lunes, 15 de febrero de 2016

Carta abierta a los adictos a Hebo

Estimada diputada Valeria Silva:
En días recientes la he oído decir (inventar constantemente) que: “la oposición [la supuesta oposición] escapa de debatir”, por supuestamente carecer de propuestas, o sentir miedo ante las erradas, anacrónicas, y asaz peligrosas ideas socialistas/marxistas/leninistas/evistas que hoy por hoy exponen (algunos personajes, ya no solo políticos despistados y oportunistas sino incluso cierta parte de la farándula local) con total desparpajo, cual charlatanes vendiendo remedios imaginarios para males creados y/o amplificados por ellos mismos.
Antes que nada permítame subrayar que no existe tal “oposición” (al menos desde mi punto de vista), esa gente que ustedes atacan a diario y que llaman “neoliberales”, son exactamente igual a ustedes (gente que pone sus propios intereses egoístas por delante de los intereses ajenos, gente normal). Demás está decir que no me siento representado ni por el MAS ni por el MENOS. Me considero un hombre honesto y por ende, honestamente dudo que “robar al rico para darle al pobre“ (redistribuir, como le dicen ustedes), sea la mejor manera de manejar un país. Este robo sistemático a los que saben producir, a los que se animan a dar trabajo, (incluso si lo nombran “justicia social”, “logros sociales”, sigue siendo un despojo, un robo que termina ineluctablemente multiplicando la pobreza del país); aunque es, tristemente, una excelente forma de ganar votos y al mismo tiempo desincentivar o incluso destruir por completo el  aparato productivo nacional en beneficio de las fábricas extranjeras (y sus trabajadores) que no tienen que soportar (pagarle la campaña a) un dictador que les estorba constantemente en el arduo trabajo de ofrecer a la sociedad, a personas reales, bienes y servicios reales; o peor todavía, el dictador populista de turno termina beneficiando a grandes “empresarios” locales y/o extranjeros, pero cercanos al poder, que logran contratos millonarios con el mismísimo Estado mediante la corrupción y todo tipo de negociados, en desmedro de todos los demás empresarios honestos. Escribo dictador Morales, pues si Hebo Morales fuera un “presidente” (en el estricto sentido de la palabra i.e. funcionario público con un período determinado), sabríamos exactamente el día último de su mandato, en lugar de estar sujetos a su capricho, que buscan disfrazar de “movimientos sociales” o “pueblo sabio” mientras voten por ustedes, claro.
Honestamente no encuentro grandes diferencias entre “el Hebo”, “el Samuel” o “el Tuto” o esas personas supuestamente “opositoras”: Patzi, Revilla, Costas, Sole, etc., etc.. Todos pero absolutamente todos ellos (y ustedes particularmente), creen que para ganar votos, lo mejor es actuar como una especie de Papa Noel gigantesco cuya función es repartir felicidad, obras, canchas, cualquier nimiedad con tal de hacer propaganda (hijos, tatuajes en los estómagos de las mujeres que digan “Hebo cumple”), pero claro, los charlatanes, pajpacos, estafadores, populistas, omiten señalar que el Estado no tiene dinero, a menos que lo tome de (que se lo robe a) alguien más en forma de impuestos o nacionalizaciones (“expropiaciones” tan practicadas por Hugo Chávez). Sin demasiada sorpresa, y como ha demostrado el “fondo indígena”, el nepotismo y la corrupción generalizada de cada día, quienes están a cargo de los recursos públicos (de los servicios supuestamente “gratis” como: salud, educación y sobretodo “justicia”) tienden a beneficiarse a ellos mismos, a parientes y partidarios (a los que generalmente les deben el trabajo), antes que a los demás ciudadanos, como si el interés egoísta fuera exactamente igual en todos los seres humanos, incluso en la incorruptible “reserva moral de la humanidad”, sin importar si son nobles socialistas revolucionarios de izquierda o avaros capitalistas neoliberales de derecha. Supongo que comprenderá, que una verdadera “oposición”, simplemente señalaría este detalle y propondría hacer todo lo contrario de lo que se ha hecho hasta ahora (eliminar de raíz el modus operandi; la forma criminal en que antes del Estado Plurinominal, inescrupulosos corruptos se enriquecían a costa del propio Estado; ha sido un método magnificado con el régimen Morales ¿Por qué no eliminar sencillamente cualquier posibilidad de que cualquier funcionario pueda enriquecerse del Estado, o con su ayuda? Ya que todos los seres humanos somos egoístas por naturaleza, no podemos esperar a un revolucionario virtuoso que venga a controlar la cosa pública, mejor simplemente que nadie pueda robar de ahí y listo (el método funcionó perfectamente en la otrora corrupta Inglaterra que puso en práctica las ideas de Adam Smith), así, gente como Santos Ramírez podría seguir “trabajando” para su “proceso de cambio”, pues no habría tenido oportunidad alguna para corromperse; es más, miles de funcionarios públicos -del casi medio millón que tenemos que mantener el día de hoy- simplemente no existirían y no podrían robarle, hacerle perder tiempo, perjudicar, extorsionar al agobiado ciudadano como lo hacen en la actualidad). Una verdadera “oposición” propondría -creo- esta solución sencilla y elegante: en lugar de procurar un Estado monstruoso que pueda robarnos, perseguirnos, extorsionarnos a cada segundo (un policía detrás de cada boliviano como fantasea el dictadorzuelo); Estado gigantesco y monstruoso del que generalmente termina beneficiándose una burguesía parasitaria ya sea de derecha o izquierda ¿Qué tal hacer todo lo contrario? ¿Que pasaria si procuramos un Estado pequeño, eficiente, e incapaz (sin posibilidad alguna) de robar [como trató de hacer don José Maria Bakovic en los caminos]? ¿Qué pasaría si los funcionarios públicos simplemente, no pudieran corromperse, no pudieran robar, no pudieran estorbar al que trabaja honestamente; a qué se dedicarían, si se les quita esa oportunidad? Tengo la esperanza con Saramago de que buscarían otro empleo más honesto en donde ganen mejor. Quizás eliminando a miles de burócratas, que en la actualidad nos condenan a filas, procedimientos repetitivos interminables con reglas que cambian de acuerdo a la necesidad de, sonsacarnos dinero a cambio de conseguir, papeles con sellos o firmas, que en el fondo son totalmente inútiles, podríamos cobrar muchos menos impuestos y la gente podría procurarse bienes y servicios (incluso educación o salud privadas, que generalmente prefieren consumir los “socialistas”) mucho mejores, que la limosna, la caridad, los bonos, los planes megalomaníacos que ofrece el dictadorzuelo a cambio de votos y de “cambiar... todo lo necesario para que nada cambie”. Con un Estado pequeño y eficiente muchos políticos, policías, militares, jueces, fiscales, tendrían que buscarse un empleo más honesto en lugar de vivir a costa de ciudadanos honestos y trabajadores… ¿Verdad que ni el Hebo, ni el Tuto, ni el Samuel quieren saber de un Estado pequeño, eficiente y que haga bien lo que tiene que hacer (proteger v.gr. la vida, libertad y propiedad privada de los ciudadanos)? Ellos, el Hebo el primero, quieren, prefieren, buscan imponernos un Estado monstruoso, metiendo la mano a cuanto bolsillo “enemigo del pueblo” puedan ¿Será que buscan nuestro bien o el suyo propio y el de alguna nueva cúpula corrupta que se beneficie de este Estado gigante e infinitamente molesto?
Imagino que si le robo [le “nacionalizo”] su smartphone o su laptop (o alguno de los muchos productos de empresarios capitalistas que ostentan los socialistas cuando toman el poder) y lo vendo para repartir el dinero entre los mendigos del Prado paceño, usted me llamaría: “maldito ladrón”, en lugar de: “gran revolucionario” o “santo varón redistribuidor”, y esperaría que la policía la protegiera, en lugar de ser asaltada nuevamente por ellos, si tiene la desgracia de necesitar a la “justicia boliviana” para algo... ¿Por qué negarse a ver lo mismo con el “doble aguinaldo”, con la subida arbitraria del costo de la mano de obra? Esta política de meterle la mano al bolsillo del empresario, en el fondo implica limitarle la cantidad de gente que puede contratar, que puede pagar, y por ende implica destruir fuentes de empleo legítimas, posibilidades de empleo para los jóvenes sin experiencia, que resultan tan costosos que deben emigrar a buscar mejores, oportunidades a países donde no exista un tirano que les limite las posibilidades de ser contratados, cada vez que se necesiten votos o dinero para su campaña. Lo peor, es que esta forma terrible de ganar votos ha ganado adeptos, gente como Samuel, Tuto, el mismo Goni, hablan sin pudor alguno de redistribuir, subvencionar y por ende multiplicar la pobreza a cambio de tomar cada vez más nuestro dinero, nuestras libertades… Sé que tienen buenas intenciones (“de buenas intenciones está pavimentando el camino al infierno”), solo les pido que usen su propio dinero para llevarlas a cabo.
Constantemente me pregunto que detiene a los socialistas de fundar una comuna socialista (quizás en el Chapare) y hacer realidad sus sueños pero con su propio dinero, alimentar al pobre, liberarse científicamente, políticamente, económicamente, todas las evadas que repite el dictadorzuelo día a día, pero sin robar al que tiene fábricas, al empresario privado, al buen comerciante, sin expropiar del que ya ha producido riqueza, sin inventar que los recursos naturales nacionalizados, las empresas públicas ahora benefician a todos los bolivianos y no particularmente a una nueva evoburguesia tan despreciable como la anterior “casta neoliberal”; ¿Qué pasaría si tuvieran que cambiar el mundo con sus propios recursos [como Steve Jobs, Bill Gates o tanto “empresario neoliberal”], con la riqueza que ustedes mismos produzcan, digamos vendiendo los libros del vicepresidente o el reloj que camina hacia atrás, o los millones de regalos que le han hecho al tirano y poniendo una empresa que venda la revolucionaria marca Hebo, cual camisetas del Che Guevara o sea lo que sea que puedan producir y vender? Reparten la riqueza entre ustedes y el que quiera ayudarles a cambiar el mundo y acepte adorar al Hebo por el resto de su vida, ya dependerá de ustedes aceptarlo o no, o ponerse las socialistas reglas que les gusten, pero con sus propios recursos... Lo que me parece antidemocrático, cruel, inhumano, retrógrada es pretender meternos a todos los bolivianos en su proyecto medieval, a nombre de una mayoría que ha sido inducida a creer que es correcto robar, vivir a costa de una minoría [¿Quién nos salvará si mañana “la mayoría” decide que es correcto, justo, necesario violar y matar?]. Si no me quiere creer, las bondades de un Estado que moleste lo menos posible, observe todo el progreso que han tenido los cocaleros del Chapare, desde que el Estado no les mete bala, no los persigue, no los mete en jaulas, no les cobra impuestos, no les roba el producto de su trabajo; si todos tuviéramos esas libertades ¿no avanzaríamos, progresaríamos todos los bolivianos, en lugar de solo unos cuantos privilegiados?. Eso en cuanto al socialismo, a esa ideología, a esa superstición atroz que terminó construyendo muros para evitar que la gente escape buscando libertad, a esas paparruchadas [demostradas erradas una y otra vez] que ustedes tratan cínicamente de resucitar en este país pobre y poco educado, aprovechando precisamente ésas condiciones.
¿Pero realmente será que “los opositores escapan al debate”?
Honestamente me pregunto, cómo es posible apoyar ciega y fanáticamente a un déspota que no puede discutir siquiera sobre dejar de condenar a las mujeres a ser ciudadanas de segunda clase, cuasi-menores de edad, amenazadas con terminar en jaulas, si se atreven a decidir el momento de convertirse en madres. La maternidad obligatoria no trae buenos resultados, solo multiplica la pobreza, como prueba todo el tercer mundo, en particular los países que lo reprimen más. Supongo que en algún momento habrá leído de niños abandonados en algún baño público, u otros golpeados, violados, asesinados brutalmente (luego de ser “rescatados” por el Estado, de padres ebrios, poco preparados para reproducirse) supongo que habrá visto niños pidiendo limosna en las calles, o en los caminos, a pesar de los generosos bonos que el dictadorzuelo reparte como si fuera plata suya la que regala. Si las mujeres en Bolivia pudieran decidir el momento en que van a convertirse en madres, el simple sentido común nos dice que van a criar mejor a sus hijos, que no los van a abandonar, que ellas mismas no dejarán los estudios por cuidar a su prole (gente bien educada y con buenos trabajos, generalmente no roba, mata o viola). Supongo que habrá leído de Ceausescu, dictador socialista y revolucionario, bastante parecido a Morales y la forma en que luego de prohibir, criminalizar el aborto (en una Rumania que antes de él, había tenido leyes mucho más lógicas y razonables) con el fin primordial de multiplicar su ejército; terminó asesinado por la turba de gente joven y pobre que su terrible decisión había traído a este mundo, contrariando (en muchos casos, supongo) los deseos de sus madres. No hay que ser un genio para notarlo, todo el primer mundo ha dejado de considerar un crimen al aborto, pues la diferencia entre el zigoto y el humano es la misma que existe entre el huevo y la gallina (¿cómo reaccionaría usted si pretendieran cobrarle el precio de una gallina luego de comer un huevo frito?) por eso es el primer mundo, porque la mayoría de sus leyes se rigen por la ciencia antes que por la superstición o la tradición religiosa que se le ocurra seguir al rey de turno, por una real separación entre la Iglesia y el Estado; incluso Cuba, si no fuera por el aborto legal estaría en una situación todavía más precaria, por la multiplicación de la pobreza ¿Será que el dictadorzuelo Morales está cuidando la moral y buenas costumbres de las mujeres al empujarlas al peligro mortal del aborto ilegal y clandestino, o que solo busca evitar una decisión impopular pues su objetivo real es quedarse en el poder todo el tiempo que pueda? Ese fue el razonamiento de Pepe Mujica, quien tomó esa y otras decisiones impopulares precisamente porque no planeaba quedarse de rey (pues no existe diferencia alguna entre un rey y un presidente perpetuo), así que tomar decisiones lógicas y coherentes, que beneficien a la gente a pesar de los prejuicios de la mayoría, no le preocupó demasiado.
Hablando de debates impopulares, que una parte mediocre, carente de propuestas y mal informada de la población se niega a tener: ¿Qué le parece que Felipe Cáceres no pueda “ni discutir” sobre la marihuana “incluso si todo el mundo la legalizara”? Él, por alguna razón, se opondría personalmente, quiero suponer que como burócrata bien remunerado debe cuidar su trabajo. Que ironía que el antiimperialista Morales sea uno de los más grandes adalides, defensores a capay espada de la centenaria, retrógrada y perjudicial cruzada moral norteamericana contra “la droga”; ¿Será esta posición fanática, ciega, irrazonada, la que lo lleva a gastar, desperdiciar [en uno de los países más pobres de la región], poco más de 220 millones de dólares cada año [por lo menos es lo que presume en la prensa], en armas, milicos, policías, jueces, fiscales etc., etc., etc., para perpetuar, para que prosiga la gringa “guerra a la droga”? Este mismo señor luego tiene el cinismo, el descaro de decir en sus discursos ante organismos internacionales que ”la guerra es el mejor motor del capitalismo”. Que ironía que la ciencia haya revelado hace décadas que la droga más mortal y adictiva del mundo es el tabaco (que “mata más personas que todas las drogas ilegales juntas”, escribía Chomsky), que las estadísticas muestran que la droga que provoca mayores problemas en Bolivia es el alcohol, léase: muertes por sobredosis, prácticamente el 100% de los feminicidios, violencia intrafamiliar, violaciones y por ende abortos, deformaciones fetales, expansión de enfermedades sexuales, ni mencionar siquiera los accidentes de automóvil, etc., etc., etc., pero por algún motivo nuestro deber sagrado es seguir gastando ingentes cantidades de dinero luchando brutalmente contra las otras “peligrosas drogas”, las drogas que en Bolivia consume una parte ínfima e inofensiva de la población, particularmente si se la compara con los consumidores de alcohol. Este modelo de guerra es exactamente igual al que nos ha impuesto el supuesto Imperio norteamericano desde que empezaron a luchar contra el comunismo por aquí, salvo desde luego los cocaleros que gozan de las bondades del libre mercado. ¿No sería realmente “revolucionario”, terminar con la guerra, declarar la paz o declararla perdida, en lugar de “nacionalizarla” y darle a la policía el regalo de tener una excusa enorme para poder extorsionar mejor y más fácilmente a la “juventud” que usted dice representar? A Portugal parece haberle ido muy bien luego de tomar tal decisión, cada vez más popular en los países donde no se legisla en contra de la ciencia y la evidencia, casualmente los países más prósperos.
Las plantas no hablan, no tienen poderes mágicos, la marihuana, el opio, o la coca, son plantas que desarrollaron alcaloides u otros compuestos, como el pavo real desarrolló su cola, por selección natural y luego artificial, con la ayuda del hombre que atribuyó a un dios las propiedades eufóricas o médicas de algunas plantas, justo como sucedió con todas las plantas domésticas o comestibles ¿Se imagina que ridículo sería gastar miles de millones de dólares en una guerra contra, la papa, el tomate, la cebolla, o las habas? Por alguna razón incomprensible, el gobierno, defensor de “la madre tierra” gasta ingentes recursos en perseguir cruelmente a quien consuma, tenga, posea, cultive, marihuana [Cannabis sativa, planta que cualquiera pensaria es tan “hija de la Pachamama” como el “arbusto diabólico”/”planta sagrada” que defiende Morales] y por el otro lado, permite cualquier cantidad incierta entre 20.000 a 40.000 hectáreas de coca [Erytroxilum coca] para el supuesto consumo tradicional, medicinal; esto es 20 a 40 metros cuadrados para cada uno de los 10 millones de hombres, mujeres y niños bolivianos de hoy, personalmente no consumo coca en ninguna forma pues considero que eso sería apoyar a Morales ¿Cuánta coca se podrá producir en ese espacio, no? ¿Cuánta coca consume usted? ¿Cuánta de esa coca que no consume terminará refinándose en cocaína? ¿Se desperdicia absolutamente todo lo demás de la supuesta “planta sagrada”? ¿No sería más “socialista” que se siembren por decreto supremo toda clase de alimentos (papa, cebolla, tomate, que todos los bolivianos consumimos) en esos mismos 20 a 40 metros cuadrados en lugar de exclusivamente coca? ¿Será que en ese detalle, el mercado internacional la ágil, eficiente mano invisible manda en lugar del “revolucionario” régimen Morales? ¿Las personas encargadas de hacer cumplir la prohibición, no terminarán beneficiándose de estas leyes ilógicas, como los narco-sobrinos de Maduro, y tantos miles de funcionarios, durante cualquier prohibición, en cualquier país demuestran una y otra vez? ¿No se magnificará el crimen mediante la prohibición, como los casos de Al Capone, Pablo Escobar o tantos otros criminales parecen demostrar? ¿Será que la infame corrupción de la “justicia boliviana”, nos salva de la furia de los cárteles de droga? ¿Qué pasaría si los bolivianos que quieren mascar coca tuvieran que plantarla, o asociarse para plantarla por ellos y exclusivamente para ellos mismos, [tratarla como “planta sagrada” limitarla del comercio] como sucede últimamente en Chile, Uruguay o Colombia con la marihuana?
¿Será tan descabellado, aceptar, admitir que la guerra gringa a la droga, es un error, declarar la paz, y dejar de gastar esos miles de millones de dólares actualmente desperdiciados en armas y milicos, para por fin invertirlos en salud y educación, real para personas reales, o debatir tan siquiera la posibilidad de hacerlo? ¿Será que policías que persiguen a “la droga”, criminalizando a sus usuarios y dejando de perseguir gente que roba,mata o viola, en el ínterin son la mejor manera para supuestamente cuidar la salud “física y moral de la humanidad”? Honestamente hasta construir más canchas parece menos malo que gastar en armas para cuidar mejor la salud de la población ¿Por qué inventar que el mundo entero admira la política contra la droga del dictadorzuelo y que trata de emularla? ¿Realmente cree que alguien en el mundo desearía tener una cárcel como la de San Pedro o Palmasola como solución a algo? Esas cárceles llenas de droga y alcohol con policías revisando impúdicamente a cada visita, son la prueba más elocuente del fracaso de la prohibición. Familias enteras pagando por vivir en las peores condiciones imaginables, siendo extorsionadas constantemente, por policías u otros reos. Y esa es, me temo, la solución que el tirano ofrece una y otra vez a todos nuestros problemas, hacer construir más y más cárceles, criminalizar más y más conductas, quitarnos más y más libertades, hasta hacer de Bolivia una cárcel gigante donde reinen la miseria y la pobreza como en la revolucionaria Cuba.
En un país tan pobre y subdesarrollado, urge debatir estos temas y otras costosas formas en que el Estado interfiere con nuestras libertades individuales (matrimonio gay, eutanasia, suicidio asistido y un larguísimo etc.), urge debatir el verdadero rol del Estado, la forma en que la Constitución debería protegernos de volver a tener un rey capaz de encerrar seres humanos en jaulas, confiscar bienes o perseguir arbitrariamente a quién se le ocurra. La solución del Estado, de los sindicalistas, de los socialistas [de beneficiarse ellos mismos a costa de todos los demás, y hacernos creer que es por nuestro bien], ha terminado haciendo mucho mayor cualquier problema al que nos hayamos enfrentado, y es muy costosa; si le quitamos al Estado las muchas posibilidades que tiene ahora de extorsionarnos (gracias a las miles de leyes que cada año se enorgullecen de promulgar) verá como la corrupción y el abuso de poder desaparecen en unos pocos meses… Este es el debate en el fondo, si queremos seguir manteniendo a un Estado infinitamente molesto para con el individuo real a nombre del imaginario “pueblo”, a nombre de cuidarnos de peligros imaginarios, (como proponen usted, su partido y sus supuestos opositores) o por fin, al haber comprobado de nuevo que este era un error, empezar a construir su antítesis, y poner finalmente al individuo, a la razón, al sentido común, sobre el Estado.
Atte.
Simón Guzmán
C.I. 4327054 L.P.
@paranoicafierit

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