Hoja sagrada o Arbusto diabólico?
Cuándo el gobierno de Estados Unidos, al mando de Richard
Nixon rebautizó “guerra a la droga” a la serie de tratados [que venían desde
que Naciones Unidas se llamaba Sociedad de Naciones] que recomendaban el uso de
jaulas y armas para luchar contra: el opio, la coca y el cáñamo. La leyenda
gringa de plantas demoníacas capaces de destruir a nuestra juventud, a nuestras
sociedades, y al mundo entero, fue fácilmente aceptada y diseminada mediante la
televisión, la radio, y otros medios de propaganda. Irónicamente estos medios, no
pudieron haberse desarrollado sin la ciencia, es decir, la ciencia nos servía
para expandir infundados temores pre-científicos. Las plantas no hablan, fin
del asunto. La coca no es un arbusto diabólico, la cocaína es un alcaloide que
segrega la “hoja sagrada”, no por algún Dios q busca confrontar al primer mundo
contra el tercero, o que busca tentar a la juventud con un placer
indescriptible que termina con la destrucción del alma y el cuerpo [estudios
recientes han demostrado que las galletas Oreo son tan adictivas como la
cocaína, realmente de que peligro mortal nos están protegiendo en el gobierno?
Desde luego lo más irónico en esta “guerra a la droga” es que la droga que
tiene más muertos en su haber es el tabaco. De 6 a 10 personas mueren cada
minuto por fumar tabaco, más o menos una cantidad de personas igual a toda la
población de Bolivia muere cada año gracias al tabaco, en cambio la marihuana
nunca jamás a matado a nadie en toda la historia de la humanidad. Estamos todos
locos o qué?]
La versión funcional del gobierno, es que la hoja de coca,
es una planta sagrada, regalo quizás del mismísimo Sol, quien se ofendería si
elegimos a otro presidente que no sea Evo Morales, según cuenta su
“intelectual” vice-presidente. Estados Unidos es uno de los pocos países del
primer mundo donde no solo se “duda” de la teoría de la Evolución [“es solo una
teoría”], sino que activamente se trata de sabotear su enseñanza en escuelas
públicas y otras instituciones. En Bolivia no tenemos necesidad de hacerlo,
nuestra educación en lugar de haber sido tomada por protestantes, ha sido
planificada por católicos. Aunque todos conocemos la teoría de la Evolución,
esta es insignificante ante nuestro “dios” o ha necesitado de su ayuda para
empezar en primer lugar. Lo maravilloso de la teoría de Darwin es que explica
el universo [no solo el mundo biológico] sin la necesidad de recurrir a un
creador sobrenatural, a un Dios, a un iniciador fuera del sistema que de inicio
al universo y después se retire para contemplar en silencio [o bendecir
matrimonios y condenar pecados, según el gusto de cada creyente]. Gracias a
Darwin sabemos perfectamente que ninguna magia se necesitó para crear la cola
del pavo real, y ningún dios andino puso la cocaína en la hoja de coca, para
que en el futuro el dios cristiano encuentre nuevos pecados de los cuáles
salvar a “su pueblo”. Ignoro si la realidad ofende a los creyentes, pero es lo
lógico, la ciencia siempre va ofender a la superstición.
La hoja de coca, no es una “hoja sagrada”, tampoco es un
arbusto diabólico, es simplemente carbono con agua, como nosotros, es una prima
en un hermoso árbol de la vida, justo como los gusanos, las moscas, las
ballenas, las ratas, los hongos, y absolutamente todos los seres vivos, esto
tampoco debe ser interpretado antojadizamente como neo-pachamamamismo, o alguna
otra pajolería gubernamental. Es una verdad fundamental, gracias a la ciencia que
descifró nuestro ADN, Francis y Crick, le pusieron la cereza al pastel que
cocinó Darwin, pues si todos los seres vivos compartimos el mismo ADN, con
algunas variaciones mínimas, todos podemos rastrearnos hasta las primeras
células que “inventaron el sexo”, es decir la mezcla de material genético para
mejorar las condiciones de sobrevivencia de la prole, con todos los cambios
maravillosos que alguna vez fueron atribuidos a Dios, con todos los mecanismos
de supervivencia brutales, que los creyentes [como alguna vez fue Darwin],
volteen la mirada y busquen una explicación alternativa a un Dios que puede
permitir tan enorme y variada crueldad.
Quizás sea esta la lección más importante de “la vida”, para
sobrevivir necesitamos cambiar, nuestro actual dictadorzuelo, no busca el
cambio, busca cambiar simplemente aquellos detalles necesarios para que nada
cambie. El ejemplo de la “nacionalizada” “guerra a la droga” es un ejemplo tan
bueno, como el aborto o el matrimonio homosexual. Se basa en ideas religiosas
que en principio no deberían ser leyes en un Estado Laico. Pero en el caso de
la droga, la prohibición se convierte en una máquina de injusticia, que se
autoperpetúa, es la Inquisición Española, resucitada por los protestantes
gringos y sus ideas prohibicionistas, donde la abstención, era sinónimo de
virtud, y debía ser impuesta a todo el pueblo. Todos nos perjudicamos por este
error, debido a que pensamos que la mejor forma de luchar contra el crimen, el
delito [los demonios] es destruir un montón de plantas, y encerrar a sus
usuarios [y a quienes comercien con su vicio] en jaulas, para “ayudarlos”. La
mayor parte de nuestro aparato policíal, incluidos: fiscales, abogados, jueces,
cárceles, se dedica al robo y la extorsión de las nuevas brujas, las personas
perseguidas por la Ley 1008, impuesta por Estados Unidos, pero mejor
aprovechada por el Gobierno:
Piénselo bien, la policía se ahorra el trabajo de perseguir
criminales realmente peligrosos [gente que roba, mata o viola, gente que podría
robarle sus bienes, o hacerle a ud. Algún daño real] y en lugar de eso tiene el
trabajo de vigilar caminos, y “gente sospechosa”, y arrebatarles “droga”, por
si acaso, por si ellos planearan hacer daño a la sociedad [aunque las
estadísticas señalen que los “drogados” que generan más problemas son los
borrachos]. Al destinar millones de dólares en encerrar consumidores de drogas
en jaulas, se puede-debe anunciar al pueblo que puede dormir tranquilo,
extorsionar al pobre individuo para dejarlo salir de la jaula, y buscar otros
usuarios para culparlos de traficantes, para empezar el círculo de nuevo, en
muchos casos se ha visto que es la misma policía la que termina vendiendo la
droga que incauta. Es decir la ley contra la droga ha creado una nueva estirpe
de maleantes. La solución es clara y simple, sin embargo el MAS no la puede
pronunciar siquiera, pues perdería votos, el MENOS, no puede sugerirla pues si
llega al poder, perdería una enorme fuente de ingresos. Cómo justificar
milicos, helicópteros, armas, y otros desperdicios de millones de dólares, si
no es para “protegernos del Narcotráfico”? Vivimos en el siglo XXI, la información
que podría salvarnos está a un click de distancia, y lo penoso es que seguimos
creyendo leyendas absurdas y faltas de cualquier lógica o evidencia que pueda
sustentarlas.
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