lunes, 6 de enero de 2014

Hoja Sagrada, o Arbusto Diabólico? o Qué diría el pobre Darwin?

Hoja sagrada o Arbusto diabólico?

Cuándo el gobierno de Estados Unidos, al mando de Richard Nixon rebautizó “guerra a la droga” a la serie de tratados [que venían desde que Naciones Unidas se llamaba Sociedad de Naciones] que recomendaban el uso de jaulas y armas para luchar contra: el opio, la coca y el cáñamo. La leyenda gringa de plantas demoníacas capaces de destruir a nuestra juventud, a nuestras sociedades, y al mundo entero, fue fácilmente aceptada y diseminada mediante la televisión, la radio, y otros medios de propaganda. Irónicamente estos medios, no pudieron haberse desarrollado sin la ciencia, es decir, la ciencia nos servía para expandir infundados temores pre-científicos. Las plantas no hablan, fin del asunto. La coca no es un arbusto diabólico, la cocaína es un alcaloide que segrega la “hoja sagrada”, no por algún Dios q busca confrontar al primer mundo contra el tercero, o que busca tentar a la juventud con un placer indescriptible que termina con la destrucción del alma y el cuerpo [estudios recientes han demostrado que las galletas Oreo son tan adictivas como la cocaína, realmente de que peligro mortal nos están protegiendo en el gobierno? Desde luego lo más irónico en esta “guerra a la droga” es que la droga que tiene más muertos en su haber es el tabaco. De 6 a 10 personas mueren cada minuto por fumar tabaco, más o menos una cantidad de personas igual a toda la población de Bolivia muere cada año gracias al tabaco, en cambio la marihuana nunca jamás a matado a nadie en toda la historia de la humanidad. Estamos todos locos o qué?]
La versión funcional del gobierno, es que la hoja de coca, es una planta sagrada, regalo quizás del mismísimo Sol, quien se ofendería si elegimos a otro presidente que no sea Evo Morales, según cuenta su “intelectual” vice-presidente. Estados Unidos es uno de los pocos países del primer mundo donde no solo se “duda” de la teoría de la Evolución [“es solo una teoría”], sino que activamente se trata de sabotear su enseñanza en escuelas públicas y otras instituciones. En Bolivia no tenemos necesidad de hacerlo, nuestra educación en lugar de haber sido tomada por protestantes, ha sido planificada por católicos. Aunque todos conocemos la teoría de la Evolución, esta es insignificante ante nuestro “dios” o ha necesitado de su ayuda para empezar en primer lugar. Lo maravilloso de la teoría de Darwin es que explica el universo [no solo el mundo biológico] sin la necesidad de recurrir a un creador sobrenatural, a un Dios, a un iniciador fuera del sistema que de inicio al universo y después se retire para contemplar en silencio [o bendecir matrimonios y condenar pecados, según el gusto de cada creyente]. Gracias a Darwin sabemos perfectamente que ninguna magia se necesitó para crear la cola del pavo real, y ningún dios andino puso la cocaína en la hoja de coca, para que en el futuro el dios cristiano encuentre nuevos pecados de los cuáles salvar a “su pueblo”. Ignoro si la realidad ofende a los creyentes, pero es lo lógico, la ciencia siempre va ofender a la superstición.
La hoja de coca, no es una “hoja sagrada”, tampoco es un arbusto diabólico, es simplemente carbono con agua, como nosotros, es una prima en un hermoso árbol de la vida, justo como los gusanos, las moscas, las ballenas, las ratas, los hongos, y absolutamente todos los seres vivos, esto tampoco debe ser interpretado antojadizamente como neo-pachamamamismo, o alguna otra pajolería gubernamental. Es una verdad fundamental, gracias a la ciencia que descifró nuestro ADN, Francis y Crick, le pusieron la cereza al pastel que cocinó Darwin, pues si todos los seres vivos compartimos el mismo ADN, con algunas variaciones mínimas, todos podemos rastrearnos hasta las primeras células que “inventaron el sexo”, es decir la mezcla de material genético para mejorar las condiciones de sobrevivencia de la prole, con todos los cambios maravillosos que alguna vez fueron atribuidos a Dios, con todos los mecanismos de supervivencia brutales, que los creyentes [como alguna vez fue Darwin], volteen la mirada y busquen una explicación alternativa a un Dios que puede permitir tan enorme y variada crueldad.
Quizás sea esta la lección más importante de “la vida”, para sobrevivir necesitamos cambiar, nuestro actual dictadorzuelo, no busca el cambio, busca cambiar simplemente aquellos detalles necesarios para que nada cambie. El ejemplo de la “nacionalizada” “guerra a la droga” es un ejemplo tan bueno, como el aborto o el matrimonio homosexual. Se basa en ideas religiosas que en principio no deberían ser leyes en un Estado Laico. Pero en el caso de la droga, la prohibición se convierte en una máquina de injusticia, que se autoperpetúa, es la Inquisición Española, resucitada por los protestantes gringos y sus ideas prohibicionistas, donde la abstención, era sinónimo de virtud, y debía ser impuesta a todo el pueblo. Todos nos perjudicamos por este error, debido a que pensamos que la mejor forma de luchar contra el crimen, el delito [los demonios] es destruir un montón de plantas, y encerrar a sus usuarios [y a quienes comercien con su vicio] en jaulas, para “ayudarlos”. La mayor parte de nuestro aparato policíal, incluidos: fiscales, abogados, jueces, cárceles, se dedica al robo y la extorsión de las nuevas brujas, las personas perseguidas por la Ley 1008, impuesta por Estados Unidos, pero mejor aprovechada por el Gobierno:
Piénselo bien, la policía se ahorra el trabajo de perseguir criminales realmente peligrosos [gente que roba, mata o viola, gente que podría robarle sus bienes, o hacerle a ud. Algún daño real] y en lugar de eso tiene el trabajo de vigilar caminos, y “gente sospechosa”, y arrebatarles “droga”, por si acaso, por si ellos planearan hacer daño a la sociedad [aunque las estadísticas señalen que los “drogados” que generan más problemas son los borrachos]. Al destinar millones de dólares en encerrar consumidores de drogas en jaulas, se puede-debe anunciar al pueblo que puede dormir tranquilo, extorsionar al pobre individuo para dejarlo salir de la jaula, y buscar otros usuarios para culparlos de traficantes, para empezar el círculo de nuevo, en muchos casos se ha visto que es la misma policía la que termina vendiendo la droga que incauta. Es decir la ley contra la droga ha creado una nueva estirpe de maleantes. La solución es clara y simple, sin embargo el MAS no la puede pronunciar siquiera, pues perdería votos, el MENOS, no puede sugerirla pues si llega al poder, perdería una enorme fuente de ingresos. Cómo justificar milicos, helicópteros, armas, y otros desperdicios de millones de dólares, si no es para “protegernos del Narcotráfico”? Vivimos en el siglo XXI, la información que podría salvarnos está a un click de distancia, y lo penoso es que seguimos creyendo leyendas absurdas y faltas de cualquier lógica o evidencia que pueda sustentarlas. 


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