“Vuelve a
dormir América, tu gobierno lo tiene todo controlado, enciende la TV y cállate,
mira este programa y el otro, vuelve a la cama América, el gobierno lo tiene
todo bajo control (de nuevo)
Eres libre
[para hacer lo que te digamos]
Eres libre
[para hacer lo que te digamos]”
-Bill Hicks.
“Un extraterrestre recién llegado
a la tierra –investigando lo que le presentamos mayormente a nuestros niños en
televisión, radio, películas, periódicos, revistas, tiras cómicas y muchos
libros- podría concluir fácilmente que estamos tratando de enseñarles
asesinato, violación, crueldad, superstición, credulidad, y consumismo.
Seguimos haciéndolo, y a través de la repetición constante, muchos de ellos
finalmente lo entienden.”
Carl Sagan
Todos
los hogares bolivianos cuentan con una televisión, o incluso más, en un principio
este invento fue concebido en Inglaterra para comunicar y educar a la
población, desgraciadamente ha terminado como gigantesco escaparate de todo
tipo de vendedores de tonterías y productos innecesarios. Vender la “guerra a las drogas”, hacer
publicidad en contra del aborto, no son excepciones. Desde que tengo memoria
(desde que empezó la democracia en Bolivia), la televisión le ha estado diciendo a la
población que “la droga”, o el aborto son cosas malas, aunque claro, la
publicidad sin mujeres exhibiendo sus cuerpos es por lo menos escasa, me
pregunto que ocasionará esta constante exposición al sexo [sin consumar] en
nuestra mente cada vez que vemos televisión. Los programas americanos [dibujos
animados] que pasaban traducidos en la televisión de acceso local (que me
alegraban las tardes de niño) me parece que no se caracterizaban por la
originalidad de los guionistas. Hay una historia recurrente (entre otras tantas) en que el personaje principal se entera que
un “nuevo amigo” había muerto por culpa de la droga, o que fue enviado a la cárcel
por culpa de la droga, o mató a su madre (por culpa de la droga), o alguna otra
tontería que han estado escribiendo los guionistas americanos desde hace 80 años cuando se empezó a usar el cine sonoro,
para culpar a “la droga” por las desgracias
del pueblo. Por otro lado la chica que va a abortar [nuevamente otro
personaje secundario] es muy valiente cuando se enfrenta a todas las
adversidades [la deja su novio, la rechaza su familia] para tener a su hijo
aunque se convierta en madre soltera. Nunca jamás se tomaron la molestia de
revisar, modificar, o mejorar en lo más mínimo, el guión al momento de hablar
de: “las drogas” o “el sexo”, son tabú, son cosas malas [de acuerdo a la tv,
altamente deseables, o por lo menos inmensamente publicitadas, en los programas
y películas que transmiten, pero por sobre todo “malas”]. Las series
televisivas realizan todo esfuerzo por abaratar lo más posible los costos de
producción, exactamente igual que cualquier fábrica o negocio que busque
obtener ganancias, llevar a las pantallas guiones originales y bien escritos
resulta caro. La mayor parte de las personas, la misma cantidad que cree que
las drogas son la causa de los crímenes y de la violencia (casi el 80% de la
población), saca su información al respecto de la televisión. Las historias que cuentan los noticieros
acerca de las tragedias que causan las drogas, los esfuerzos de la policía por
luchar contra ellas, las historias de bebes abandonados en los basureros, también
demuestran la falta de originalidad de sus guionistas, el guión moralista y
barato, y la necesidad de ahorrar en costos de producción en la pobre televisión
boliviana.
Todos los presidentes del periodo democrático
-excepto Paz Zamora y Evo Morales-, aceptaron sin chistar una
erradicación forzosa [las supuestas excepciones, continuaron con la
erradicación –la destrucción de plantas, esperando que eso resuelva el problema
del crimen- por cuenta propia], pero lo que al principio fue una matanza de
plantas, un atentado a la bio-diversidad sobre la que ningún ecologista boliviano
(que yo sepa) protestó, resultó en la muerte de cientos de campesinos y
militares en varias protestas y luchas, los campesinos luchaban por el derecho
a plantar el único cultivo que les permitía sobrevivir, los militares eran pagados
y entrenados por Estados Unidos, los abusos y violaciones a derechos humanos,
los cargos inventados, eran [son] un asunto corriente. En Colombia y Yapacaní
se llegó a experimentar con el “agente naranja” usado en la guerra de Vietnam para acabar
con estas peligrosas las plantas, y de paso con toda la vida (incluida la
humana) de grandes partes de la Selva. Apenas se fueron los narco-dictadores y
los nuevos mandatarios trataban de mostrarse complacientes con los Estados
Unidos permitiéndoles hacer experimentos para encontrar mejores formas de luchar contra las plantas, la
intromisión de este gobierno lejano en Sudamérica, en Bolivia, volvía a activar
la Inquisición para resolver el problema de “la droga”. Sea cual sea su
posición respecto a “las drogas”, espero que note fácilmente que confiar en
este tipo de personajes lejanos para que destruyan nuestras cosechas, para que
traten de destruir la coca (entre otras plantas, y encierren seres humanos en
jaulas), a nombre de “combatir el narcotráfico” es un craso error, pero lo más
difícil de explicar es ¿cómo hemos aceptado este error por tanto tiempo?
Borges podría haber escrito que “ser
drogadicto es una cuestión de fe, que ser drogadicto es sentirse y creerse
drogadicto”, que escribir “el problema de la droga”
implica aceptar que la droga es un problema, aceptar la cárcel, la persecución
penal como única solución al supuesto problema; aunque la gente sepa que el
tabaco mata miles de veces más que la cocaína (y todas las demás otras drogas
ilegales juntas, subrayemos: absolutamente todas las drogas ilegales juntas no
matan tantas personas como mata el tabaco) o que la droga más peligrosa sea el
alcohol, estos razonamientos no parecen tener validez alguna. Desde que la campaña de Ronald y Nancy
Reagan “Just Say No”, se convirtió en
Bolivia en “seamos capaces de decir no”, y fue luego traspasada a George Bush (padre),
quien siguió militarizando (aún más) la guerra a las plantas, momento en que se
dictó la ley 1008 en Bolivia, han pasado 25 años. En algún momento Bolivia (dicen)
fue tierra de nadie y los aparatos electrónicos, automóviles y otros productos
se cambiaban por cocaína en los pueblos (alejados del centro), esto tenía el
efecto inesperado de sabotear la industria interna, incapaz de realizar en un
principio ataris y ahora i-phones, además de autos, televisores,
radios, computadoras, y un sinnúmero de bienes que es más barato importar;
justo como sucede con la comida, es más barato importarla que plantarla
[producirla] en casa, lo mismo sucede con el plástico, la tela, la gasolina, la
industria nacional es ínfima, y la “guerra a las droga” ha servido para
sabotearla aún más.
Hemos crecido pensando que es normal, justo y necesario, tener que viajar de
un lugar a otro y que la policía tenga el derecho a revisar todo nuestro
equipaje si es que uno “parece sospechoso”, como ocurre (habitualmente) en la
zona del Chapare, los Yungas o al cruzar alguna frontera, éste procedimiento no
entorpece de sobremanera nuestro comercio simplemente porque es pobre y casi minúsculo
ya de por sí. Peor aún al tratar de viajar al exterior, muchas personas -en la
región andina, desde Bolivia hasta Colombia- tienen que pagar para que les
saquen una radiografía si es que “parecen sospechosas” al momento de abordar un
avión (por las drogas que podrían estar
transportando en su estómago); todos los bolivianos tenemos que demostrar
que no somos narcotraficantes para obtener permisos de viaje al exterior. Nadie
puede volver del extranjero con más de 10.000 dólares sin declarar cómo consiguió
tal cantidad, lo mismo que en el banco,
si alguien mueve más de esa cantidad en menos de 3 meses es sospechoso y podría
ser investigado. ¿Nuestras leyes buscan protegernos o mantenernos en la pobreza?
¿Si no somos pobres somos sospechosos? Estamos acostumbrados a que la policía
cometa todo tipo de atropellos a nombre de combatir las plantas y la industria,
porque nos han hecho creer por unas pocas generaciones que así combaten el mal
–elementalmente basta que una generación borre la historia y le comunique el
error a las siguientes para cambiarla, este procedimiento es común en todas las
dictaduras y fue descrito magistralmente en “1984”, famosa novela de George
Orwell, donde un grupo de burócratas tenía esa sola misión: reescribir la
historia de modo que le convenga al gran hermano-, quizás sea por la educación
en las escuelas que busca hacernos dóciles y obedientes, pero la escuela tiene
una batalla perdida con la televisión y eventualmente con el Internet,
información (esperemos que, útil) libre de censura y prejuicios, que (seamos
optimistas) vencerá a la televisión.
Desde la época de Richard Nixon, se han
reclutado miles de actores, cantantes, y otra gente famosa para que se unan a la
campaña americana anti-drogas, que incluye miles de anuncios televisivos con las
estrellas de la efímera moda diciendo que “la droga es mala y mata a los
usuarios”, el anuncio de un hombre friendo un huevo y anunciando que de algún
modo, eso era un cerebro bajo el efecto de las drogas, es un clásico ejemplo de
cómo cualquier tontería puede decirse mientras uno acabe diciendo: “la droga es
mala” ¿Cómo es que un huevo se parece a un cerebro? ¿Cómo?; los anuncios de
cerveza –y alcohol en general- estaban adornados por curvilíneas mujeres y la
publicidad de los cigarrillos era todavía permitida por doquier. Desde la “liga
por la decencia” de hace 100 años, cortando árboles de manzana para evitar que
hagan sidra hasta la Partnership for a
drug free América (asociación para una América libre de drogas, donde se
aglutinan productores de tabaco, alcohol y fármacos) ha sido un largo y
productivo camino, con consecuencias nefastas para Bolivia, pues el dinero que
reúnen los contribuyentes en Estados Unidos, se gasta en hacer una guerra
contra las plantas en el tercer mundo, de este modo nos ayudan, ayuda tan
necesaria como la que necesitamos para librarnos del abominable hombre de las nieves u otras leyendas gringas ¿Si
quieren ayudar por qué no construyen un hospital o una escuela en lugar de
entrenar militares para luchar contra plantas?.
Las
noticias de como la heroicas fuerzas armadas toman control del peligroso
narcotráfico a duras penas, no son un invento de los noticieros
locales, sino producto de la histeria (norte) americana de finales de los 80’s
cuando la cocaína subía de precio, y los vendedores de crack (pasta base de
cocaína) empezaron a matarse en Estados Unidos por controlar una pequeña
porción de territorio donde vender su “nuevo producto”, el nuevo enemigo de
América anunciado ampliamente por Reagan, Bush, y una plétora de artistas
luchando contra él: crack, “la nueva forma de la cocaína”, cocaína fumable, a solo 5 dólares la roca, pasta base de cocaína, cocaína bruta, el invento de Alfredo Bignon,
de hace más de un siglo atrás, inundaba los barrios bajos y amenazaba la
seguridad de (norte)América. Luego de invertir millones de dólares en la lucha
contra las drogas, éstas habían bajado de precio en las calles americanas, los vendedores de alcohol estaban obligados
pedir identificación, la gente que vendía drogas a los niños, cerca de las escuelas, no. Los
controles en realidad sirvieron para que los grandes distribuidores (los que
tienen armas, contactos con gente influyente y dinero para sobornar a quien se
necesite o para realizar las operaciones) mantengan el monopolio con el
correspondiente precio alto para el consumidor final, las drogas prohibidas
como dijo Friedman, suben innecesariamente de precio, solo por el hecho de
estar prohibidas. Luego de la muerte de Pablo Escobar, el destronamiento de
Roberto Suarez “el rey de la cocaína en Bolivia”, y los miles de narcotraficantes
“extraditados”, Estados Unidos todavía no ha ganado la “guerra a las drogas”.
Los noticieros televisivos, al igual que los diarios (que se anuncian
mutuamente) tienen un guión fijo en el asunto de las drogas desde hace unos 100
años.
Las
noticias en Bolivia simplemente han repetido hasta el hastío el molde de las
noticias gringas, “que la droga es la sustancia más peligrosa del mundo”, “que
arrestaron a un narco, al otro”, “que tenía conexiones con tal o cual personaje
prominente”, y desde luego el santo grial de los noticieros: “las posibles
conexiones con Evo Morales”. Los noticieros en la TV -la prensa en general- no
tienen por finalidad informarnos de absolutamente nada útil, luchan entre ellos,
compiten por auspiciadores (por ganar dinero): buscando a la presentadora más guapa,
la escenografía más vistosa, la ropa más llamativa, las noticias, la calidad de
la información, la investigación profunda, son lo último en lo que se preocupan,
mientras más escándalo provoquen, mientras más llamen la atención mejor (la
información de calidad es un bien costoso e innecesario para ellos ¿qué pasaría
si la gente estuviera bien informada y se estimulara su capacidad crítica?). Pueden
encontrarse grandes documentales y valiosa información en Internet, pero
generalmente pasan sandeces encontradas en YouTube,
de algún satélite, o de canales por cable, la investigación periodística es mínima, y
sacarle fotos o filmar a un grupo de policías destruyendo plantas de marihuana y
arrestando a los temibles narcotraficantes (unos campesinos pobres, o gente que
la consumía sin dañar a nadie), casi no requiere presupuesto, simplemente estar
al acecho de inspecciones rutinarias, o esperar a que la policía llame en busca
de publicidad gratuita. Prestarse para hacerle publicidad al cuerpo de policía y
adornar con un poco de imaginación la crónica roja es lo que hace sentir segura
a la población y lo que vende. Toda clase de sandeces pueden oírse reproducidas
en los noticieros, “la idea de un militar haciendo esfuerzos heroicos para
luchar contra las drogas [contra ciertas plantas]”, es absurda, como la
quiromancia, la astrología, o la lectura
del futuro en las entrañas de un pollo, no la vemos absurda porque desde
niños nos han enceguecido con la fe, para hacernos creer que hay ciertas
plantas (o derivados de ellas) que tienen poderes sobre-naturales, y que si las
destruimos el mal se alejara del pueblo,
y la ayuda americana nos salvará de la pobreza, la televisión no ayuda en lo más mínimo a
salir de ese error, los medios de comunicación en general, solo han servido
para expandir más el error.
Así
pues, las noticias que incluyen a droga procesada con tecnología de punta – de
carteles colombianos-, a punto de tomar el mercado y las almas de los jóvenes, con
personas esperando en las esquinas [en las puertas] de los colegios para vender
drogas a los niños, son una total mentira; la tecnología para
obtener cocaína data del siglo XIX, al igual que los prejuicios en su contra, y
la solución más eficaz para cuidar a los niños de la droga es legalizarla y
permitir la venta solo a mayores de edad. Los guionistas de los noticieros y
los periódicos no han variado en lo más mínimo sus historias, desde que tengo
memoria. “La droga” no es un peligro tan inmenso que
valga la pena encerrar otros humanos (mayores de edad) en jaulas para
protegernos de él, mucho menos vale la pena gastar enormes recursos en armas
para luchar contra ciertas plantas. Solo la fe nos ha enceguecido tanto como
para encontrar estos sacrificios necesarios, los noticieros, los sermones de
los curas y los predicadores, han servido para anestesiarnos ante la realidad.
Las cárceles están hacinadas y sobrepobladas principalmente por estas leyes
contra el vicio, más de la mitad del espacio en cárceles se ocupa en luchar
contra las drogas, cuando podría ocuparse en encerrar criminales reales gente
que roba, viola o mata, por ejemplo. Cada fin de semana los
pastores protestantes (los pocos que no tienen canal propio) toman parte de la
televisión para hacerle la competencia a los curas católicos, ninguno de los
dos grupos dice nada interesante y los dos piden (seguir recibiendo) dinero por
ayudarnos a resolver problemas imaginarios, problemas de sexo y droga, entre ellos. El problema –especifiquemos-
de que alguien pueda llegar a consumir
drogas en la privacidad de su hogar ¿Por qué no luchar contra la gente que
se masturba? Se obtendrían resultados similares. Cuando nos demos cuenta de
este absurdo, cuando dejemos de perseguir brujas (u otros seres inexistentes,
como el yeti), cuando nos deshagamos de todas las supersticiosas leyes
anti-droga, y usemos todo ese dinero para hacer algo útil, en el país más pobre
de Sudamérica, como: carreteras, hospitales, escuelas, canales de riego, o
generar energía eléctrica, entre otras muchas necesidades que no están
cubiertas para una buena parte de la población, entonces este será un mejor
lugar donde vivir.
La guía de mochileros “Lonely Planet” [planeta solitario], que alguna vez escribía que
“San Pedro es la más bizarra prisión del mundo”, hoy por hoy se refiere a ella
en los siguientes términos:
“La fama de San Pedro es que funciona de manera diferente a
cualquier otra prisión: No hay guardias adentro, los presos no visten
uniformes, no hay toques de queda y los prisioneros tienen que trabajar para
ser capaces de pagar por sus celdas, las cuales deben rentar o comprar
dependiendo de su situación económica. Esta infame prisión es ahora un lugar
bastante difícil de visitar.
Adentro, es como una pequeña ciudad. La prisión está
dividida en ocho áreas. Hay una clara jerarquía entre las diferentes áreas, y
algunas son más ricas, más limpias y (supuestamente) más seguras, mientras
otras son oscuras, sucias, y peligrosas. Durante el día, la violencia es
contenida y los prisioneros juegan cartas, fútbol, y hacen sus trabajos, pero la
situación se torna peligrosa en la noche cuando los malentendidos se resuelven,
se cometen robos y los prisioneros pelean con cuchillos
Como no existen guardias, los problemas son resueltos por
los prisioneros, quienes eligen a sus líderes y forman consorcios. Afiches de
Evo Morales adornan los muros: él es un hombre amado aquí, un representante de
los pobres y desposeídos, los indígenas marginados de Bolivia”
Otro bloguero [inglés], que da consejos a los viajeros, y
que aparece fácilmente en Google [es decir, si usted fuera un viajero -digamos-
australiano planeando un viaje a Bolivia, la información más a mano sería esta]
enumerando los recuerdos de su viaje como mochilero por Sudamérica, escribe:
“¿Por qué uno elegiría sobornar ilegalmente para entrar en
la más célebre prisión de Sudamérica? ¿Le gustaría hablar con
algunos de los más famosos narcotraficantes del mundo? ¿Quizás saber cómo los
arrestaron? ¿Preguntará acerca de los secretos del contrabando de drogas? ¿O
quizás solo quiere ver las condiciones por usted mismo? ¿Por qué no jugar
billar, video juegos, o mirar el fútbol? Por un monto extra se podría ver la
población general o mejor aún, la planta procesadora de cocaína. Quizás le
gustaría ordenar una prostituta y quedarse durante la noche mientras aspira
unos gramos de cocaína sin cortar. Demonios, por qué no comprar unos cuantos
kilos y ordenar el próximo envío a casa en el Reino Unido, los límites no
existen dentro de la cárcel de San Pedro […]”
¿La cárcel de San Pedro habrá sido solo una
trampa para turistas? Entrar costaba –dicen- alrededor de 250 Bs. además de
sobornos, y desde luego adentro todo [artesanías, estadía, comida, seguridad, marihuana,
cocaína, alcohol, etc.] les costaba mucho más caro a los turistas que a los
locales. ¿Qué es exactamente lo que iban a ver? ¿La ciudad en miniatura, una
especie de zoológico humano, un museo de las violaciones a derechos humanos?
¿Gente pobre viviendo lado a lado con gente rica? ¿Sobrepoblación ya no de
estadísticas sino también con mujeres y niños reales? Quizás, “todo era culpa
de la droga”, el mejor lugar para irse fiesta toda la noche –al menos eso
decían varios mochileros- era la cárcel de San Pedro, al menos dentro de la
cárcel [a diferencia de lo que ocurre en la ciudad] no existe una hora límite
para dejar de beber o cometer otros excesos, excepto la lista de la mañana y de
la tarde los días de visita. Como un ciudadano local que no aprecia las
atracciones turísticas, como antiguo presidiario, debo escribir que es un lugar
horrible, quizás es un lugar interesante para visitar, pero me parece que la
razón por la que muy poca gente admite que tiene parientes en la cárcel, o que entre
los presos una de las marcas de ser “puro” sea desconocer lo más posible el
proceder del corrupto sistema de justicia boliviano [v.gr. “antes de caer en
este problema nunca había tenido que contratar un abogado más que para comprar
o vender cosas”], es que la cárcel es un espejo en que la ciudad se niega a
verse; todo se puede hacer en la cárcel,
excepto hacerse pescar, el triunfo del neo-liberalismo. Justo como en la ciudad,
no hay policías vigilando, son los mismos presos los que deben velar por su
seguridad, justo como en la ciudad el dinero es el que manda, y la moneda de
los extranjeros tiene un mayor valor adquisitivo. Cuando los mochileros
empezaron a alardear demasiado de esta [paradójica] libertad que se daba dentro
de la cárcel, los tours se cancelaron [la prensa realizó el escándalo
correspondiente], éste espectáculo terrible –al igual que todas las demás
cárceles no solo bolivianas, también del mundo- es el resultado directo de
creencias irracionales [gringas] aplicadas a nuestro código penal. Si no nos
encerráramos en jaulas los unos a los otros –por creencias ridículas-, un mundo
bizarro y corrupto como la cárcel, [como nuestro país] no existiría.
A nadie debería sorprender que en la cárcel existan más drogas que afuera, o que al
menos sean más fáciles de conseguir, cuando 6 a 8 de cada 10 individuos está
preso por tráfico de drogas, no solo se obtienen cientos consumidores y personas
acusadas injustamente dentro de la cárcel, además de gente muy poco peligrosa, también
se tiene cientos de individuos que tienen la necesidad de continuar con su
negocio. Una vez que el mayor peligro de las drogas ilegales –ser encerrado en
una jaula- queda sorteado, lo único que queda es sobornar a los guardias [en
todos los niveles], para dejar pasar alcohol, cocaína, marihuana, celulares, computadoras,
módems, prostitutas, todo lo que el reglamento diga que está prohibido, lo
permite el dinero –justo como ocurre fuera de las rejas-. Ésta es otra muestra
del fracaso de la guerra americana a la droga, pero también es la muestra de
las consecuencias funestas de nuestra fe. Como tenemos fe en que destruyendo
“la droga” [algunas plantas], vamos a eliminar el problema del crimen en
nuestro país, hemos construido poco a poco una de las mayores atracciones
turísticas del mundo, hemos sido embaucados por los americanos vendiendo su
guerra a ciertas plantas. Irónicamente no existen en la cárcel médicos presos
por haber realizado abortos, lo que me parece que indica un declive en el
catolicismo, es un delito prescrito con cárcel pero la policía simplemente no
lo persigue, contrariamente a lo que ocurre con “la droga”; la ley 1008, la
intervención de los estadounidenses en su “guerra a las drogas” es la que ha
hacinado nuestras cárceles, prácticamente toda nuestra fuerza policial se usa
para luchar contra “la droga”. Es decir donde el catolicismo ha dejado nichos
vacíos, el protestantismo se ha apresurado a tomar su lugar justo como
ocurriría con los virus biológicos, si se es inmune ante un tipo de resfriado,
otra mutación es capaz de sortear las defensas y atacar. La razón y la lógica
son nuestra única defensa ante la fe, es por eso que uno de los puntos centrales
de la fe es que se encuentra fuera del reino de la razón y la lógica. Nuestras
leyes sin embargo deben encuadrarse dentro de la razón y la lógica o el
resultado que uno puede esperar son cárceles como las del tercer mundo, como
San Pedro u otras cárceles bolivianas [y del resto del mundo] donde el
hacinamiento y la miseria son la norma.
La certeza de lo que no se ve, la fe
ciega e inamovible es un craso error, al momento de abordar cualquier evento
científico (o real); la base de la ciencia (del latín scientia, de scire, 'conocer') es el estudio de las evidencias, el
estudio de la realidad, ¿No sería lo más inteligente de nuestra parte, exigir
que se apliquen tales métodos a nuestras leyes en lugar de aferrarnos a
costumbres medievales? Las leyes de nuestros países pueden ser vistas como
experimentos gigantescos, ¿Qué pasa si se gasta todo el presupuesto de un país
en ciencia y tecnología, como en Japón, y casi nada en los militares? ¿Qué
sucede si se eliminan las fuerzas armadas como en Costa Rica? ¿Qué pasa si se deja
de meter gente en jaulas por fumar marihuana como en Holanda? El resultado de
perseguir con jaulas a “las drogas” puede verse claramente: cárceles hacinadas,
violaciones a los derechos humanos, un cuerpo policial y una justicia
absolutamente corruptas ¿Qué pasaría si dejamos de perseguir tal delito? ¿Se
destruiría nuestra sociedad? ¿Sería peor que ahora?
La lógica y la razón no están detrás de
nuestras leyes, si lo estuvieran no usaríamos jaulas para resolver problemas
reales ni crearíamos enormes mercados negros para productos y servicios
ilegales aprovechados por criminales. Hoy en día los conocimientos científicos,
como la Teoría de la Evolución o del Big
bang, están basados en evidencia, que todos podemos ver y juzgar. Las “verdades” religiosas en asuntos tan
diversos como la divinidad (o el pedigrí) de Jesús, la virginidad de María, la canonización de
algún personaje, lo pernicioso de los métodos anticonceptivos, o los
homosexuales, la intervención de Dios en el inicio del universo, el momento en
el que el Homo sapiens recibió un alma divina, la existencia
del purgatorio, el cielo, el infierno, o el limbo; son asuntos que no se basan
en ningún sustento real, en ninguna lógica, se basan en la opinión de los
líderes de la Iglesia, expresada –para el mundo católico- en innumerables
Concilios, para creerlos se requiere suspender toda facultad lógica, y tener fe
en lo que diga el líder religioso de turno, que la divinidad le ha susurrado en
privado, siempre en privado. Las
leyendas medievales respecto a drogas y sexo están metidas en ese tipo de “conocimientos”
y está prohibido hacer preguntas o cuestionar la ley, aquello hacer preguntas, buscar evidencias es profundamente antirreligioso. Las buenas ideas, como se
escribió, se expanden rápidamente, la fe es una idea mala que se ha disfrazado
de buena, para sobrevivir, justo como harían los virus biológicos, para engañar
a nuestros glóbulos blancos [a nuestro sistema de defensa]; la fe ofrece
soluciones mágicas, que (desde luego) parecen buenas ideas, soluciones simples
y sencillas, sería maravilloso poder cambiar el mundo mediante encantamientos,
rituales, danzas, pero en el fondo no son más que un desperdicio de tiempo y
recursos, encerrar gente en jaulas y destruir plantas… bueno simplemente no es
la mejor forma de luchar contra el crimen.
Gracias a 500 años de educación católica
(cristiana), se ha llegado al entendimiento general de que la fe es un
don de Dios, sagrado y fundamental y si no podemos entenderlo, si no
podemos creer en seres imaginarios controlándonos a cada momento; seres como
Dios o Papa Noel, los que no tenemos el don, los equivocados, somos nosotros. De
ahí a postular que “la droga”, el matrimonio entre homosexuales, o el aborto
son algunos de los “mayores problemas” que enfrenta el país hay un solo paso
¿No es más importante dejar de ser uno de los países menos educados y más
pobres del mundo? ¿Merecen un respeto especial éstas creencias irracionales?
Solo en el entendido de que sin ese respeto obligatorio y especial (respeto
que, generalmente no se brinda a ningún otro campo de la vida; ya que
usualmente pedimos pruebas para creer algo, especialmente algo
improbable), la fe, la religión, entre otros innumerables prejuicios, se
desmoronarían. Sin la fe ciega, y sin el respeto que nos han enseñado a
tenerle; se vería claramente, lo absurdo de nuestro sistema penal, metiendo
gente en jaulas porque hacemos enojar a Dios, a quien no le gusta que
consumamos drogas o tengamos sexo sin casarnos, usemos anticonceptivos, o que
las mujeres aborten. No necesitaríamos turistas para que vengan a verlo,
trataríamos de mejorarlo o de deshacernos de él, en lugar de eso la fe ciega ha
hecho que miremos a otra parte, nuestros líderes han prometido usar más jaulas
para luchar contra otros peligros como la corrupción, que ab-initio no
existiría si no se usaran jaulas para resolver problemas como la droga. ¿Por
qué tan extrañas creencias deben tener un lugar privilegiado en nuestra
sociedad, en nuestras leyes? Simplemente porque desde niños se nos ha enseñado
que se debe respetar la fe, y los niños generalmente no hacen preguntas y no se
les enseña a hacer preguntas, se les enseña a obedecer, al crecer éstos niños
le transmiten el mismo error a las nuevas generaciones.
Tonterías, sandeces, ridiculeces;
indiferenciables de discutir la forma exacta, en que Papa Noel lleva regalos a
los niños buenos; el color de su ropa, el número de renos que tiran (o no) de
su trineo; o el nombre correcto de los animales que lo hacen, han sido el
motivo de sangrientas guerras durante toda la edad media; y la razón de la
división de la religión Judía, en sus variantes Musulmana, con sus cientos de
divisiones, y Cristiana, con sus cientos de divisiones [los primeros creen que
el Mesías aún no ha llegado, los otros que Mahoma es el elegido y los
cristianos, creen que Jesús es el elegido]; la variante que domina el tercer
mundo en que vivimos, es: la Iglesia Católica, apostólica y romana; la base de
nuestra fe es la muerte (para perdonar nuestros pecados, ya sea que los hayamos
cometido o no) y resurrección de Jesús. Un muerto que vuelve a la vida, un
zombi, la locura respecto a Jesús es mucho más
extrema en Estados Unidos (el país que nos ha colonizado desde que se fueron
los españoles) la religión cristiana (de seguidores de Jesús) está llena de
adeptos, pueden verse sus rastros en los medios de comunicación a diario y en
los cientos de protestantes deseosos de compartir la historia de Jesús, pero
principalmente pueden verse en el hacinamiento en las cárceles, resultado directo
de la histeria Estadounidense en contra de las drogas [las raíces religiosas de
esta histeria, espero haberle demostrado, son claras]. Discusiones tan
ridículas como si la substancia divina –cualquier cosa que eso sea- era o no
compartida por, Jesús, el espíritu Santo y Dios, o si el pan debía o no llevar levadura para
ser considerado el cuerpo de Cristo durante la comunión; fueron el motivo de
divisiones y guerras por siglos en Europa con los consecuentes millones de
muertos y desalojados, hoy en día los cultos conviven tranquilos y como se dijo
su doctrina no varía en los puntos esenciales. Las opiniones
cristianas-católicas acerca de problemas imaginarios –de sexo y droga- han sido
aplicadas a las leyes, a la realidad, en Bolivia durante más de 500 años y
los resultados como espero haberle demostrado han sido catastróficos, somos el
país más pobre de la región, y alejarnos de los mitos que nos enceguecen, es un
buen principio para salir de esa pobreza.
Las oraciones en la cárcel, las misas de cada
domingo son la cereza del pastel, como escribió Alison Spedding [La segunda vez
como farsa, 2008] –respecto a situaciones que le hacían perder la calma en la
cárcel de mujeres de Miraflores –y por ende comprometían la calidad de su
investigación-: “no he hecho ningún intento de disfrazar la falta de simpatía
que siento por la mayoría de mis informantes, no sólo las desprecio por ser
“mujeres” sino por buzos, sumisas,
pasivas, chismosas, obedientes, deshonestas, que no intenten entender la ley
por la que son procesadas y por colaborar al fin con el mismo sistema que las
oprime”-, los presos varones también buscan explicaciones sencillas, y
tratan de pedirle favores a la divinidad [que es en el fondo la más sencilla de
las explicaciones], no se trata de entender las “razones reales” del arresto ni
de esforzar el intelecto en lo más mínimo, por ejemplo una biblioteca donada
por un preso terminó convertida en una “sala común”, una especie de habitación
[aprox. de 3.5 m. x 3.5 m.] donde llegaron a vivir 9 a 10 presos, antes de eso el
espacio de la biblioteca era relativamente grande así que también “alcanzó”
para dividirla en otra celda barata para alquilar [aprox. 2.5 m. x 3 m], el
ejemplo es significativo, pues los presos siguen entrando en mayor cantidad de
los que logran salir y la cárcel se va construyendo poco a poco sin ningún tipo
de organización, las celdas se dividen para alquilarlas, dependiendo si el
alquiler le corresponde a “la sección” o a un particular [al que hace construir
la celda] puede variar de 100 Bs. a 250 dólares, por un cuarto minúsculo sin
baño, ventanas, y que en prácticamente todos los casos debe ser compartido con
otro(s) preso(s) pues las cárceles están hacinadas, la privacidad, un baño
limpio son bienes lujosos en la cárcel, así pues pocos pueden darse el lujo de
leer en semejantes circunstancias [por no mencionar otros detalles como el ruido, música]. La mayor parte de los
presos atribuyen su arresto a la divinidad [independientemente del crimen que
se les atribuya, “Dios quiere que estén
ahí por algo”], y se esfuerzan para
volver a agradarle, orando, prendiendo velas, mascando coca, bailando en las
entradas folklóricas, o leyendo la Biblia, “solo Dios sabe el momento en que me
sacará de aquí” –decía más de uno- ¿orar para salir de prisión no es
exactamente igual a sacrificar un pollo? ¿No sería mejor usar la lógica y la razón en
nuestras leyes?
¿Puede creer usted que en pleno 2012,
seguimos regidos por leyes que fueron inventadas durante la colonia? Es decir
en una época en que recién se descubría que la tierra era redonda, un tiempo
donde se pensaba que los desastres naturales y las enfermedades eran producidas
por los pecados de la gente (indios o negros flojos que no querían trabajar), en lugar de bacterias, virus o
falta de higiene. ¿No cree que deberíamos tener mejores motivos para encerrar a
las demás personas dentro de jaulas en pleno siglo XXI? ¿Si las personas
encerradas en la cárcel, supieran exactamente cuánto tiempo van a estar ahí, si
hubiera un proceso penal justo, respetuoso de plazos procesales, que se base en
evidencias y no en la imaginación e “investigación” [tortura] de la policía,
creerían [los presos] en todo tipo de rituales para que les ayuden a salir? Hemos
terminado usando nuestras cárceles, para castigar el pecado y no daños reales a
personas reales, la lucha contra las drogas, y los esfuerzos para preservar
nuestro “honor” mediante el matrimonio de
las formas incorrectas de tener sexo, lo comprueban claramente. En la lucha de la
ciencia contra la superstición, el derecho, (la ciencia del derecho), nuestras
leyes penales, prácticamente no han sido modificadas desde la Colonia, salvo
para hacerlas todavía peor, gracias al auspicio de gente todavía más
supersticiosa y fanática, así pues cuando el catolicismo ha bajado su
intensidad hemos sido invadidos por protestantes, justo como un producto –una
soda, una cerveza- que aprovecha cualquier espacio dejado por su competidor
para imponerse. Para ponerlo claramente: las leyes que rigen nuestras vidas,
las leyes que podrían hacer que un ser humano termine encerrado en una jaula,
miserable y sobrepoblada, siguen basadas en supersticiones católicas, y en mitos cristianos medievales, aferrarnos
a estos mitos es una de las causas principales de la pobreza de Bolivia. Espero
haberle demostrado que la ciencia, el razonamiento objetivo e imparcial es
siempre la mejor manera de enfrentar los problemas, y que el lugar de la
superstición, el lugar de Dios, el lugar de la religión, no es, ni deben ser
nunca nuestras leyes.
La empresa resulta difícil, la mayor parte de
los colegios tienen nombres de santos de la Iglesia Católica -innumerables
cárceles por toda Latinoamérica se llaman San Pedro–los colegios protestantes
ofrecen variaciones mínimas-. La religión ha monopolizado la educación en el
país desde la Colonia, desde que se enviaron: franciscanos, dominicos e
ignacianos para empezar la explotación-evangelización de los indios, clama que esto es muestra de su bondad e interés por
los pobres, pero no menciona que luego de 500 años seguimos
siendo uno de los países más pobres y retrasados del mundo, y que la gran
mayoría del tercer mundo en Latinoamérica es católica ¿no podían habernos
educado un poco mejor? Dejar de enseñar religión en los colegios es superfluo,
el programa educativo ya ha sido moldeado por las enseñanzas, por los
prejuicios, por la ignorancia -hecha dogma- de la santa Iglesia católica
apostólica y romana. La Iglesia protestante (aún en sus miles de mutaciones) no
ha hecho ningún adelanto significativo en ningún dogma católico,
específicamente en los que se refieren a las leyes sobre sexo y vicios, incluso hay casos en que son más retrógradas, con
respecto a los homosexuales, el aborto, el divorcio, el adulterio u
otros atentados a los “valores familiares”. Debido a su interpretación bíblica
de la realidad, a nadie le iría bien tratando de adaptar constantemente la Odisea o el Quijote a los tiempos actuales, al menos los católicos no se
aferran a una realidad literal de la Biblia, siguen clamando sin embargo
conocer la voluntad divina.
La ciencia ha derrotado a todas las
supersticiones y nos está ayudando a vivir mejor ahora mismo. La ciencia; es
simplemente un método analítico, crítico, razonable, auto corregible, que
observa la realidad, la evidencia; para resolver problemas reales, y por ende puede
ayudarnos a mejorar nuestras condiciones de vida, principalmente si dejamos de
“resolver” problemas imaginarios, por ahora es la mejor herramienta que tenemos.
Si aplicamos la lógica y la razón a nuestras leyes en lugar de la superstición,
el miedo y la ignorancia; las leyes pueden servir para que vivamos mucho mejor
de lo que jamás lograría ninguna creencia absurda ¿Cuál es la lógica detrás del
uso de jaulas? Como alguien que fue encerrado en una jaula gracias a la “guerra
a la droga” puedo decir con toda confianza que: Las jaulas son terribles y hay
que evitar su uso a toda costa, porque no solucionan ningún problema real.
Hasta ahora la superchería, las supersticiones, de la religión cristiana, nos
han mantenido entre los países más pobres y subdesarrollados del mundo. Los
adelantos en medicina o telecomunicaciones, son innegables, los aviones pueden
volar, mientras que las alfombras/escobas voladoras son fantasía. Si estamos
enfermos visitamos un médico no un espiritista, si queremos comunicarnos con
alguien usamos un teléfono y no telepatía. ¿Cómo es que nuestras leyes siguen
regidas por supersticiones católicas-cristianas? ¿Cómo es que hay un crucifijo
y una Biblia en la oficina de cada juez? ¿Por qué hay imágenes de Vírgenes,
Santos y crucifijos en todos los colegios, y todas las
instituciones públicas de Bolivia, incluidos policías y militares? ¿Cómo es que
seguimos hacinando nuestras prisiones para castigar pecados? Y las sugerencias
–para luchar contra “el mal”- son construir más prisiones e incluso habilitar
viejos campos de concentración donde los presos podrán rehabilitarse trabajando,
movilizar a los militares. ¿No sería más fácil dejar de usar jaulas y usar el
dinero y a las personas para hacer algo útil? Según la fundación Milenio los presos dejan de producir en promedio
95.7 millones de dólares al año [considerando que cada uno de los alrededor de
4900 presos hubiera estado produciendo en promedio 11.000 dólares al año],
alrededor del 84% son presos “preventivos” es decir gente que todavía no se ha
comprobado que haya cometido ningún delito, esta gente no puede mantener su
trabajo y le llega a costar al Estado hasta 2.05 millones de dólares al año [en
promedio 8 bolivianos diarios por cada preso]. ¿Por qué es más difícil observar
lo inútil de la religión en nuestras leyes penales que lo inútil de la religión
en las leyes matemáticas? Estamos desperdiciando nuestros recursos escasos
luchando contra peligros imaginarios, solo el razonamiento religioso nos puede
llevar a la conclusión de que es necesario seguir haciéndolo. Encerrar personas
en jaulas por costumbres y supersticiones cristianas (o católicas, si es que
hay realmente alguna diferencia), de hace cientos de años, por hacer enojar a
Dios, con la esperanza de que eso nos ayude a resolver el problema del
crimen; es inútil; Tan inútil como, sacrificar una gallina blanca o un feto
de llama para que las cosechas sean mejores, o que el
mal se aleje del pueblo; haberle demostrado claramente este detalle era el
(humilde) propósito de este libro.
Hay una enfermedad terrible que aqueja al
pueblo boliviano desde antaño, es el virus de la fe (la religión y la
superstición, que se expanden como la gripe), aunque hay una forma de vacunarse
en contra de tan fatal virus y en la medida en que todos podamos acceder a aquella
vacuna, mejoraremos como país, como sociedad: la ciencia y la educación, son
las herramientas para alejarnos de la superstición y la ignorancia, quizás si
las expandimos lo más que podamos, si enseñamos a las personas a siempre hacer
preguntas, a pedir evidencias para creer proposiciones dudosas, a no creer
ciegamente lo que digan las autoridades; los políticos, los policías, los
militares, los jueces, los fiscales, los abogados, tendrían que buscar empleos
más honestos, los niños y niñas de Bolivia ya no morirán de hambre y
enfermedades que se pueden evitar fácilmente, las iglesias y las cárceles se
convertirán en museos… si quizás soy un soñador, but I’m not the only one.
Simón Guzmán
La Paz, Diciembre, 2012.
Benedicto XVI en:
http://noticias.arquidiocesisgdl.org.mx/2011/03/fe-catolica-es-don-precioso-de-dios-que-todos-deben-conocer-dice-benedicto-xvi/