatro de los Estados (Texas, Kansas, Oklahoma y Missouri) prohibiendo de hecho la homosexualidad. Otros nueve Estados prohíben la sodomía consentida para todos (estos lugares de igualdad, son Alabama, Florida, Idaho, Louisiana, Mississippi, North Carolina, South Carolina, Utah y Virginia –hasta el fallo de la corte suprema en Lawrence and Gardner v. Texas, 2003-). No hay que ser demógrafo para notar que el impulso a perseguir mayores de edad por comportamiento sexual no procreativo está en una fuerte correlación con la fe religiosa.
[154] Sam Harris anota: “cualquier cosa que pueda eclipsar nuestra capacidad para la oración”, pero en el contexto boliviano…
[155] Me pregunto si el celo de los primeros evangelizadores habrá venido luego de efectivamente consumir los brebajes preparados por los chamanes o los brujos en sus ritos, y comprobar que plantas como el cactus de San Pedro, el Peyotl o la Ayahuasca, funcionan, a diferencia de la oración, casi todas las sustancias que menciona Sam Harris, fueron extraídas de plantas ya conocidas por los pueblos conquistados, plantas reverenciadas como regalo de una divinidad.
[156] Sustancias además descubiertas luego de prohibir la cocaína y la heroína. Desde luego por científicos europeos, sustancias que provienen de plantas, cactus y hongos, alguna vez alabados como dioses, verbigracia, la mezcalina, bajo cuyos efectos Jean Paul Sartre escribió “La Náusea”, se extrae del cactus de San Pedro y del peyotl, considerado un dios o un camino a algún dios en estas regiones y todavía vendido en los mercados de brujas, ya sea “para volar” o como purgante.